El anuncio del gobierno municipal de la capital tinerfeña de poner en marcha desde el próximo día 20 el pabellón Pancho Camurria como dispositivo provisional nocturno para personas sin hogar, a consecuencia del aumento de la demanda de los recursos sociales de acogida y alojamiento registrado en esta etapa de crisis social y sanitaria causada por la Covid-19, ha provocado la indignación de vecinos del barrio de Azorín.

Dirigentes de la asociación de este núcleo se hacen eco de las críticas recibidas por la decisión de los servicios sociales municipales de habilitar 35 plazas, en horario nocturno, en las referidas instalaciones, para ampliar la cobertura que se presta en el Centro Municipal de Acogida (CMA) –conocido popularmente como el albergue–. A juicio de los dirigentes locales, “es fundamental que comience su funcionamiento esta semana, ya que los recursos especializados para este colectivo se encuentran completamente ocupados y desbordados”.

El colectivo vecinal Azorín muestra su “indignación” con la “idea de Bermúdez de abrir el Pancho Camurria para meter a sin techos”, y esgrimen que “Santa Cruz tienen más polideportivos y recursos, para que siempre se ubiquen los de carácter social en la misma zona”. Un portavoz vecinal recuerdan que los residente en la barrio todavía viven con el miedo en el cuerpo después de que “un segurita del albergue salvara su vida, tras recibir una puñalada de un usuario, gracias a su chaleco”.

“El problema no es que se activen las 35 plazas en el Pancho Camurria por la noche, sino que quienes duermen en el polideportivo en horario nocturno, por la mañana estarán haciendo sus necesidades en la calle o en cualquier lugar del barrio, como ya está demostrado con cuantos acuden al albergue y han convertido los parques, jardines, acercas y zonas aledañas en su zona de expansión, con el riesgo añadido del posible contagio de la Covid-19 que tiene en jaque a toda la población”, inciden los representantes vecinales. “Ahora se anuncia la puesta en marcha del servicio y luego se desentienden de esta prestación”. “¿Por qué no ponen el pabellón Pancho Camurria a disposición de los vecinos para que puedan hacer deporte?; somos de los pocos barrios de la capital que carece de unas instalaciones deportiva. Precisamente, porque la antigua cancha de Azorín es donde actualmente está el poblado de chabolas”.

Promesas incumplidas

Desde la asociación de vecinos muestran su solidaridad con los eventuales usuarios de las 35 plazas que se prevén habilitar en el Pancho Camurria, pero inciden en solicitar al equipo de gobierno que dirige José Manuel Bermúdez para que este servicio no suponga una carga añadida para el barrio de Azorín, que ya cuenta con el albergue municipal.

“Entendemos la situación en la que se encuentran esas personas; pedimos repartir la carga con otros barrios de Santa Cruz”, matizan desde la asociación, que recuerdan que el 25 de agosto el alcalde mandó al concejal del distrito, Carlos Tarife, “para enfriar las balas”. Entonces se reconoció que lo único que había mejorado es la limpieza, de hecho se ha pedido que se amplíe la limpieza en los exteriores del albergue.

“Todavía esperamos las promesas de 2018 cuando se nos prometió que se iba a arreglar el parque Manuel Castañeda”. “Soy una vecina de Cepsa. Me encuentro desmoralizada y desprotegida. Era un barrio maravilloso y ahora es un entorno desprotegido”, se lamentó una vecina, que rechaza llevar 35 sin techos al Pancho Camurria.