La confluencia de las calles Teobaldo Power con Castillo y Bethencourt Alfonso, lugar donde está ubicado el Parlamento de Canarias, se ha convertido en los últimos días en el centro de la mayor parte de las protestas contra el Gobierno de Canarias y los dos partidos que lo sustentan, esto es, Coalición Canaria (CC) y Partido Popular (PP).

Al color verde que durante las últimas semanas ha representado la protesta de los trabajadores de Radiotelevisión Canaria (RTVC), que reclaman un convenio laboral más justo, se unió en los últimos días el color negro de los ecologistas y contrarios a la construcción del puerto de Granadilla. Con este color, los manifestantes querían representar el luto por la "muerte" de la biodiversidad canaria, justamente en el año en el que se conmemora su año internacional.

En el primer caso, las críticas se han centrado, principalmente, en el presidente del Gobierno de Canarias, Paulino Rivero, y en el director del ente RTVC, Guillermo "Willy" García, a los que han acusado de dejar vendidos a los trabajadores y de no apostar por la calidad del producto, especialmente de los servicios informativos. Al grito de "Fuera, fuera, fuera", en el caso del presidente, y "Es un Dj, no es un periodista", en el de García, los empleados de RTVC han reivindicado sus derechos frente al edificio parlamentario.

Los ecologistas, en cambio, han repartido sus críticas entre los miembros del Ejecutivo regional y los representantes de los dos partidos que lo sustentan, CC y PP. Cadenas humanas, concentraciones a las puertas del Parlamento, ruedas de prensa y recogida de firmas han sido algunas de las movilizaciones que han precedido la polémica aprobación, ayer, del nuevo Catálogo de Especies Protegidas de Canarias.

Los colectivos ecologistas han atacado con especial insistencia al consejero de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio del Gobierno de Canarias, Domingo Berriel, al presidente Rivero y al promotor de la proposición de Ley del Catálogo, el nacionalista José Miguel González.

"No nos marchamos"

Al grito de "golfos", "ladrones" y "estafadores", durante la tarde del martes y la mañana de ayer los contrarios al catálogo se hicieron oír, no sólo en la calle, sino también en el remozado salón de plenos del Parlamento regional.

Los manifestantes cumplieron su advertencia de que "aquí estamos, de aquí no nos marchamos", y mantuvieron su protesta hasta que se consumó la aprobación del texto legal presentado por CC y PP.

En lo que coinciden "camisas verdes" y "camisas negras" es en que sus movilizaciones continuarán, allí donde más puedan hacerse oír, ya sea en la Cámara regional o cualquier lugar al que asista algún miembro del Gobierno relacionado con estas dos cuestiones.

A partir de ahora, sólo cabe esperar para conocer frente al Parlamento de Canarias cuál va a ser el color de la camisa que dará sentido a la próxima manifestación, toda vez que el centro de la capital tinerfeña se ha convertido en la principal plataforma para dar a conocer reclamaciones varias.