Si Ana Oramas no es capaz de emplear la lógica votando sí en el Congreso a la consulta soberanista de Cataluña, debería irse. Porque un partido nacionalista como Coalición Canaria debería tener como meta más próxima que lejana el lograr la soberanía. Y si Ana Oramas no es capaz de mantener esa postura, al menos de cara a la galería, aunque ella siga siendo monárquica y españolista, pues debería irse a casa.

Esto es lo que pensaría una persona normal. Porque Nueva Canarias no le va a secundar en la abstención. Pedro Quevedo va a votar que sí a la consulta soberanista catalana, para la que Artur Mas pide permiso al Congreso, como es preceptivo. Un 80% de los diputados van a decir que no. No habrá consulta, al menos consulta permitida.

Pero parece ridículo que dos miembros de un mismo -o parecido- sector nacionalista canario, metidos en el mismo sobre de conveniencia, dividan el sufragio. Mientras uno dirá que sí, la otra se abstiene, por no decir que no. No sé si el partido le ha dado instrucciones a Oramas o lo ha decidido ella, motu proprio.

Nosotros no deberíamos tener un nacionalismo tan de pacotilla, después de los esfuerzos que hacen tantos para que sea de verdad. Yo creo que esta diputada españolista que defiende los intereses de Canarias no nos conviene. Lo malo es que ya no hay donde ponerla, porque su partido tampoco la quiere como aspirante a la presidencia del Gobierno.

El nacionalismo de Canarias, desde luego, no se logra con esas posturas que chocan con su principio y con su final. i Oramas no es capaz de resistir el tirón, repito, pues que busque un puesto donde no se le note tanto lo otro. Y que saque las banderas que quiera, en su casa, pero no representando a Canarias. Porque la nuestra tiene siete estrellas verdes y es blanca, azul y amarilla.

No sé lo que pensarán ustedes al respecto, habrá opiniones para todos los gustos, pero los nacionalistas de verdad están muy cabreados con la diputada de Coalición Canaria. A lo mejor a última hora cambia de opinión y de voto, pero me da que no y sería una lástima que desaprovechara esta oportunidad para abrazar la fe de su partido.

Tiene muy fácil solución, repito: si no es capaz de resistir que Cataluña luche por su soberanía no debería estar ahí, representando a un partido nacionalista canario. Es por estética, sobre todo, aunque me parece que aquí la estética pinta poco.