En las ciudades canarias hay mirlos, capirotes, alpispas (lavanderas), cernícalos que crían en lo alto de los edificios y halcones que se lanzan a la captura de tórtolas. No han aumentado su número con el confinamiento, pues "las aves siempre han estado ahí, pero no las mirábamos", afirma el naturalista Juan José Ramos, gerente de Birding Canarias y promotor de proyectos de conservación y divulgación medioambiental, que señala que no es factible que en menos de un mes de confinamiento de las personas se haya producido un incremento en el número de aves, sino que ahora hay tiempo para mirarlas y no hay ruidos que oculten su canto.
CAN CORONAVIRUS AVES
En las ciudades canarias hay mirlos, capirotes, alpispas (lavanderas), cernícalos que crían en lo alto de los edificios y halcones que se lanzan a la captura de tórtolas. No han aumentado su número con el confinamiento, pues "las aves siempre han estado ahí, pero no las mirábamos", afirma el naturalista Juan José Ramos, gerente de Birding Canarias y promotor de proyectos de conservación y divulgación medioambiental, que señala que no es factible que en menos de un mes de confinamiento de las personas se haya producido un incremento en el número de aves, sino que ahora hay tiempo para mirarlas y no hay ruidos que oculten su canto.
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En las ciudades canarias hay mirlos, capirotes, alpispas (lavanderas), cernícalos que crían en lo alto de los edificios y halcones que se lanzan a la captura de tórtolas. No han aumentado su número con el confinamiento, pues "las aves siempre han estado ahí, pero no las mirábamos", afirma el naturalista Juan José Ramos, gerente de Birding Canarias y promotor de proyectos de conservación y divulgación medioambiental, que señala que no es factible que en menos de un mes de confinamiento de las personas se haya producido un incremento en el número de aves, sino que ahora hay tiempo para mirarlas y no hay ruidos que oculten su canto.
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En las ciudades canarias hay mirlos, capirotes, alpispas (lavanderas), cernícalos que crían en lo alto de los edificios y halcones que se lanzan a la captura de tórtolas. No han aumentado su número con el confinamiento, pues "las aves siempre han estado ahí, pero no las mirábamos", afirma el naturalista Juan José Ramos, gerente de Birding Canarias y promotor de proyectos de conservación y divulgación medioambiental, que señala que no es factible que en menos de un mes de confinamiento de las personas se haya producido un incremento en el número de aves, sino que ahora hay tiempo para mirarlas y no hay ruidos que oculten su canto.
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En las ciudades canarias hay mirlos, capirotes, alpispas (lavanderas), cernícalos que crían en lo alto de los edificios y halcones que se lanzan a la captura de tórtolas. No han aumentado su número con el confinamiento, pues "las aves siempre han estado ahí, pero no las mirábamos", afirma el naturalista Juan José Ramos, gerente de Birding Canarias y promotor de proyectos de conservación y divulgación medioambiental, que señala que no es factible que en menos de un mes de confinamiento de las personas se haya producido un incremento en el número de aves, sino que ahora hay tiempo para mirarlas y no hay ruidos que oculten su canto.
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En las ciudades canarias hay mirlos, capirotes, alpispas (lavanderas), cernícalos que crían en lo alto de los edificios y halcones que se lanzan a la captura de tórtolas. No han aumentado su número con el confinamiento, pues "las aves siempre han estado ahí, pero no las mirábamos", afirma el naturalista Juan José Ramos, gerente de Birding Canarias y promotor de proyectos de conservación y divulgación medioambiental, que señala que no es factible que en menos de un mes de confinamiento de las personas se haya producido un incremento en el número de aves, sino que ahora hay tiempo para mirarlas y no hay ruidos que oculten su canto.
En las ciudades canarias hay mirlos, capirotes, alpispas (lavanderas), cernícalos que crían en lo alto de los edificios y halcones que se lanzan a la captura de tórtolas. No han aumentado su número con el confinamiento, pues "las aves siempre han estado ahí, pero no las mirábamos", afirma el naturalista Juan José Ramos, gerente de Birding Canarias y promotor de proyectos de conservación y divulgación medioambiental, que señala que no es factible que en menos de un mes de confinamiento de las personas se haya producido un incremento en el número de aves, sino que ahora hay tiempo para mirarlas y no hay ruidos que oculten su canto.