Pocas sorpresas, o, más bien, ninguna, en la constitución, ayer, del Parlamento de Canarias que afrontará la VIII Legislatura. Las dudas que habían surgido en los días previos quedaron disipadas el lunes por la tarde, cuando los grupos con mayoría parlamentaria -Partido Popular (PP), Coalición Canaria (CC) y PSC-PSOE- dieron a conocer sus propuestas. Estas sí fueron, en algunos casos, sorprendentes.

Así, Antonio Castro, pese a sus reiterados anuncios de que no repetiría como presidente de la Cámara regional -su intención era regresar al Gobierno de Canarias-, fue elegido ayer, por segunda vez consecutiva -hasta el momento solo lo han logrado Victoriano Ríos (CC) y José Miguel Bravo de Laguna (PP)- para desempeñar este cargo los próximos cuatro años. Su elección se produjo por 58 votos a favor y solo dos en blanco, uno de ellos el del propio Castro.

En su discurso, tras ser nombrado presidente, Castro remarcó que asume de nuevo esta función por responsabilidad y para no eludir los retos, "por sacrificados y difíciles que sean". Además, dijo que si hace cuatro años la legislatura se presentaba "difícil y esperanzada", lo mismo ocurre ahora, de manera que la nueva Mesa del Parlamento tiene que desempeñar "con trabajo, con honestidad, con ilusión y con fe en nuestras posibilidades las tareas encomendadas". Su propuesta por parte de CC se entiende como la compensación del partido a los nacionalistas palmeros por su pérdida de poder local tras las elecciones.

Suspicacias aparte, Castro logró, incluso, el apoyo del que se perfila como principal grupo de la oposición, el PP, que optó por votar al diputado palmero, según dijo su secretario general, Manuel Fernández, al considerar que la figura del presidente del Parlamento se debe mantener "al margen" del debate político. Con todo, Fernández reconoció que había compañeros de partido que preferían abstenerse al no ser Castro el candidato propuesto por el PP, al que definició como un presidente, en ocasiones, "demasiado flexible".

Una sola mujer en la Mesa

Precisamente, y tras la votación pertinente, Manuel Fernández fue elegido vicepresidente segundo de la Mesa del Parlamento, por 21 votos, mientras que Julio Cruz (PSC-PSOE) fue nombrado vicepresidente primero, por 35. Cuatro papeletas salieron en blanco. Las secretarías primera y segunda, en cambio, las ocuparán José Miguel González (CC) -cuyo nombre había sonado durante los últimos días para presidir la Cámara legislativa- y Águeda Montelongo (PP), que lograron 35 y 21 votos, respectivamente. También en este caso cuatro de las papeletas quedaron en blanco. Montelongo será la única mujer en el órgano parlamentario, después de que la VII Legislatura se cerrase con tres mujeres en ella: Marisa Zamora, Cristina Tavío y Francisca Luengo.

Al margen de los nombramientos de los diputados citados, todos ellos integrantes ya de la recién concluida VII Legislatura, la Cámara regional dio ayer la bienvenida a otro grupo de parlamentarios que estrenan el remozado salón del edificio de la calle Teobaldo Power.

Unos lo hacían por primera vez -Pedro Martín, Belinda Ramírez, Luis Ibarra, Emilio Moreno y Bravo, Isaac Castellano, Javier Morales, Víctor Chinea, David de la Hoz, Nicolás Gutiérrez, Juan Pedro Hernández, Claudina Morales, José Luis Perestelo, Nieves Rosa Pulido, Fabián Martín, Felipe Alfonso El Jaber, Milagros Bethencourt, María Rosa de Haro, Josefa Luzardo, Astrid María Pérez, Alpidio Armas, Emilio Mayoral y José Miguel Pérez- y otros regresaban tras un paréntesis de varios años -Román Rodríguez, Ignacio González y Jorge Rodríguez-.

A partir de ahora queda pendiente la investidura del presidente regional, que podría realizarse la semana que comienza el 4 de octubre, fecha en la que concluye el periodo para formar los grupos parlamentarios.