El Instituto Canario de Investigaciones Agrarias (ICIA) ha identificado hasta ahora 21 variedades de vid que han sido cultivadas tradicionalmente en el archipiélago y que sólo están presentes en las islas.

Este hecho permite diferenciar los vinos canarios, lo que posibilita que aumente su competitividad en los mercados exteriores, cada vez más exigentes.

Además, se cumple así con uno de los objetivos del estudio: conocer, recuperar y conservar el rico patrimonio vitivinícola canario y ofrecer al viticultor nuevas posibilidades de cultivo que hagan destacar el vino isleño para poder competir mundialmente en la comercialización de estas producciones.

Como resultado de estas investigaciones, que se vienen desarrollando desde hace cinco años, de las casi 300 entradas analizadas se han encontrado 54 variedades distintas cultivadas en las islas, la mayoría minoritarias, y en el caso de una veintena, al ser únicas en el mundo, en peligro de extinción.

A finales del siglo XIX, la filoxera arrasó parte del viñedo existente en España y en Europa, pero la lejanía con respecto al continente europeo supuso un freno para su propagación en las islas, por lo que los científicos piensan que en nuestro Archipiélago aún perduran variedades que en algunos casos cuentan con 500 años y que en el resto de Europa se han perdido, además de aquellas originadas en Canarias como cruces espontáneos y que por lo tanto no se encuentran en el resto del mundo.

CARACTERIZACIÓN MORFOLÓGICA

Investigadores del ICIA, formado en los años 80 y que cuenta en la actualidad la colección de variedades de viñedo más importante de Canarias, han trabajado, en colaboración con otros centros de investigación, en la caracterización morfológica y molecular del material presente en este registro --en el que existían muchas entradas sin estudiar-- y en su ampliación con nuevas prospecciones por las ilas en las que han contado con el apoyo de viticultores y bodegueros, cabildos, ayuntamientos, y denominaciones de origen, entre otras entidades.

Los resultados de estos trabajos se fundamentan en la identificación de dichas muestras empleando distintos métodos de caracterización molecular --mediante análisis de ADN-- y morfológica --lo que implica un examen y una evaluación visual del material vegetal, teniendo en cuenta todos los órganos de la planta como el brote joven, el pámpano, la hoja joven y adulta, el racimo, la baya o fruto y el sarmiento--, así como la búsqueda de sinonimias entre variedades cultivadas en el archipiélago, la península y otros países europeos.

Una vez determinadas estas similitudes se trata de conocer su comportamiento agronómico y potencial enológico en las distintas regiones vitivinícolas de las islas, para poder aconsejar al viticultor sobre la adecuación de cada variedad en cada zona de cultivo.

En el conjunto de estos estudios, han colaborado como socios Madeira, Azores y Cabo Verde y otros organismos nacionales y regionales como el Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria, el Instituto Madrileño de Investigación y Desarrollo Rural Agrario y Alimentario (Imidra), el Instituto de Ciencias de la Vid y el Vino (ICVV), Asaga, los Cabildos de Tenerife y de La Palma y la Universidad de La Laguna (ULL).

CONSERVACIÓN DEL PATRIMONIO VITÍCOLA

En la actualidad, el cultivo de vid en Canarias es el segundo en importancia en cuanto a superficie cultivada, después del plátano, ocupando 8.786 hectáreas, lo que supone el 21,15 por ciento de la superficie total cultivada en las islas. Dada su importancia en el sector agrario canario, el ICIA cuenta con un grupo de investigación centrado exclusivamente en el estudio de la vitivinicultura canaria. El patrimonio vitícola de Canarias es muy amplio debido a la inmensa cantidad de variedades traídas por los conquistadores en el siglo XV, principalmente de toda la geografía peninsular y otras culturas del Mediterráneo, dada la situación geográfica privilegiada del archipiélago que fue escala obligada en todas las rutas oceánicas. La aparición de la filoxera a finales del siglo XIX, que arrasó prácticamente con la totalidad del viñedo europeo, ocasionó la desaparición en el continente de muchas variedades de vid cultivadas hasta entonces. Se piensa que algunas de estas variedades aún pueden estar presentes en el Archipiélago, que no se vio afectado por esta plaga.

TRABAJOS DEL ICIA

Fruto de estos trabajos, enmarcados en diferentes proyectos de investigación, se ha podido incluir información en el libro de ''Las variedades de vid en España'', editado desde la Comunidad de Madrid por el Imidra, sobre aquellas que se encuentran en Canarias y actualmente se esta preparando una publicación sobre la caracterización morfológica de las variedades cultivadas tradicionalmente en las islas, que verá la luz próximamente.

Asimismo, el ICIA ha solicitado este año un proyecto de investigación nacional en el que participan todas las Comunidades Autónomas, en el que se van a comparar todas las variedades presentes en las distintas colecciones de que existen en España, con el fin de buscar y dejar claras todas las sinonimias y homonimias existentes entre dicho material.

Las labores que están desarrollando el grupo de investigación en viticultura del ICIA da respuesta a una demanda surgida hace décadas por el sector vitivinícola canario. Toda la información obtenida como fruto de los estudios realizado en estos años se ha transferido al sector en numerosas conferencias en distintas islas y en otras regiones del territorio nacional y de otros países y a través de la publicación de artículos científicos y de divulgación.

En la actualidad el ICIA está organizando para octubre unas jornadas científico-técnicas en las que se transmitirá el conocimiento surgido de estos estudios, que algunos casos no concluirán hasta finales de 2013.