La Eurocopa de 24 selecciones y 11 sedes inicia este sábado su cuenta atrás de verdad. Después de los 36 partidos de la primera fase el torneo entra en el terreno más apasionante, esas eliminatorias que irán dejando cadáveres por el camino. Los octavos se estrenan con el Gales-Dinamarca de Amsterdam (18.00 horas), un plato poco atractivo teniendo en cuenta las citas que llegarán más adelante, con el Inglaterra-Alemania de Wembley del martes como duelo estrella, sin olvidar el Bélgica-Portugal de este domingo o el Croacia-España del lunes, duelos dignos de rondas más avanzadas.

En un torneo en el que es más fácil clasificarse que caer eliminado hay que minimizar mucho los méritos de la primera fase. En la criba no se quedó fuera ningún favorito, aunque Portugal y, especialmente, Alemania, flirtearon con el desastre en el grupo de la muerte.

Más goles

Esos 36 encuentros sirvieron, al menos, para extraer conclusiones numéricas, empezando por el aumento de los goles. Hubo 94, con una media de 2,62. En 2016, se marcaron solo 69 en la primera fase y la media de todo el torneo fue de 2,12. También hubo más penaltis con un total de 14, de los que se fallaron 6 (el 42%). Gerard Moreno y Morata contribuyeron en esta estadística.

La Roja repitió liderato en el porcentaje de posesión (un 68,7% de media), seguida por Alemania (61,3%), la más certera en los pases (89,7%). El protagonismo de los carrileros y el auge del sistema de tres centrales también fue algo remarcable. 

La sequía de Bale

Esos datos ya serán historia a partir de esta tarde con el comienzo de los octavos. Dinamarca parte como favorito ante la Gales de Gareth Bale, que cuajó un gran partido ante Turquía y desapareció en los otros dos. El jugador del Madrid (tiene contrato hasta 2022) no marca con su selección desde octubre de 2019. Los daneses, mientras, han superado la ausencia de Eriksen y van en línea ascendente. El azulgrana Braithwaite aún no se ha estrenado como goleador, pero es fijo en el once nórdico. 

El primer favorito que entrará en escena es la bella Italia de Roberto Mancini, que sumó el pleno de triunfos en la fase de grupos, al igual que Bélgica y Países Bajos. La azzurra, que se quedó fuera del último Mundial de Rusia, suma 30 partidos sin perder y 11 victorias consecutivas sin encajar un gol. No cae desde el 10 de septiembre de 2018 ante Portugal. No debería sufrir ante Austria antes de unos cuartos contra Bélgica o Portugal.

Un Cristiano de récord

El domingo se abrirá con el Países Bajos-República Checa. Los tulipanes, comandados por De Jong, Depay y Wijnaldum, intentarán prolongar su buen momento en la parte del cuadro más cómoda. Si cumplen la lógica y vencen se jugarían el pase a semifinales contra el ganador de este sábado en Amsterdam. El bloque de Frank de Boer tiene una ocasión ideal para plantarse al menos entre las cuatro mejores.

El cuarto pulso de octavos, uno de los más equilibrados, tendrá lugar en Sevilla. Bélgica ha exhibido su potencial ofensivo con la bestia Lukaku y De Bruyne al frente, pero Eden Hazard sigue lejos de su mejor nivel y atrás existen lagunas que intentará aprovechar Cristiano Ronaldo, que suma ya cinco goles (tres de penalti, cómo no). Si vuelve a marcar, el pichichi del torneo superaría al iraní Ali Daei (109) como máximo goleador de la historia de las selecciones. 

El turno de Mbappé

La tercera jornada de los octavos llegará el lunes con el Croacia-España y el Francia-Suiza, un choque en el que los campeones del mundo deben imponer su autoridad. Da la sensación de que los bleus aún no han apretado el acelerador en un recorrido similar al que hicieron en el Mundial. De menos a más hasta el título. Benzema y Pogba han sido sus mejores armas, pero se espera mas de Griezmann y, sobre todo, de Mbappé.

Y el martes viene el gran choque, ese clásico en Wembley que traslada a la Euro de 1996, cuando Inglaterra cayó eliminada en casa ante Alemania en una tanda de penaltis de semifinales con fallo de Southgate, el actual seleccionador. Los pross esperan recuperar al mejor Kane para pasar a cuartos. La reventa de entradas alcanza ya los 12.000 euros. Suecia y Ucrania cerrarán los cruces en Glasgow en un pulso incierto con ligero favoritismo para la selección de Isak