Después de haber cumplido 90 días de rehabilitación, la actriz Lindsay Lohan pasó por el programa de la televisión estadounidense que conduce la periodista de Oprah Winfrey a la que confesó que, a pesar de sentirse "feliz" con sus adicciones y "todo el caos" que le rodea, inconscientemente, está "deseando ingresar en prisión y así encontrar algo de paz".

Detrás de las palabras de Lohan parecía haber mucha madurez: "Esta vez en rehabilitación necesitaba callar y escuchar. En este caso no estaba peleando en absoluto". Y es que en las otras cinco veces en las que había estado ingresada, el enfoque hacia sus problemas personales no había sido el correcto.

"Yo soy mi peor enemigo y ahora ya lo sé y lo reconozco", confesó.

Entonces, Oprah le lanzó la pregunta más comprometedora de la entrevista: "¿Eres adicta?", a lo que Lohan igual de contundente le respondió: "Sí, al alcohol". Y añadió el porqué: "Eso, en el pasado, era una puerta para otras cosas... Probé cocaína con alcohol".

En cuanto a la cocaína, la actriz reveló que la ha consumido, pero en contadas ocasiones: "Realmente no la he probado más de 10 o 15 veces", sentenció.