Con la visión que le da haber presidido el Gobierno de Canarias, entre otras instituciones, Manuel Hermoso, histórico dirigente de Coalición Canaria (CC), critica que algunos miembros de CC se hayan "acostumbrado" al coche y aboga por "fortalecer" el partido en Gran Canaria.

En la ponencia ideológica que se debatirá en el congreso de CC se hace una alusión implícita a que Canarias sea un estado libre asociado. ¿Cómo lo ve?

Siempre he dicho que federalismo sí, pero asimétrico, porque las condiciones de Canarias son totalmente distintas a las del resto de España. Somos un Archipiélago alejado en el Atlántico y el tratamiento tiene que ser tal y como lo ha reconocido Europa: diferente.

Pero, ¿tratamiento diferente en la asociación con el Estado?

El problema no está en España o no España, Estado o no Estado. Tenemos problemas mucho más gordos, como el desempleo. Entrar en disquisiciones de ese tipo en estos momentos es un disparate, porque a la gente ni le preocupa ni le ocupa.

O sea, que las prioridades son otras...

Sin lugar a dudas. Me parecería absurdo emplear más de un minuto en un tema como ese.

Se ha mostrado preocupado porque CC ha perdido la calle.

Sí, hay que recuperarla.

¿Pero no es el momento más difícil teniendo en cuenta la desconfianza ciudadana?

Por el momento tan difícil que estamos viviendo es por lo que hay que estar al lado de nuestra gente, de sus problemas. Nuestra obligación moral es asumir sus problemas como problemas propios e intentar darles soluciones. Esta es la razón de ser de un partido como CC, que ha nacido de abajo hacia arriba.

¿Y cuáles han sido los principales motivos que han llevado a esta situación?

Uno, que se ha perdido el contacto, la relación con los vecinos, y, otro, que estamos pasando por una crisis económica muy importante en la que hay muchas dificultades para subsistir. Esa es una enorme preocupación que tiene la gente, que más que discutir de ideología quiere hacerlo de sus problemas. Esa es la base fundamental y eso se nota en aquellos políticos que están en la calle y aquellos otros que están en una nube.

Entonces es esta una época más de trabajo de campo que de despacho...

Sin lugar a dudas. De recibir a la gente, de mirarle a la cara para darle a entender que su problema es tu problema.

¿Qué debe salir del congreso de CC para que retorne a sus orígenes?

La convicción profunda de que hemos nacido de la calle y tenemos que vivir de ella. Tienen que hacerlo todos y cada uno de los políticos de CC que estén en responsabilidades públicas.

Se podría decir pues que algunos miembros de CC se han acomodado...

Sin lugar a dudas. Hay personas que no han perdido la calle y otras que, por el contrario, se han acostumbrado al coche y se han olvidado de ella.

Defiende que el próximo presidente de CC sea de Gran Canaria. ¿Es una estrategia para recuperar el partido allí?

Precisamente porque se ha perdido hay que darle protagonismo. Si CC en Gran Canaria ha tenido un resultado malo quiere decir que no se ha atendido esta isla.

Pero estos años se ha hecho lo contrario a lo que comenta...

Exactamente. No se puede abandonar una isla tan importante y tan nacionalista por el hecho de que el resultado haya sido malo. Hay que buscar soluciones. Y una puede ser la Presidencia del partido o del Gobierno.

Esa es una amplitud de miras que no se ha tenido hasta ahora...

Dejé la Presidencia del Gobierno de Canarias (95-99), voluntariamente, para que pudiera ser un grancanario el presidente, Román Rodríguez. Quizás nos equivocamos, pero la intención clara era que él fuera presidente para que posteriormente lo fuera Adán Martín, de Tenerife. Todavía es necesaria esa alternancia, si no de Gran Canaria, de Fuerteventura o Lanzarote. En el grado de maduración que tenemos hay que mantenerla.

No ve compatibles las presidencias de CC y del Gobierno...

Un presidente del Gobierno está muy condicionado por los pactos, y el presidente del partido debe tener absoluta libertad para hacer de portavoz del partido. Sigo creyendo que el grado de maduración de nuestra opción nacionalista exige mantener equilibrios exquisitos entre todas las islas.