El Ayuntamiento de Santa Cruz prevé que la nueva Ordenanza Municipal del Ruido, que sustituirá a la aprobada en los años 90, entre en vigor a finales de 2021. La intención del Consistorio es que en la futura normativa se tripliquen las cuantías de las sanciones, fundamentalmente aquellas relacionadas con infracciones por molestias ocasionadas por los botellones (consumo de alcohol en la calle) y por la música que suele acompañar a esta práctica, con altavoces en los vehículos, pasando de los 90 euros actuales a 300.

Asimismo, otro de los cambios importantes que se introducirán en la nueva ordenanza, según explican los técnicos del área de Medio Ambiente del Consistorio, es la posibilidad de que los agentes de la Policía Local puedan “multar las molestias vecinales, como por ejemplo aquellas ocasionadas por poner la música alta o por gritar en los domicilios”, algo que en la actualidad no pueden hacer.

Evelyn Alonso: "La normativa luchará contra los ruidos en la capital"

La concejal responsable del área, Evelyn Alonso, destaca que la futura normativa tiene como objetivo “luchar contra el ruido y las vibraciones en la capital tinerfeña, importante causa de preocupación ciudadana, puesto que incide en la calidad de vida de las personas y, además, puede provocar efectos nocivos en la salud y en el comportamiento tanto individual como social”.

Asimismo, añade la también edil de Seguridad y Movilidad, para el Consistorio chicharrero es prioritario actualizar la actual ordenanza para adaptarla a la normativa estatal y para “concretar los instrumentos jurídicos y técnicos precisos dirigidos a dar una respuesta adecuada a las inquietudes de los ciudadanos respecto de la contaminación acústica, mejorando su calidad de vida”.

“Con la nueva ordenanza ofreceremos una regulación detallada de cada emisor acústico, destacando las actividades clasificadas y espectáculos públicos, a las que se les requiere, por constituir un importante foco emisor de ruido ambiental, exigencias añadidas, como la elaboración previa de un estudio o informe de impacto acústico, según se sometan a licencia o a comunicación previa; certificaciones acreditativas del cumplimiento de los requisitos, una vez completada la instalación; o auditorías acústicas que deberán realizar de forma periódica”, explica Alonso. También se regularán los ruidos por vehículos a motor y ciclomotores, por carga y descarga de mercancías, y por servicios de limpieza y recogidas de residuos, entre otros aspectos.

La edil señala que se hará especial hincapié en la convivencia ciudadana, respecto a las molestias ocasionadas por ruidos derivados del comportamiento vecinal, tanto en el interior del domicilio como en el ambiente exterior.