LA ARQUITECTA María Luisa Cerrillos admiró a la concurrencia, en el Castillo portuense de San Felipe, durante su charla de dos horas del pasado miércoles, organizada por el Club de Leones.

Cerrillos expuso las líneas maestras de su Plan Especial del Casco del Puerto de la Cruz. Hay que decir que los ciudadanos portuenses han mostrado su satisfacción porque sea ella quien remodele una ciudad que necesita urgentemente de un cambio.

La propia arquitecta se ha manifestado sorprendida por las condiciones que tiene el casco urbano portuense para poderlo cambiar, respetando las maravillas que alberga. Cerrillos ya ha demostrado su buen hacer y su profesionalidad en Cartagena de Indias y en La Laguna.

Y es de actuación rápida. Nada más darse cuenta de que un árbol y su absurda peana molestaban en la plazuela Concejil, frente a la Casa Ventoso, mandó quitarlos y ahora aquel edificio luce como nunca.

Su idea de derribar muros para que la ciudad mire al mar es sencilla y genial. Toda La Ranilla va a mirar al océano, ahora ya sin los miedos de antaño. La plaza de Europa, horrorosa, será remodelada. La ciudad va a tener otra cara, que es el título de una inolvidable novela de don Luis Gálvez, que ganó el primer premio Pérez Armas, allá en la noche de los tiempos. Ojalá que consiga que la plaza del Charco vuelva a ser la del Charco de los Camarones, cuando el mar entraba plácidamente en ella. Es una apuesta atrevida que muchos portuenses aplaudirían.

Cerrillos tiene ante sí huesos duros de roer, como la horrorosa estación de guaguas y sus anexos y algunos edificios, como el Belair, que no los mueve nadie. Pero algo se le ocurrirá. Lo más importante es que el Puerto de la Cruz, arquitectónicamente, está en buenas manos y que bien vendrían los consejos y las sugerencias de los ciudadanos y de los técnicos, que ella estudiará con cariño, sin duda.

¿Estamos ante el cambio definitivo de una ciudad que languidecía? Ojalá sea así. Porque las posibilidades de remodelación son muy grandes y porque aquí está ahora una mujer enamorada de su trabajo que quiere dar un vuelco a la ciudad portuense.

Ha sido un acierto su contratación y una apuesta muy interesante, de cara al futuro. Pero, en todo caso, una apuesta que el Puerto de la Cruz merecía. Ahora es de esperar que cuente con todo el apoyo posible y que nadie se ponga a torpedear su trabajo, como es costumbre en este pueblo.