EL DÍA ha estado presente de forma constante en la vida de la sociedad tinerfeña. Siempre y puntual en los quioscos, bares, cafeterías y hogares de miles de familias, haciendo la esencial función de informar, pero también la labor de conectar y cohesionar a la sociedad canaria. El emblema y el significado de la cabecera de EL DÍA trasciende de su realidad empresarial para formar parte de la comunidad a la que sirve”.

María José Fariña (izqd.) y Natacha Rodríguez, de la sección de Diseño de EL DÍA. Carsten W. Lauritsen

“EL DÍA es mi primer periódico de cabecera como fuente de información cercana, así como una plataforma desde la que puedo expresarme con total libertad. Su capacidad para conjugar tradición y modernidad, adaptándose a los nuevos tiempos sin perder su esencia original, le convierte en un medio informativo de referencia”.

DE NUESTROS LECTORES

 

110 años, más de 37.000 portadas, miles de horas de esfuerzo; Tenerife, la provincia tinerfeña, Canarias. Es la historia, en cifras y sensaciones, de un periódico, de una empresa, que hoy, con motivo de su aniversario, solo tiene palabras de agradecimiento. A los gestores, a los centenares de trabajadores y colaboradores durante tantos años de historia, a los anunciantes y, cómo no, a los lectores, fin último de estas páginas, muchas gracias y felicidades.

Ante los intentos de teledirigir la verdad, el antídoto es sencillo: mantener las reglas del periodismo y utilizar con inteligencia las amplias herramientas que la revolución digital nos proporciona.

EL DÍA es periodismo, es actualidad, pero es algo más. EL DÍA se asoma cada día a sus hogares con páginas repletas de información, de reportajes, de entrevistas, de análisis, de deporte y de variedades. Desde el 15 de octubre de 1910, el periódico ha estado dedicado a los lectores, a Tenerife y sus gentes, a la defensa de sus intereses, al relato de sus sentimientos y sensaciones, a su discurrir diario, a sus vivencias. Es el diario de los tinerfeños y así lo demuestran cada día con su fidelidad, con la compra del ejemplar de papel y, ahora, cuando navegan por los distintos dispositivos de nuestra edición digital. EL DÍA, a lo largo de la historia, ha dedicado sus esfuerzos a llenar cada rincón de las Islas, desde Anaga a Teno, desde la Isla Baja al Teide. Siempre con sus símbolos, con su Virgen de Candelaria, Patrona de Canarias, con su Cristo de La Laguna, con su Carnaval, con su CD Tenerife, con sus romerías y tradiciones. EL DÍA, en blanquiazul.

Frente al café El Águila, en el número 15 de la calle Valentín Sanz -entonces del Norte-, cerca del domicilio familiar del fundador Leoncio Rodríguez, el 15 de octubre de 1910 echaba a andar la máquina plana que imprimía La Prensa. Lejos queda aquel primer ejemplar, con cuatro páginas unidas y al precio de cinco céntimos de peseta, que incluía información local, algo que sigue siendo nuestra razón de ser, nuestra fórmula para llegar al corazón de los tinerfeños. La primera tirada sumó mil ejemplares que cuatro años después, con el inicio de la Primera Guerra Mundial, se duplicó. Aunque se imprimía en horas de tarde, después de las dos primeras semanas de vida se convirtió en un diario matutino. Años después, llegó el primer número de EL DÍA, que salió a la calle el 15 de febrero de 1939. En su portada, el título Continuidad: “[…] En toda tarea nueva es obligada la explicación del motivo de su comienzo. Pero nosotros casi estamos relevados de esta costumbre (…) porque es continuidad de los esfuerzos anteriores”. Transcribimos estas palabras porque siguen vigentes. La actual empresa editora, Prensa Ibérica, mantiene vivo ese espíritu desde la santacrucera avenida de Buenos Aires 71 -sede estrenada en 1977- con una imagen renovada, modernizada y con la amplitud precisa para que los lectores puedan saborear cada página con su lectura.

Los géneros periodísticos se mantienen. La noticia, que se asoma en la edición digital con velocidad de vértigo, siempre será la noticia, la novedad que es preciso contar con inmediatez. Así ocurre en eldia.es y, con un formato informativo y grandes dosis de análisis, en las páginas de papel. Noticias, reportajes, entrevistas, crónicas, historias, opiniones libres y viñetas. Todo con la mayor dosis de calidad que el equipo humano que compone la empresa es capaz de ofrecer y con el esfuerzo diario que caracteriza a la plantilla.

En medio de esta época de contenidos no contrastados y de tantas redes sociales que expanden rumores como si fueran noticias, el periodismo de calidad continúa jugando un papel muy relevante. La misión del periodismo es crear contenidos ricos e informaciones rigurosas y acompañarlas de opiniones de prestigio para ayudar a los ciudadanos a enriquecer su criterio sobre las cosas que ocurren. Ese sigue siendo nuestro compromiso, trabajar por la excelencia. Abrir los canales por los cuales la ciudadanía se informa y participa del debate público, labor indispensable para que la población pueda ejercitar de forma responsable su participación política en la sociedad. Así, los derechos fundamentales a la libertad de información y a la participación política van de la mano.

Dice el politólogo Manuel Mostaza que vivimos tiempos difíciles para la verdad por la expansión de la postverdad y de las fake news, que implican un cambio en las reglas de juego. Es cierto. Pero los medios serios, los que verifican y contrastan las informaciones, siguen dando sentido a la realidad y gozan de la confianza de los lectores. La sociedad necesita medios fuertes, sobre todo de carácter local, porque son una garantía de transparencia, rigor y, en definitiva, de cercanía: de ciudadanía. Es el intento de EL DÍA.

Ante los intentos de teledirigir la verdad, como ya he escrito en alguna ocasión, el antídoto es sencillo: mantener las reglas del periodismo y utilizar con inteligencia las amplias herramientas que la revolución digital nos proporciona. No se trata de eludir las redes sociales ni los nuevos canales informativos, sino de trasladar una información veraz, rigurosa y contrastada a través de esos modernos medios que están al alcance de casi toda la audiencia, la presente y la futura. El periodismo no debe perder de vista sus principios fundamentales ni sus atributos más valiosos: informar, formar y entretener. EL DÍA apuesta por esta línea de trabajo.

Gracias de nuevo a los lectores y anunciantes, a los compañeros que hacen posible este periódico y a Javier Moll, presidente de Prensa Ibérica, y familia por su apuesta e impulso de este medio de comunicación.