Las adopciones en el Archipiélago se han disparado a juzgar por los datos relativos a 2008, que señalan que, en comparación con el año anterior, los casos resueltos han aumentado más del doble. En concreto, a fecha 31 de diciembre de 2007 en las Islas se había adoptado a 21 menores, mientras que en la misma fecha del pasado año esta cantidad ascendió a 52.

Llama la atención que del total de adopciones, 14 fueron a parejas de hermanos, 9 a tres hermanos e incluso 4 fueran todos ellos hermanos.

"Son en este tipo de casos en los que más nos cuesta que las familias adopten porque no todo el mundo quiere ni puede, así que estamos especialmente contentos del aumento que se ha registrado en el número de adopciones de este tipo", señala la directora general del Menor y la Familia, Carmen Steinert, que además explica que "hay que pensar que el año pasado una familia canaria aumentó en cuatro miembros de una sola vez y eso es encomiable y un ejemplo a seguir".

Y es que, aunque hay muchas personas interesadas en ampliar su familia gracias a este proceso, la mayor parte de ellas busca bebés o niños de muy corta edad y esos son los que menos hay al cuidado de la Administración.

"Es raro que un bebé esté en adopción, ya que sólo es si son abandonados y no se encuentra a su familia. En el resto de los casos, lo normal es que no sean declarados en desamparo hasta que tienen varios años porque primero se intenta trabajar con la familia hasta agotar todas las posibilidades. Al final, la norma general es que los bebés que hay en desamparo, y que pueden ser susceptibles de adopción, suelen pertenecer a un grupo de hermanos en los que se han detectado los indicadores de riesgo desde hace tiempo, así que también es difícil que una familia quiera hacerse cargo de ellos".

Preguntada acerca del notable ascenso habido de un año para otro, Steinert lo achaca a la reestructuración habida desde 2007, que ha modificado el sistema de trabajo creando un sistema único que se ha visto apoyado directamente con la aprobación de un decreto autonómico en la materia.

"Hemos comenzado de cero y por ello se han revisado todos y cada uno de los expedientes para descubrir sus posibilidades, y ha salido muy bien, como demuestran las cifras", manifiesta la directora.

La previsión es que las adopciones nacionales continúen incrementándose durante este año de una forma notable, ya que se da la circunstancia de que, por la crisis económica, las solicitudes de adopciones internaciones han comenzado a descender.

"Hay que tener en cuenta -señala Steinert- que las adopciones que se hacen fuera de España suelen conllevar siempre un coste económico que, según el caso, puede resultar elevado, de ahí que estamos haciendo una campaña informativa importante para tratar de desviar esas solicitudes a las adopciones nacionales".

Sin embargo, uno de los motivos por los que los padres buscan niños en adopción en el extranjero es porque el procedimiento es más rápido que en las adopciones nacionales. "Se está trabajando en ello y de hecho en Canarias se ha mejorado muchísimo en los últimos tiempos, pero el problema es generalizado y va más allá de nuestras competencias, porque la ley sobre adopciones nacionales no está tan desarrollada como la de internacionales y, por ejemplo, un menor no está oficialmente adoptado aunque esté ya plenamente integrado en su familia hasta que un juez lo ratifica, incluso cuando hay un consentimiento tácito por parte de la familia biológica del niño", sentencia la máxima responsable institucional de menores.