Las agresiones a médicos en España disminuyeron un 16% en 2012 llegando a las 416, ochenta casos menos que el año anterior, de las que el 18% conllevaron lesiones y el 15% baja laboral, según ha mostrado el último informe del Observatorio de Agresiones de la Organización Médica Colegial (OMC), presentado ayer con motivo del Día Nacional contra las Agresiones en el Ámbito Sanitario.

Se trata, por tanto, de una "reducción importante" del número de agresiones que sufren los médicos y que, en el año 2012, padecieron especialmente las mujeres (55%). Este porcentaje se opone al de 2011, donde los hombres sufrieron más agresiones (53%) frente al 47% de las mujeres.

En cuanto a la distribución por tramos de edades en los que se producen estos hechos, los médicos de 46 a 55 años representan el 37% de los agredidos, seguidos de los de 36 a 45 años con un 28% y, de 56 a 65, con un 19%. No obstante, los jóvenes de entre 26 y 35 años representan el 14% de los profesionales que han recibido algún tipo de agresión y los mayores de 66 años, el 2%.

Según informó el secretario general de la OMC, Serafín Romero, la mayor parte vienen motivadas por "discrepancias" en la atención médica (27%), por el tiempo en ser atendido (14%), por no recetar el medicamento propuesto por el paciente (12%), por discrepancias personales (9%), por emitir informes médicos no acordes con sus exigencias (6%), por la incapacidad laboral (5%) o por malestar en el funcionamiento del centro (5%).

"Que haya aumentado el tiempo en ser atendido como consecuencia de la crisis económica y, por tanto, las agresiones puede significar que algo no está funcionando bien", comentó Romero, quien informó de que, además, el informe ha desvelado, un año más, que el sector sanitario público es donde se producen la mayor parte de estas conductas violentas, con un 89% de los casos, frente al 11% del sector privado.

En este sentido, sigue siendo la Atención Primaria donde se producen la mayoría de las agresiones (68%) dado que en ella se engloban las consultas y las urgencias extrahospitalarias. Por su parte, en el ámbito hospitalario se producen el 19% de las agresiones y el 13% en otros espacios sanitarios. Asimismo, de todos ellos, el 65% se realizan en la consulta y/o internamiento, el 22% en Urgencias y el 13% en otros lugares.

En relación a los agresores, el informe de la OMC muestra que el 28% de los casos son familiares del enfermo; el 28% son pacientes sin cita previa; el 2% son pacientes programados y el 19% son usuarios del centro donde se producen las agresiones. De ellos, el 58% no tienen antecedentes, el 17% cuenta con antecedentes psiquiátricos, el 15% tiene una enfermedad crónica y el 10% restante presentan antecedentes relacionados con las drogas.

"Las agresiones se suelen producir cuando hay un fallo en las expectativas que tienen los pacientes con los profesionales sanitarios. No obstante, llama la atención de que a pesar de los recortes y del aumento de las listas de espera no se ha producido un aumento en el número de agresiones", comentó el presidente de la OMC, Juan José Rodríguez Sendín, quien avisó de que, a pesar de estas "buenas cifras, no es tolerable ni una sola de las acciones violentas que se producen".

Por otra parte, el Observatorio de Agresiones analizó por primera vez las sentencias que se han producido como consecuencia de las denuncias efectuadas por los profesionales médicos por estas agresiones. En concreto, de las acciones emprendidas desde los colegios de médico, el 70% se efectuaron diligencias, en el 68% se presentaron denuncia y en el 46% se celebró juicio.

Asimismo, de las 83 sentencias analizadas por el Observatorio, 29 conllevan delitos por atentado contra la autoridad pública, lesiones y amenazas, y 77 por faltas como, por ejemplo, lesiones, maltrato, injurias, vejaciones, amenazas, coacciones, hurto, daños o por debido respeto al orden público.

En este sentido, Romero advirtió de que hay artículos del Código Penal que catalogan unos delitos mientras otros, diferentes, interpretan las lesiones y las amenazas. Un hecho que, a su juicio, puede ser "peligroso" debido a que puede que se esté tratando como un delito de falta una agresión o viceversa.

"Nos preocupa que haya algunas interpretaciones que puedan estar conllevando a no tomar decisiones con respecto a este tema en el ámbito de diferentes juzgados con diferentes interpretaciones", enfatizó el secretario general de la OMC.

Por este motivo, los dirigentes de la OMC se reunió con el ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, para trasladarle todas estas inquietudes e intentar que se unifiquen los criterios judiciales y, al mismo tiempo, agradecer su compromiso con la lucha contra las agresiones a los médicos.

El SATSE defiende a los enfermeros

El Sindicato de Enfermería, SATSE, rechazó ayer cualquier agresión cometida hacia los profesionales sanitarios, porque atenta contra la integridad física o psíquica de la persona perjudicada y afecta también negativamente al funcionamiento del sistema sanitario en su conjunto y a la atención que reciben los ciudadanos. Con motivo del Día Nacional Contra las Agresiones en el Ámbito Sanitario, el sindicato reiteró, bajo la máxima "agredir a una enfermera nos perjudica a todos", que cualquier acto violento hacia un profesional supone un perjuicio, en primera instancia, para el afectado, pero también para todas las personas que necesitan de su atención sanitaria.

Explicó a través de un comunicado que "cuando un profesional es agredido, también son agredidos el resto de ciudadanos que son atendidos por él y le necesitan, e incluso, aunque no lo quiera ver, el propio agresor, al romperse el principio de confianza que debe haber".

Asimismo, la organización sindical advirtió de que la probabilidad de que ocurran este tipo de incidentes es mayor si la calidad de la atención que se ofrece al paciente disminuye por los recortes que se están produciendo en la sanidad pública.

SATSE reiteró que una de las consecuencias de los recortes que están imponiendo las administraciones sanitarias es una menor calidad en la atención al paciente, más esperas y menos recursos, lo que puede conllevar mayores niveles de ansiedad y que éste o algún familiar protagonice un altercado con los profesionales sanitarios, especialmente las enfermeras, al ser las más cercanas a ellos.

Asimismo, señaló que no se puede culpabilizar del mal funcionamiento del servicio a las personas que también están sufriendo de manera continua las deficiencias y problemas del Sistema Nacional de Salud. "Lo hacen, además, en una doble vertiente, como profesionales a la hora de desarrollar su trabajo y también como ciudadanos", dijo.

Por otra parte, pidió que los sanitarios sean reconocidos como autoridad pública en el espacio sanitario.