La odisea de los hermanos Mata: cara y cruz del horror nazi

Orencio Mata fue asesinado en el campo de concentración de Gusen, satélite de Mauthausen, donde también estuvo su hermano Gregorio, que sobrevivió y contó su calvario en sus memorias

Los hermanos Orencio y Gregorio Mata Rodríguez, naturales de La Palma.

Los hermanos Orencio y Gregorio Mata Rodríguez, naturales de La Palma. / Archivo de Fabián Hernández Romero

Daniel Millet

Daniel Millet

Santa Cruz de Tenerife

Cada una de las historias de los 28 canarios que murieron en los campos de concentración nazis, principalmente en Mauthausen y en uno de sus centros asociados, Gusen, están marcadas por la épica. Pero hubo dos que sobresalieron al representar la cara y la cruz de aquel calvario. Son las de Orencio Mata y su hermano Gregorio Nacianceno. El primero fue asesinado en Gusen. El segundo sobrevivió y pudo contarlo en sus memorias.

Los hermanos palmeros Orencio y Gregorio Nacianceno Mata Rodríguez acabaron aquel junio de 1940 en el lugar más inadecuado y en el momento más inoportuno de los que se podía estar en todo el mundo. Las tropas de Hitler habían iniciado la invasión de Francia el 10 de mayo. Entraron por el bosque de Las Ardenas para evitar la Línea Maginot, fortificaciones construidas por los franceses a lo largo de 750 kilómetros. Los nazis emplearon la blitzkrieg o guerra relámpago. Fue una irrupción imparable que cogió por sorpresa a los franceses.    

Tras huir de España con el final de la Guerra Civil, Orencio y Gregorio no tenían otra opción que saltar al país galo. Allí se habían unido a las Compañías de Trabajadores Extranjeros, después de abandonar los campos de refugiados del sureste de Francia, a donde habían ido a parar otros 20.000 republicanos españoles. Trabajaban en el entorno de la Línea Maginot. Las tropas nazis no habían protagonizado aún la entrada triunfal en París (14 de junio de 1940) cuando apresaron a Orencio, Gregorio y otros miles de españoles. Los hermanos estaban en el grupo que pretendía huir a Suiza. Todo fue tan rápido que ni tuvieron tiempo de planificarlo. 

Orencio Mata Rodríguez

Orencio Mata Rodríguez / Archivo de Fabián Hernández Romero

Detención y confinamiento en Mauthausen

Orencio y Gregorio no tenían la menor idea de lo que les esperaba cuando la madrugada del 13 de junio de 1940 y tras un largo viaje en tren tuvieron que caminar varios kilómetros por una pendiente hacia un campo de trabajo llamado Mauthausen. Antes los habían conducido a Estrasburgo (Francia), donde los ingresaron en un primer campo de trabajo o stalag, como los llamaban los alemanes.

Pero desde el principio empezaron a intuir que aquello podía ser mucho peor de lo que ya habían sufrido cuando, nada más entrar a Mauthausen, se vieron desnudos en un patio, les requisaron sus pertenencias, los raparon y desinfectaron y les dieron un uniforme a rayas -una especie de pijama- y un número de identificación. Orencio era el 5.008 y Gregorio, el 5.007.

Orencio ya sabía lo que significaba estar privado de libertad. Fue condenado en España en un Consejo de Guerra celebrado el 18 de diciembre de 1936 a 6 meses de cárcel por «excitación a la rebelión». Había sido movilizado por el bando franquista tras la insurrección militar de julio de 1936. Cumplió la condena en el castillo de Paso Alto de Santa Cruz de Tenerife, ya desaparecido.

De La Palma a Tenerife y deserción

Ambos se habían criado en una familia de Las Tricias, La Palma, dedicada al campo y al comercio. Eran en total 8 hermanos. Su padre falleció cuando eran niños. Orencio se trasladó a La Laguna para proseguir sus estudios. La familia se unió después. Su madre había decidido abandonar La Palma para ayudar a una hermana a llevar una pensión de estudiantes en la calle San Agustín del casco de La Laguna.  

Cumplida la condena, Orencio vuelve a ser movilizado. En otra unidad estaba Gregorio. Debido a sus tendencias progresistas, acuerdan desertar y unirse al bando republicano. Lo logran aunque no dura mucho. Los franquistas vencen, inician una limpia y los Mata, como tantos otros, se van a Francia y terminan en poder de los nazis.

Puerta de acceso al campo de Mauthausen, en Austria.

Puerta de acceso al campo de Mauthausen, en Austria. / Almudena Villar Novillo

Deterioro físico, bloque 19 y Gusen

En su periplo por los campos de trabajo alemanes se ayudan entre ellos. Pero todo el peso termina recayendo en Gregorio, pues Orencio empieza a sufrir problemas de salud. Los nazis los tenían trabajando en canteras de sol a sol, en condiciones deplorables.  

Orencio es trasladado al temido bloque 19 por una infección en una pierna. Ya ahí sabían que quienes acababan en el 19 tenían todas las papeletas de ser enviados a uno de los campos satélite de Mauthausen, Gusen. Y también sabían que quien entraba en Gusen no salía vivo. Orencio iba a peor, ante la preocupación de su hermano, que se comunicaba con él a través de papelitos que se pasaban entre ellos con la complicidad de otros prisioneros.

El 29 de marzo de 1941, los nazis envían a Orencio a Gusen. Aguanta 4 meses. Según el certificado oficial, muere el 27 de julio de 1941 de una «bronconeumonía». Gregorio se entera después, gracias a uno de aquellos papelitos, que lo asesinaron inyectándole gasolina en el corazón. Gregorio permaneció en Mauthausen hasta que el campo fue liberado el 5 de mayo de 1945, hizo el lunes 80 años. En 1971 lo escribió todo en sus memorias. Se publicaron en 2006, tres años después de fallecer en París. 

Suscríbete para seguir leyendo

Tracking Pixel Contents