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Andrés Gutiérrez
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El día grande de La Laguna estuvo marcado ayer por la inestabilidad meteorológica. Desde por la mañana sobrevoló la posibilidad de suspender los actos, una vez que la lluvia hizo acto de presencia y se convirtió en protagonista durante la misa solemne en la Catedral. Llovía y se despejaba; un par de gotas más y unos cuantos rayos de sol. Así transcurrían los prolegómenos de la procesión por las calles laguneras. Pero las precipitaciones dieron una tregua cuando el Crucificado Moreno iba a salir a la calle. Sin embargo, el mal tiempo obligó a suspender el desfile nocturno.
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El día grande de La Laguna estuvo marcado ayer por la inestabilidad meteorológica. Desde por la mañana sobrevoló la posibilidad de suspender los actos, una vez que la lluvia hizo acto de presencia y se convirtió en protagonista durante la misa solemne en la Catedral. Llovía y se despejaba; un par de gotas más y unos cuantos rayos de sol. Así transcurrían los prolegómenos de la procesión por las calles laguneras. Pero las precipitaciones dieron una tregua cuando el Crucificado Moreno iba a salir a la calle. Sin embargo, el mal tiempo obligó a suspender el desfile nocturno.
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