Algunas familias tinerfeñas han emigrado a países tranquilos de Latinoamérica, sobre todo los jóvenes, en busca de los horizontes que aquí no se alcanzan. El mejor y el más tranquilo y el que mayores garantías jurídicas y bancarias ofrece es Uruguay. Un país ideal para vivir, que tiene tres mundos: el Uruguay de Montevideo, el precioso Uruguay rural y el Uruguay sofisticado y más caro de Punta del Este, lleno de millonarios brasileños y argentinos. Familias tinerfeñas ya han invertido en este país, tanto en el medio rural como en la industria hotelera. La vida es mucho más barata que en España, la vivienda es muy digna, las posibilidades de inversión son interesantes y para gente que es capaz de trabajar desde su propia casa, Uruguay es un paraíso. demás, es un país liberal en la economía, el dinero está muy bien guardado y las cargas impositivas son infinitamente menores que en España. Y en el terreno de las libertades ya saben que han legalizado la marihuana, con ciertas condiciones, y si al presidente Mujica le da, alberga pobres en su destartalada vivienda y les pone de comer. Es decir, que predica su socialismo con el ejemplo, no como otros.

Uruguay es, además, uno de los países con mayor seguridad de Latinoamérica, seguridad ciudadana me refiero, y con menos delincuencia. Hay lugares preciosos donde vivir, tanto en las ciudades como en el campo y Punta del Este es un paraíso, donde se disfruta de la buena vida y de muchas comodidades. Es como un oasis de lujo en un país que no es lujoso. Existe una increíble huella canaria en Uruguay, hasta donde llegaron los pioneros isleños a fundar pueblos y ciudades. Esa huella isleña está bien arraigada en el país y se nos recuerda y se nos valora y se nos reclama.

Si quieren, si tienen posibles, visiten Uruguay y si se pueden escapar, váyanse a vivir allá. Repito que algunas familias canarias están invirtiendo sus ahorros, con éxito, en un país que ayudaron a fundar otras familias isleñas valientes que cruzaron el mar en busca de idénticos horizontes. Uruguay está cercano al paraíso que cualquiera quiere disfrutar. Y hasta la gente de allí es extraordinaria, se parece mucho con nuestra gente. Para ir haciendo boca, vayan a Internet y empápense del país: visiten virtualmente el barrio del Prado, en Montevideo; recorran el museo de Páez Vilaró; vayan al Museo del Lápiz; no dejen de recorrer las viejas calles de Colonia o visiten las agrupaciones de leones marinos en Punta del Este. Y luego me cuentan.