Poco más de una veintena de trabajadores sanitarios se manifestaron ayer a las puertas del Hospital de La Candelaria, en protesta por las bases de la Oferta Pública de Empleo (OPE) de la Consejería de Sanidad.

Es la segunda vez que los sanitarios se manifiestan de una manera tan ostensible, pero el grupo estaba claramente mermado comparado con el del miércoles anterior, que lo formaban cerca de un centenar de personas.

Fran Bautista, secretario insular de Sanidad de UGT, denunció que los trabajadores "habían recibido amenazas" y que "hay órdenes de la Consejería de que no nos podemos manifestar dentro del recinto del Hospital de La Candelaria".

Bautista opinó que la solución del problema pasa por que la Administración se siente a negociar y solucione lo que calificó de "un problema creado por la propia Consejería de Sanidad".

Este movimiento comenzó por el malestar de un grupo de facultativos de La Candelaria que no estaban de acuerdo con que se les examinase con 150 preguntas tipo test por especialidad, sin dejarles desarrollar sus conocimientos de subespecialidades en supuestos prácticos, como se hace en otras comunidades autónomas.

"Sanidad ya ha recibido quejas de los jefes de servicio de los hospitales de Canarias, que se quejan de que se les haya dejado fuera de la selección de personal", aseguró Carlos Solís, coordinador regional del sindicato médico de UGT. "Un examen tipo test es una forma parcial de selección en la que no se tiene en cuenta la experiencia, la calidad humana, la capacidad de trabajo en equipo o la técnica".

Por su parte, Bautista apostó a que muchos de los peninsulares que accedieran a un puesto de trabajo mediante esta OPE "pedirán comisiones de servicio para irse a la Península", con lo que la calidad de la sanidad canaria se vería comprometida.

"Hay un acuerdo de 2007 en Mesa Sectorial, que era una apuesta clara para consolidar puestos de trabajo", afirmó Bautista.