En el final de la era Zapatero, y según las encuestas, el PP saca 18,5 puntos a los socialistas en intención de voto. Todos los expertos dicen que es imposible que el PSOE, se invente lo que se invente, que lo hará, pueda solventar esta desventaja. Zapatero está acabado, su Gobierno también y, por lo que se ve, también su partido. Ni en la peor época de Felipe González una encuesta había sido tan demoledora en contra de los de la ceja circunfleja. Adiós, pues a ZP.

Un presidente que se creyó líder de Europa, que negó la crisis hasta tres años después de comenzada, que ha culpado a la oposición de todos los males que él ha traído al país, que no ha sabido reaccionar sino cuando Europa le ha impuesto medidas para salvar la economía española; un señor inexpresivo, atónito, sin capacidad de respuesta, novicio en política; un individuo incapaz de unir al país entero para sacarlo del atolladero, tiene su merecido. Y mucho ha durado este desconcierto.

Un hombre incapaz de formar un buen Gobierno, que ha metido en él a otros personajes que han degradado el arte de gobernar, más que nada con memeces, niñadas y falsas alharacas de progresismo, que ha hundido la educación, que ha destrozado los estándares europeos de aprovechamiento escolar (y más en Canarias), que ha basado sus realizaciones en asignaturas estúpidas como la educación para la ciudadanía, en la retirada de crucifijos de las escuelas y en las polémicas del señor López Aguilar con el Vaticano, no puede seguir ahí. No debe seguir ahí. Se tiene que marchar, aunque sea él la única persona que no entienda lo que ha hecho y una de las que no conozca el significado del verbo dimitir. De estas últimas hay muchas en todo el país de Zapatero y en el nuestro, en Canarias.

Las encuestas, inexorables, han trazado el rumbo del futuro. Los socialistas tendrán que buscar otro líder, un socialdemócrata que vaya con los tiempos, que no desentierre a los muertos de viejas batallas, que no nos quiera hacer laicos a la fuerza, que no invente chorradas como su alianza para las civilizaciones, que lo único que nos ha costado ha sido el dinero. Un hombre normal, no un iluminado. Este país está harto de iluminados. Le sobran. El PSOE necesita otra carita y no a este Bambi que nos ha metido definitivamente en la selva.