Plátano de Canarias es una marca institucional bajo la cual se comercializan los plátanos cultivados en las Islas Canarias que suponen, a su vez, la práctica totalidad del cultivo y producción de esta fruta en España.

La marca es gestionada por la Asociación de Organizaciones de Productores de Plátano de Canarias (ASPROCAN).​ En febrero de 2011, la Consejería de Agricultura del Gobierno de Canarias acordó comenzar los trámites para la inscripción del plátano cultivado en Canarias como Indicación Geográfica Protegida.​

El plátano es el cultivo más importante de las Islas Canarias y, durante décadas, su industria ha sido protagonista del crecimiento económico del archipiélago. El plátano de Canarias supone el 60% de la producción europea de esta fruta.

En Canarias se cultivan principalmente plátanos del grupo Cavendish, es decir, cultivares triploides de Musa acuminata, identificados en la terminología de variedades de plátano con las letras AAA (tres juegos de cromosomas procedentes de M. acuminata y ninguno de M. balbisiana). Son frutos de tamaño medio, piel amarilla delgada con características motitas y que son aptos para consumirse crudos.

Algunos de los cultivares más plantados son Gran Enana, Zelig y Gruesa Palmera, este último una selección canaria de Cavendish Enano. El cultivo del plátano comenzó en el sudeste asiático, entre la India y Malasia; en el siglo V pasaría al continente africano procedente de Madagascar y de ahí se extendió por las costas del Mediterráneo, ya en siguiente siglo. A Canarias llegó procedente de Guinea Ecuatorial introducido por expedicionarios portugueses. La Historia considera que, una vez el cultivo se asentó con éxito en las islas, los españoles lo introdujeron en tierras americanas en los viajes de colonización al Nuevo Mundo.

Las motas negras son un signo distintivo del Plátano de Canarias, aunque en el fruto maduro no siempre son apreciables

La platanera es una hierba con biotipo arbóreo, pero no un verdadero árbol (principalmente porque carece de tronco), de ella brota el plátano, que es una especie vegetal monocotiledónea del género Musa, perteneciente a la familia de las musáceas. Se trata de una familia con diferentes variedades, de las cuales en Canarias se cultivan la Gran enana, la Gruesa palmera, la Zelig, la Brier y la Johnson negra.

La temperatura ideal para el desarrollo del cultivo de la platanera se encuentra situada en torno a los 25 grados Celsius y su altitud de cultivo debe ser inferior a los 300 metros, condiciones éstas que sólo se dan en las plantaciones de las islas.

Es un cultivo caro que requiere mucha agua, buenas condiciones de luminosidad, suelos con buena porosidad y drenaje, de textura arenosa pero con arcilla y limo en proporciones determinadas, gran contenido en materiales orgánicos y con un pH ácido. Debido a estos condicionantes, el Plátano de Canarias es cultivado en todas las islas salvo en Fuerteventura donde no existen plantaciones. En las fases de siembra y explotación agrícola se minimiza el uso de pesticidas en favor de productos biológicos.

Puede transcurrir cerca de un año entre la siembra de la planta madre y el brote del primer racimo o piña de plátanos. En este momento es cuando se procede a su amarre, embolsado y desflorillado. El amarre consiste en apuntalar el racimo con un horcón o estacón (palo de madera en forma de Y) para evitar que, por el peso, este se caiga.

El embolsado se usa modernamente para recubrir el racimo con una bolsa de plástico con el objetivo de evitar plagas y enfermedades y propiciar una distribución uniforme de la fruta.

Con el desflorillado o desflore se retira la flor del plátano que queda al final de cada fruta.