La selección italiana tocó fondo el 13 de noviembre de 2017. Tras conquistar el mundo en 2006, la ‘Azzurra’ se quedó fuera de un Mundial por primera vez en 50 años. Tocaba empezar de nuevo y Roberto Mancini fue el elegido para conducir una reconstrucción que tres años después parece completada.

La ‘Nazionale’ es un equipo reconocible tanto en sus piezas como en un estilo que dista de los tópicos del ‘calcio’. Una selección enfocada al balón y al ataque, pero sin descuidar la defensa (un gol encajado en los últimos 11 partidos). La fórmula funciona, como atestiguan los 24 encuentros consecutivos sin perder.

La Euro será su primer gran desafío. Preocupa el estado de Verratti, el jugador diferencial, y también de los veteranos Chiellini y Bonucci. Se espera mucho de Insigne (19 goles y 11 asistencias este curso) y de Immobile, promocionados a referentes con un Mancini que a la vez ha potenciado a los jóvenes como Barella o Chiesa. Lo mínimo sería igualar los cuartos de 2016.

El paso al frente que se resiste

Un clásico en los torneos internacionales que nunca acaba de dar el salto. Suiza ha participado en los cuatro últimos Mundiales y en tres de las cuatro Eurocopas más recientes, pero sin superar los octavos de final. De hecho, la derrota por penaltis frente a Polonia en la primera ronda de 2016 es su mayor logro en un campeonato europeo.

Todo apunta a que Vladimir Petkovic volverá a confiar las riendas del equipo a una vieja guardia que, sin embargo, ha vivido un curso complicado en sus clubes. Es el caso de Shaqiri, el mayor talento helvético pero sin hueco en Anfield. O de Xhaka, corazón del equipo pero muy criticado en el Arsenal, y Ricardo Rodríguez, suplente en el Torino. Otros como el portero Sommer o el goleador Seferovic (26 tantos y 7 asistencias con el Benfica) llegan en mejor forma. La savia nueva procede de Alemania, con el trío del Gladbach Elvedi- Zakaria- Embolo apuntalando cada línea y el prometedor extremo del Augsburgo Rubén Vargas.

La candidata a gran revelación

La selección turca tiene todos los ingredientes para convertirse en una de las revelaciones de la presente Eurocopa. Tras alcanzar las semifinales en 2008, su cota más alta, el combinado otomano no pasó de la fase de grupos en 2016 y no accede a un Mundial desde que alcanzó las semifinales en 2002. El técnico que logró esa gesta, Senol Günes, regresó a la selección en 2019 para dirigir la resurrección de Turquía en el panorama internacional.

Los precedentes son alentadores. Solo tres derrotas en 25 partidos. Invicta en sus duelos frente a Países Bajos, Francia y Alemania. El cuadro otomano cuenta en todas las líneas con jóvenes que triunfan en las grandes ligas. Como el mediapunta del Milan Çalhanoglu (9 goles y 12 asistencias este curso) o los centrales Söyüncü (Leicester), Kabak (Liverpool) y Demiral (Juve). También el delantero del Getafe Enes Ünal. Aunque el gran referente ofensivo y espiritual es Burak Yilmaz, flamante campeón de Francia al igual que Yazici y Çelik.

Bale, la llama de los ‘dragones’

Gales fue una de las grandes revelaciones de la Eurocopa 2016. En su primera participación, los ‘dragones rojos’ doblegaron a Bélgica en cuartos y cayeron frente a la campeona, Portugal, en semifinales.

Cinco años después, Gareth Bale sigue siendo el estandarte de una selección renovada con talento joven. Como el extremo del United, Daniel James, o el centrocampista del Chelsea, Ethan Ampadu. El todavía jugador del Real Madrid, máximo goleador histórico de su selección, siempre ha tenido claras sus prioridades: “Gales. Golf. Madrid. En ese orden”. Tras un curso irregular en Londres (16 goles), Gales necesitará la mejor versión de Bale para volver a dar la campanada. Parte ligeramente como el rival más débil del grupo, pero ha demostrado ser un duro hueso de roer.

Con Robert Page ha encajado solo dos goles en siete partidos. El segundo de Giggs asumió el banquillo después de que el seleccionador fuera suspendido del cargo tras ser acusado de violencia machista.