La Comunidad Autónoma de Canarias pertenece a las regiones ultraperiféricas (RUP) denominadas por la Unión Europea, formada por dos provincias: Santa Cruz de Tenerife y Las Palmas. Desde que España ingresó en la UE en 1986, el Archipiélago ha tenido un tratamiento diferenciado dado las singularidades que presenta. Las islas manifiestan limitaciones estructurales de distinto tipo, especialmente las derivadas de ser territorio insular y alejado del continente europeo, que condicionan su desarrollo social y económico, dejándolas en situación de desventaja frente al resto de la Unión. En la actualidad esa situación se traduce en una tasa de paro enorme que parece no preocupar al Gobierno de España. La economía canaria está basada en el sector terciario o de servicios; se caracteriza por tener una estructura empresarial donde las pequeñas y medianas empresas (Pymes) constituyen un porcentaje superior al 90%, ahora casi perdidas por la crisis sanitarias. En general, dentro de la literatura económica se reconoce que el tejido empresarial es un factor fundamental en el crecimiento económico y ahora en canarias es inexistente.

Los constantes progresos de convergencia conseguidos durante los años anteriores a la crisis, en materia de crecimiento económico y creación de empleo, se han visto recortados en un corto periodo de tiempo. Ello ha puesto de manifiesto muchas de las deficiencias de la economía canaria, complicando su crecimiento futuro y la posibilidad de alcanzar unos adecuados niveles de bienestar para sus ciudadanos. Los condicionantes del archipiélago, como región ultraperiférica de la Unión Europea (RUP), han agravado aún más la situación, teniendo consecuencias negativas sobre los colectivos más desfavorecidos, fundamentalmente jóvenes, parados de larga duración y mujeres, amenazando la cohesión social. Lo duro es que ese tema aún está por concretarse con las autoridades españolas y europeas.

En ese sentido, los diferentes indicadores analizados sitúan a Canarias en las primeras posiciones del ranking de regiones europeas con mayores problemas de empleo.

La importancia del turismo en la economía de Canarias no resulta equiparable con ninguna otra rama de actividad, al contribuir de manera sustantiva en la creación de valor añadido en la comunidad autónoma, y siendo responsable de un tercio del PIB y el empleo en las islas. Es el sector terciario el que predomina en la economía canaria, y por tanto el que ha contribuido a este cambio de modelo económico que ha tenido lugar en los últimos 50 años.

Si se analiza la población ocupada por sectores observamos que el empleo en las islas se concentra principalmente en el sector servicios, suponiendo casi un 88% del total del empleo en Canarias. El sector de la agricultura, de la industria y de la construcción representan en torno al 12% restantes.

El mercado de trabajo en el archipiélago está concentrado principalmente en las dos provincias, Las Palmas y Santa Cruz de Tenerife, donde reside más del 82% de la población canaria. En el mercado de trabajo en Canarias y en el conjunto de España tienen mucho que decir las características estructurales de nuestro sistema laboral. Tanto es así, que los programas y medidas encaminadas a promover el empleo no logran paliar.

Esta circunstancia se ve agravada por el hecho de que sea el turismo (una industria estacional pese a la estabilidad climática del archipiélago) el motor de la economía. Uno de los problemas radica en la excesiva rigidez y elevado coste de nuestro modelo, que hace difícil que un empresario se aventure a crear un empleo indefinido. La consecuencia, un mercado dual, en el que existe un reducido colectivo de trabajadores que ocupa puestos de trabajo protegidos y notablemente regulados, y otro formado por desempleados o empleados de manera precaria. Si se observan los datos de la población canaria, obtenidos por la EPA en el primer trimestre de 2018, según sexo y estudios terminados, observamos que la oferta del mercado laboral de las islas deja mucho que desear. Más de la mitad de la población activa (sin hacer distinción de sexo) solo dispone de la Educación Secundaria Obligatoria como título reglado. Este hecho, sitúa a la población del archipiélago bastante por detrás del mercado europeo -no se hace distinción con la media nacional que también es bastante alta, en torno a un 43%- dado que países como Lituania, Alemania, Suiza y Francia no alcanzan el 20% en niveles educativos bajos (ESO o inferiores). Se considera por tanto que cerca del 70% de la población canaria activa tiene un nivel educativo bajo. Si nos fijamos por sexo, observamos que casi el 35% de las mujeres tienen una educación superior, porcentaje que supera en 8 puntos al de los hombres, una cifra considerada.

Datos empleo 2019

Según datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) correspondiente al tercer trimestre de 2019, del total de la población de 16 años y más de Canarias (1.900.500) se contabilizan 1.130.700 activos, de los cuales 891.200 son ocupados y 239.600 parados. La tasa de paro fue del 21,19 %, encontrándose siete puntos por encima de la media estatal, lo que situaba a Canarias en el segundo puesto de tasa de paro, por detrás de la comunidad autónoma de Andalucía. La distribución de la tasa de paro por provincias situaba a la provincia de Santa Cruz de Tenerife con un 19,43 %, mientras en Las Palmas ascendía a 22,86 %. La tasa de actividad alcanzaba el 59,50 %, poco menos de un punto con respecto a la estatal (58,72 %).

La llegada de turistas registró durante el periodo comprendido entre los meses de enero y septiembre de 2019 un descenso del 2,59 % con respecto al mismo periodo del año anterior, alcanzando la cifra total de 11.205.630. UK y Alemania son los principales países de procedencia del turismo extranjero, destacándose también la visita de turismo de origen nacional. Las islas que registran mayor visita de turistas se corresponden con Tenerife, Gran Canaria y Lanzarote.