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Vivir el museo
El TEA (Tenerife Espacio de las Artes) ha sido escenario las últimas tres semanas de una particular escuela veraniega, en la que un grupo de niños de entre seis y once años ha aprendido a aproximarse al arte de una forma amena y creativa. Se trata -explica Paloma Tudela, coordinadora del Departamento de Educación del TEA- de que los participantes "se acostumbren al espacio del museo, a vivirlo y a ver que no es aburrido". Mediante esta original experiencia, los niños han descubierto cosas que desconocían sobre el color y la perspectiva y han comprendido que un cuadro no se mira igual que una escultura, que ésta puede observarse desde diferentes puntos de vista, rodearse y, a veces (no siempre), tocarse. El trabajo se ha desarrollado en cuatro sesiones y ha tenido dos vertientes: una teórica y otra práctica. El primero de los talleres consistió en la elaboración de obras de arte a partir de materiales reciclados (papel de periódico, tapas o botellas). En el segundo, "Mi obra favorita", han "hecho suya" una de las obras del museo, reinterpretarla a su manera. "Es la única forma de que se les quede", comenta Paloma Tudela. En cuanto al tercer taller, "La mujer estrella", les ha acercado a la escultura a través de la obra del mismo nombre de Alberto Sánchez, les ha enseñado a contemplarla y, a través de la creación de su propia "mujer estrella" con plastilina y alambre, les ha permitido trabajar el volumen y el modelado. La última de las actividades, "El patio de mi casa", ha convertido a los niños en pequeños urbanistas que diseñan y construyen su ciudad ideal. "Les ayuda a reflexionar sobre su entorno, a diferenciar espacios públicos y privados, a darse cuenta de lo que está mal hecho en el lugar donde viven". A juzgar por los comentarios de los participantes, la experiencia ha resultado todo un éxito: "Antes veías los cuadros colgados y te ibas -dice uno de ellos-, y ahora tienes ganas de volver con amigos para explicarles cómo es todo".