Los hidrocarburos procedentes de energías no renovables como los combustibles fósiles, petróleo, carbón, gas natural y gas licuado, constituyen el principal recurso energético empleado en el Archipiélago Canario, principalmente en forma de gasoil, diesel, fuel, gas de refinería, gasolina y querosenos. Su principal inconveniente es que son energías altamente contaminantes y recursos que no se pueden reponer en un corto período de tiempo.

Los sistemas de electricidad de las centrales térmicas representan más del 92,3% de la producción de electricidad bruta en Canarias lo que implica una cantidad importante de emisión de gases contaminantes a la atmósfera.

Según datos de la empresa pública Red Eléctrica de España, solo el 7,7 del consumo de electricidad de toda Canarias proviene de fuentes de energías renovables, a través de la generación con fuentes eólica, fotovoltaica e hidroeléctrica.

Esto es así porque Canarias solo tiene instalada una potencia para producir electricidad con energías renovables de 319,5 megavatios, el 11,6% del total existente en las Islas.

Las Islas Canarias poseen numerosos recursos energéticos naturales de los que se puede beneficiar, ya que posee energías limpias como el viento y el sol. Sin embargo, hasta la actualidad no se ha realizado su implantación a un ritmo estable, ya sea por motivos judiciales, reguladores, de orientación, entre otros.

A pesar de estos datos, las administraciones públicas siguen apostando de manera clara y decidida en el fomento de las energías que favorezcan el bienestar del planeta.

Aunque no cabe duda de que la apuesta debe ser aún mayor, para revertir los datos anteriores, pues Canarias es rica en recursos naturales que pueden y deben ser aprovechados.

Hoy día la energía renovable que más se utiliza en Canarias es la eólica, que genera unos 146.000 Kw de potencia eléctrica a través de sistemas de conversión. Esto es así por las condiciones óptimas de viento que posee el Archipiélago, especialmente gracias a los Alisios.

En la actualidad, la energía del viento se utiliza, sobre todo, para mover los aerogeneradores. Pero, para que su instalación resulte rentable, suelen agruparse. De este modo, se crean los denominados parques eólicos, y dos de los más importantes de las Islas se construyeron en 1992, en Granadilla (Tenerife), y en Pozo Izquierdo (Gran Canaria).

Otra energía utilizada en Canarias es la hidráulica, aunque tiene un escaso aprovechamiento, debido a los inexistentes saltos caudalosos naturales de agua. Su explotación consiste en aprovecharse de la energía potencial de un curso de agua en descenso, mediante la instalación de una central hidroeléctrica que se encargue de transformar dicha energía en electricidad.

Hoy día las Islas cuentan con dos pequeñas centrales hidráulicas, una en Tenerife y otra en La Palma, que generan 1.263 Kw de potencia eléctrica.

Por último, desde hace varias décadas se está fomentando la utilización de la energía hidroeólica, que es capaz de combinar la energía producida por el movimiento del agua en descenso, que es aprovechada por las turbinas para su conversión en energía eléctrica, con la energía eólica, que sirve para subir el agua hacia un depósito e iniciar nuevamente el proceso.

Un claro ejemplo de este sistema lo encontramos en la primera central hidroeólica de Canarias, Gorona del Viento, construida en la isla de El Hierro, y que actualmente permite el abastecimiento de una media del 70% de la energía que se consume en la isla, llegando en circunstancias ideales a cubrir el 100% de las necesidades energéticas de toda la población herreña.