La generalización de los ERTE en 2020 por la crisis del coronavirus ha supuesto para un buen número de trabajadores recibir ingresos de al menos dos pagadores diferentes –su empresa y el Estado–, una circunstancia que puede tener repercusiones en la declaración de la renta.

En una situación fiscal semejante se encontrarían las personas que cambian de trabajo, se quedan en paro o han tenido más de un empleo.

Cuando solo existe un pagador, Hacienda exime de la obligación del trámite en el caso de que se declaren ingresos de menos de 22.000 euros. En cambio, si los ingresos se sitúan entre 14.000 y 22.000 euros¬ y éstos provienen de más de un pagador y si, además, la aportación del segundo y otros posibles pagadores supera los 1.500 euros, sí es necesario hacer la declaración.

Esto obliga a muchos trabajadores que en circunstancias normales no tendrían que tramitar la renta a cumplimentarla.

En general, para calcular el resultado de la declaración de la renta, lo habitual es que cuanto más nos retengan los pagadores, menos abonaremos en la declaración o más posibilidades tendremos que de que salga a devolver. Por eso, debido a que el SEPE no retiene las cantidades o aplica un tipo muy bajo, el resultado es el de tener que pagar en gran parte de casos de paro o ERTE, por ejemplo.

Ante esta situación, muchos contribuyentes se preguntan cómo pagar menos. Y la respuesta es similar a las de otros casos. En función de las circunstancias personales de cada uno, habrá que tener en cuenta al menos estas claves:

-Planes de pensiones. Es importante declarar las aportaciones a planes de pensiones porque son cantidades que desgravan en función de los ingresos del contribuyente.

-Vivienda. También genera derecho a deducción la inversión en el pago del préstamo de la vivienda habitual, aunque solo si se adquirió antes del 1 de enero de 2013, hasta un máximo de 9.040 euros.

-Alquileres. Algunas comunidades cuentan con deducciones para el alquiler tanto para los inquilinos como para los arrendadores.

-Cuotas sindicales. Las cuotas sindicales, de partidos políticos, colegios profesionales, ONG o fundaciones también disfrutan de deducciones o minoraciones.