Alentado por las televisiones de izquierdas, que se mueven como peces en el agua en la economía de libre mercado, empieza a surgir en España una casta, estilo Podemos, integrada por locutores de televisión y gente de la farándula que presumen de transgresores. Dan pena, son patéticos, porque quieren vivir de puta madre presumiendo de extrema izquierda. Y la buena vida y la izquierda extrema son incompatibles, pero sólo en teoría y en apariencia, porque en la práctica son perfectamente compatibles.

El otro día, en el programa "Hable con ellas", Bertín Osborne, que conoce muy bien Venezuela, tuvo que frenar a la simpática Beatriz Montañez, que se erigió poco menos que en defensora del chavismo y de Pablo Iglesias, que ha cobrado buenos denarios venezolanos que ahora se gastará en la "Maison del Cisne", en Bruselas, dándole al caviar. Porque estos de la coleta serán de izquierdas, pero el caviar les encanta. Ya lo verán.

Bertín tuvo que explicar a aquel personal lo que era la "mordida", consustancial en la vida venezolana, y cómo se hacían los negocios allí. El otro día me contaba un amigo que vive en Caracas que para comprar dólares hay que soltar más comisión que el valor que el Gobierno le da al propio dólar, lo que es ya rizar el rizo. quí, en España, casi nadie sabe lo que está pasando allá. Salir de noche ya es un riesgo; nadie va a cenar a los restaurantes, que antes estaban llenos hasta la madrugada. Por la noche, la gente se atrinchera en sus casas, cerradas con mil verjas e imposibles de violentar, por miedo a los malandros. Caracas es la segunda ciudad más peligrosa del mundo, por encima de Bagdad y de otras capitales en guerra. Las bandas están patrocinadas y armadas por el Gobierno bolivariano y el caos se ha instalado en la nación. Recientemente se ha publicado que PDVS, la gran compañía estatal petrolera, está subvencionando con millones y millones de dólares a la familia de Chávez y a otras del chavismo. Los prebostes venezolanos están ricos, millonarios, mientras el pueblo al que tanto aman se muere de hambre. Los Chávez siguen instalados en La Casona, que es la residencia presidencial, y Maduro y su esposa, Cilia Flores, duermen en Fuerte Tiuna por miedo a un atentado en el palacio de Miraflores, donde raramente pernoctan. quel país es un auténtico descalabro, sin garantías jurídicas, con vergüenzas procesales que han llevado a la cárcel al líder opositor, Leopoldo López, enviado a prisión por una jueza chavista comprada por el chavismo.

Venezuela se la han cargado gente sin escrúpulos que ya está recibiendo el rechazo de militares que dieron el golpe con Chávez y que reniegan de su herencia. Dos de ellos han denunciado la corrupción y la pérdida de valores. Veremos qué represalias toman contra ellos. Hay más de 500 oficiales en lúgubres prisiones, acusados de sedición. Y los agentes cubanos siguen haciendo su labor en el país. ¿Hasta cuándo resistirá Venezuela? No se sabe, pero estos militares piden ya una intervención, incruenta a toda costa, y restituir el mando a instituciones democráticas, tras unas elecciones libres. Veremos si el mensaje cunde. Tardará un poco, pero creo que es inevitable.