La integración de EL DÍA en Prensa Ibérica supuso en febrero del año pasado la consagración de un anhelo que nos acompañó a mi mujer, Arantza Sarasola, y a mí desde que en 1978, en la España del cambio, iniciamos en Canarias una aventura empresarial que, con el devenir de los años, el esfuerzo de miles de profesionales y la fidelidad de los lectores, ha hecho posible la consolidación de un proyecto mediático que hoy es líder de la información regional y local en España.

Canarias es la tierra madre de Prensa Ibérica: su origen, su presente y parte esencial de su horizonte de futuro. Fue aquí donde el grupo dio sus primeros pasos con la adquisición de La Provincia y Diario de las Palmas, y donde no solo sentamos nuestras bases y nuestros valores sino también el desafío de forjar un gran grupo canario. Esa aspiración pasaba evidentemente -y lo supimos desde el primer momento- por contar también con un periódico relevante en Santa Cruz de Tenerife.

Nuestra indudable determinación por lograrlo nos llevó, en los estertores del siglo XX, a lanzar una nueva cabecera que, con el nombre de La Opinión de Tenerife, reforzó para siempre nuestro vínculo con la sociedad tinerfeña. La incorporación de EL DÍA, que es la cabecera líder de la prensa en Canarias y que constituye toda una seña de identidad para el pueblo de Tenerife, ha revalidado, aún con más fuerza, nuestro compromiso con esta comunidad.

Orgulloso de sus raíces, nuestro grupo realiza su labor editorial en la voluntad de aportar progreso a Canarias y en convicción de que defender la singularidad, la personalidad y los intereses de Tenerife no está reñido en absoluto con el ánimo de tender puentes entre las islas que forman parte de este maravilloso archipiélago, propiciar cauces de entendimiento y ayudar a superar los prejuicios que, durante tanto tiempo, han alimentado ese estéril pleitismo que, a menudo, ha representado una auténtica rémora.

EL DÍA tiene su embrión en ‘La Prensa’, que nació el 15 de octubre de 1910 de la mano de Leoncio Rodríguez. Cumple 110 años convertido en todo un símbolo de la Isla, como el Teide, la devoción por la Candelaria o el amor al CD Tenerife.

Nuestros diarios conciben su función social y responsabilidad como una oportunidad única de contribuir al avance y al desarrollo de los pueblos a los que se dirigen con el deber moral de sumar, y no restar; de acercar, y no alejar.

EL DÍA tiene su embrión en La Prensa, un diario que nació el 15 de octubre de 1910 de la mano de Leoncio Rodríguez. Cumple, por tanto, 110 años convertido en todo un símbolo de la Isla de Tenerife, como lo pueden ser las rutas por el Parque Nacional del Teide, la devoción por la Candelaria o el amor a los colores del Club Deportivo Tenerife. Muy pocos periódicos han logrado en España una identificación emocional con sus lectores tan fuerte, tan sincera y tan prolongada en el tiempo.

Desde que Prensa Ibérica tomó el control de EL DÍA, hace poco más de año y medio, nuestros esfuerzos han ido orientados en una doble dirección: por un lado, integrar a sus profesionales en la dinámica y en la filosofía de nuestro grupo con el fin de aprovechar, sin perder las esencias y en beneficio de los tinerfeños, el valor añadido de pertenecer a una red de medios con 25 cabeceras; y por otro, modernizar sus estructuras, dotar al proyecto de los recursos necesarios para afrontar el reto digital y profundizar en los contenidos de calidad, que son los que, en adelante, marcarán la diferencia en un escenario en el que, por desgracia, abunda la desinformación y escasean el rigor periodístico y las noticias contrastadas.

En este contexto se enmarca el rediseño que, con la impronta de Prensa Ibérica, realizamos en EL DÍA el pasado mes de noviembre, con una nueva imagen gráfica y nuevas secciones, además de un impulso a la versión web de la cabecera.

La digitalización, que ha transformado la sociedad y ha cambiado nuestros hábitos, es un proceso irreversible. No hay marcha atrás. Y la prensa debe afrontar con naturalidad y con valentía esta transición hacia un nuevo escenario en el que se modifican los usos, las costumbres y las ventanas de acceso a la información, pero en el que, sin duda, van a prevalecer la excelencia periodística, la inmediatez informativa, el compromiso con la verdad, la fiabilidad de las fuentes, la deontología profesional, el análisis riguroso de la actualidad y los enfoques locales que aportan proximidad al lector y responden a sus inquietudes.

Ese es el valor de la prensa y ese es el valor de EL DÍA, que, gracias a su confianza, querido lector, renueva hoy, en su 110 aniversario, su vocación de servicio al pueblo de Tenerife, su compromiso de lealtad a los principios democráticos y su defensa de la libertad de información como fundamento irrenunciable del Estado de derecho.