Participación de forma activa en la extinción de incendios forestales en Canarias, trabajos en las repoblaciones de los montes o una acción que terminó con las extracciones ilegales de arena en el Parque Nacional del Teide son algunos epígrafes de la vida laboral de Chano, un recién jubilado que trabajó 57 años para el medioambiente canario.

Estas son varias de las labores profesionales que recuerda con mayor orgullo Eugenio Sicilia, un funcionario que se jubiló en diciembre de 2011 tras haber trabajado como ordenanza de la Dirección General de Patrimonio Forestal del Estado, en el negociado de mecanización en el ICONA o como botones, primer puesto que ocupó cuando apenas tenía trece años.

Chano, como todo el mundo lo conoce, ha repasado en una entrevista su vida laboral, siempre ligada a los montes canarios, entre las que destaca un reconocimiento del Estado como Caballero de la Orden Civil del Mérito Agrícola por su labor en los trabajos de extinción en los montes de Candelaria y Chivisaya.

El incendio tras el que le dieron la medalla fue en 1972, y coincidió con que había llegado desde la península con un nuevo camión para extinguir incendios, recuerda, y lo utilizó sin "emisora ni nada".

Eugenio Sicilia relata que las circunstancias provocaron que se quedara solo dentro del camión en medio del fuego: notó el calor, agachó la cabeza y cuando la levantó vio todo ardiendo; las pasó "canutas", señala.

El camión cambió de color por la temperatura, agrega, y según pasó el fuego llegaron dos guardias civiles y dos peones que pensaban que se había quemado.

Tras el susto siguieron con los trabajos de extinción y al final consiguieron que el fuego no se pasara a Candelaria, precisa el jubilado.

Eugenio Sicilia destaca que con el paso de los años la gente se ha ido concienciando con la limpieza y el cuidado de los montes, "aunque ha costado mucho", ya que antes por ejemplo se recogía toda la basura de Izaña y al día siguiente había que volver a limpiar.

"Los incendios eran culpa del mechero y la colilla. Éste ha sido el problema. Ahora la gente está más concienciada y no se ven tantas colillas. Sin duda hemos ido a mejor", relata.

También estuvo en el incendio que se produjo en La Gomera en el año 1984, en el que perdieron la vida varias personas. Chano recuerda que llegó unos días después de comenzar el incendio, ya que las comunicaciones en la época no eran las de ahora y además coincidió con un fin de semana que pasó con su familia en Puerto de la Cruz.

"En los incendios tiene que haber gente que conoce el lugar. Antes se contrataba a la gente de los pueblos que conocía toda la zona. Hoy es gente joven, con preparación...pero no es como la gente de campo que saben los sitios de escape, las veredas...", ha dicho.

Chano recuerda que los años del ICONA fueron "maravillosos", todo era competencia del Estado y desde el pico Teide hasta el mar" lo controlaban ellos.

"Todo ha mejorado, hay más personal y más medios, pero antes cuando había un problema ibas al despacho del jefe y se resolvía sobre la marcha, ahora que si consejero, que si director general...".

Sicilia admite que en la época había pocos agentes forestales y había gente "con una red de información" que sabía los horarios de los guardias.

Utilizaban esta información para sacar arena del Llano de Ucanca, en el Parque Nacional del Teide, y "eran tremendos" los socavones que hacían.

Chano señala que un día convenció a un compañero para ir hasta Guía de Isora a las cuatro de la madrugada por la cumbre con la intención de "pillar" a los camiones cargando arena.

"Había cuatro camiones sacando arena. Nos identificamos como funcionarios y se les cambió la cara. Les pedimos la documentación y tramitamos la multa. A partir de ahí se terminaron las extracciones ilegales de arena en el Llano de Ucanca", relata.