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ocio | La primera verbena después de las restricciones

Verbenas en Tenerife: Una gran marejada inunda El Tablero

La primera verbena sin restricciones atrae a más de mil personas al pueblo del Suroeste de Santa Cruz | Seguridad y control definen las cuatro horas de fiesta y música

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Verbena en El Tablero Andrés Gutiérrez

La música de las orquestas de Tenerife y la novelería de unas gentes isleñas con muchas ganas de fiesta convergieron anoche en el pueblo de El Tablero, al Suroeste de Santa Cruz, en la primera verbena que se celebra después de las restricciones por la pandemia del coronavirus. Los vecinos se volcaron para recibir a más de un millar de personas que durante cuatro horas bailaron al son de los temas clásicos. De Marejada a Noche de Fantasía y de las inmortales melodías de la Billo’s Caracas Boys a las canciones del verano del eterno Georgie Dann.

La plaza de la iglesia de El Tablero se llenó poco a poco. De la plácida tarde de sábado a la unión de todos los elementos de una verbena más que esperada. La iluminación y el atrezzo destacan en un escenario que acogió de manera alternativa, entre las diez de la noche y las dos de la mañana, a las formaciones Tropin y Acapulco. Hubo que contratar a esta última como refuerzo porque las redes sociales anunciaban una presencia masiva de gente. Y se cumplieron las expectativas sobre las tablas y también bajo ellas.

Atentas a los temas que se van desgranando están Concepción y Carolina, una del propio pueblo de El Tablero y la otra, llegada desde Tíncer. Ambas son unas enamoradas del baile y las verbenas, y además las disfrutan muy cerca del escenario. Recuerdan cómo La Gomera abría hace unos días el calendario, con los conciertos celebrados en la Villa y Playa Santiago.

Todo se desarrolla con normalidad, sin incidentes y con un potente dispositivo de seguridad –23 agentes de la Policía Local más 20 de la Nacional–, además de aparcamientos fuera del perímetro cerrado en torno a la plaza –cinco calles fueron segadas– donde solo se permite transitar a los peatones. El concejal del distrito, Javier Rivero, se desvive durante todas esas horas para que todo transcurra según lo previsto, y también hace acto de presencia el alcalde, José Manuel Bermúdez.

Romería de El Tablero Andrés Gutiérrez

El otro factor clave para asegurar ese clima de tranquilidad es el uso del transporte público, en concreto la guagua de la línea 933 de Titsa, que funciona de manera ininterrumpida hasta las 3:30 de esta madrugada.

La 933 es la línea habitual que se dirige desde y hasta El Tablero. Una segunda guagua permite disponer hoy de 80 plazas en cada viaje. Y van empetadas. En un momento dado se apea una multitud de jóvenes, algunos procedentes del centro de la capital pero, sobre todo, de la comarca cercana, la de aquellos barrios que en su día formaron parte de El Rosario y que el alcalde Díaz Bacallado cedió en 1972 a la capital, donde existe mucha tradición de verbena.

En el mapa

No se permiten cantinas, circunstancia que algunos no terminaban de entender, porque los bares del entorno de la plaza sí despachaban comida y bebidas. En uno de ellos, el mítico Cuatro Caminos, su propietario, Michel Trujillo, considera que esta verbena supone una buena iniciativa, «un nuevo principio después de la pandemia», comentaba. Por su parte, José Antonio, un comerciante del lugar, aportaba un dato. «Esto significa poner en el mapa al pueblo de El Tablero». Y otro contertulio tercia: «A mí me lo han llegado a confundir con El Tablado y, claro, hay quien acaba yendo más allá de los túneles de Güímar». No faltan las voces críticas. Es el caso de Sari, para quien el pueblo necesita cosas más urgentes antes que un baile, como por ejemplo un buen servicio de limpieza. Hay gente de todas las edades, «tal vez muchas para un pueblo tan pequeño», comenta Inmaculada, del Centro Cultural Tamaragua.

Por fin volvieron los bailes a nuestras plazas como preludio de un verano que tiene pinta de ser bastante movido. Iván Díaz, de l la orquesta Acapulco, cuenta los minutos hasta las 23:30, la hora en la que tienen previsto subirse al escenario. «Nos hace una enorme ilusión volver a trabajar después de dos años», y además con las agendas bien cubiertas. Trabajo por fin después de dos años, igual que para las empresas de montaje de escenarios, sonido e iluminación. En el otro lado, el de los noveleros, hay muchas ganas de baile... y de verbena.

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