Francis Hernández Plasencia (Santa Cruz de Tenerife, 1955) compaginaba quinto de Bachillerato cuando comenzó a acudir al periódico EL DÍA, donde trabajaba su padre, Juan Hernández, que era fotógrafo profesional y aprendió este arte con él, hasta que la empresa le ofertó trabajar en la administración como auxiliar.

Su progenitor estuvo en la época de Leoncio González, donde se inició con Gonzalo Pórcell, cuando el periódico tenía su sede en la calle del Norte (en la actualidad Valentín Sanz). Después de una incursión en la administración del EL DÍA y aprovechando un cambio tecnológico, con el desarrollo del fotograbado al offset, se impartieron unos cursos de mano de una empresa catalana en los que se formó Francis Hernández y también se especializó con unos cursos que ofertó Prensa Canaria en la antigua sede en El Sebadal, con unos profesionales americanos que trajo Kodak. Del offset pasó al digital, de la mano de Protec, siempre como autodidacta. “En la era digital me compraba libros para reciclarme”.

Atrás queda cuando se trabajaba con un torno que, con una célula fotoeléctrica, leía la fotografía y un muril trazaba la línea en una plancha de zinc que se recortaba y la colocaban los compañeros al montar las planchas con los textos que venían de la linotipia.

Sus comienzos fueron en 1974 en el número 69 de la avenida Buenos Aires, sede anterior del periódico. En 1976 se mudaron al edificio contiguo: primero los talleres y luego la redacción. Luego llegó la rotativa Marinoni, que permitió el color, técnica que aprendió de la mano de José Báez, un especialista que trabajaba en litografía y luego en otro diario de la Isla para pasar a EL DÍA, quien fue concejal en Santa Cruz.

“Recuerdo que esperábamos a las nueve de la noche al avión que venía de Madrid. El chófer del periódico iba a recoger las fotografías que le traía de Madrid la tripulación del avión, a quien se lo había entregado la agencia Efe, y hacíamos la última foto del día. Revelábamos las imágenes que hacían los fotógrafos del periódico, y fabricábamos en el laboratorio los productos químicos rápidos”.

“Recuerdo a periodistas de los años 1974 o 1975, como Luis Álvarez Cruz, Juan Cruz, José Díaz Herrera, León Barreto, Luis Ortega, Elfidio Alonso, Francisco Ayala, Julián Ayala, Gilberto Alemán, Adrián Alemán… y por encima de todos Ernesto Salcedo, el director. Había una mezcla de todas las ideologías: gente de izquierda, de derecha, más moderada… Todos tenían cabida. También estuvo María Luisa Arozarena, Olga Álvarez, Juan Galarza padre que hacía los chistes, el caricaturista Paco Martínez… Trabajé con un montón de gente que era parte activa de la cultura de esa época”.

Informaciones comprometidas

Entre las informaciones comprometidas, Francis Hernández recuerda a José Díaz Herrera, que estuvo en la Revolución de los claveles, en Portugal. “Hacía fotografías, crónicas, se metía en casi todas las manifestaciones…”. “Sacaba las fotos, se revelaban y luego se quemaban los negativos para que la Policía no las pidiera. Luego pasó a Cambio 16, igual que Juan Cruz, cuando pasó a El País”.

“Recuerdo también el día de la muerte de Franco. Entramos a trabajar un día y salimos al siguiente, o cuando ocurrió el 23 de febrero de 1981, una larga jornada. Algunos compañeros que no acudieron por su ideología política…”.

Cuenta que cuando ocurrió el accidente aéreo de Los Rodeos, el 27 de marzo de 1977, Salcedo llamó a toda la gente a trabajar y sacó el periódico el lunes, aunque no tenía autorización. “Vendió muchísimos periódicos pero le costó una multa administrativa”, valora Francis Hernández.

Habla de una generación extraordinaria de periodistas que formaba Salcedo en la Universidad. También elogia a compañeros como Clavijo, corrector que mantenía la sección dominical “Imcomprensible”, o la “Piel de toro”, de Elfidio Alonso… “Lo que decía el periódico casi iba a misa; fuera de broma. En la época de Salcedo se ganó una credibilidad grande. La luz se iba “cada dos por tres” y obligaba a hacer un alto en la jornada que amenizaban con sus anécdotas los periodistas de la época. Rememora la noche en la que su padre sacó la fotografía del aterrizaje del hombre a la Luna el 20 de julio de 1969 en la televisión de la casa de Miguel Rizo, como se volvió a hacer con los combates de José Manuel Urtain que muchos seguían por la radio.

Francis Hernández también hizo fotografías para Jornada Deportiva. Una vez acudió con Juan Galarza hijo a un partido del Tenerife en casa frente al Valencia, que ganó 2-1 con goles de Soto y Cabrera, y sacó fotografías. Su mayor satisfacción fue ver su imagen a todo el ancho de la portada de Jornada Deportiva.

“La fotografía en color en el periódico comenzó con películas pancromáticas, con revelados en cuartos oscuros, y luego se hacían las fotografías con tramas anguladas de 45 , 75, 90 y 105 grados para los colores azules, amarillos, rojos y negros, que se hacía en cuatro planchas; previamente las películas se montaban en astralones. Trabajábamos con productos que eran peligrosos. Fue una época bonita”. “Luego llegó la parte digital que impulsó José Esteban Rodríguez, el hijo de José Rodríguez. Al principio no era tan exquisita; incluso llegué a dudar que lo digital fuera a superar la óptica, pero lo ha logrado mejorar con creces, hasta la impresión es de gran calidad”.

“El futuro pasa por dar las noticias más inmediatas en lo digital y aportar el análisis o el reportaje en el papel”, aventura Francis Hernández, que recuerda a los fotógrafos de la época, como Pepe Ramos, Antonio Sierra o su padre Juan Hernández, que también fue jefe de Fotoménica. “Entonces ocurría un suceso en el norte y salía con el chófer del periódico el fotógrafo y el redactor hasta el lugar, y no esperaban a que lo contara la Policía. Hoy cualquiera te pasa la foto por el móvil”, se ríe.

El primer periódico de cada tirada se llevaba al Gobierno Civil, que lo devolvía sellado. En aquella época se medía mucho lo que decía, y en eso era un maestro Salcedo, para decir las cosas, sin decirlas. “Se estaba más en la calle. La época más potente fue con Ernesto Salcedo. Se ganó la fama y llegó la publicidad, hasta el punto que teníamos que hacer los sábados dos o tres tiradas porque no cabían los anuncios, algo que se ha perdido con la existencia de tantas redes sociales”.

“Hoy ha desaparecido del periodismo la opinión del periodista, y eso es lo bonito, para que haya quien discrepe”, reivindica Francis Hernández, exponente de la tercera generación del arte de la fotomecánica en EL DÍA.