La experiencia es un grado en el Carnaval
Cada año se repiten los mismos errores de organización en el Carnaval de Santa Cruz de Tenerife, queda mucho por hacer, sobre todo mucho por hacernos caso
Santi Castro
La experiencia es un grado en el Carnaval y, también es importante. Parece mentira cómo cada año nos volvemos a encontrar con el mismo planteamiento de qué hacer, de cuáles son las cosas a mejorar o incluso en qué nos centraremos en criticar una vez más, aunque sea de manera constructiva, para poder corregir y dar un mayor esplendor al trabajo que tantos meses nos lleva a los equipos de los distintos grupos, que lo que hacen es: amar a una fiesta llamada Carnaval.
Hablamos del impacto que puede tener un evento que es seguido por miles de personas, ya sea en directo o por la televisión. Es enorme, y es ahí donde entra el papel importante de una buena organización y una buena estructura: tratando temas de interés como los desfiles, la programación, la gala. ¿Dónde reside el secreto para que nuestra gala sea más amena?, ¿y ligera?, o incluso, ¿más corta...? Igual si preguntaran a los diseñadores, alguna idea podría surgir para que el ritmo global de la gala fluyera de manera natural y diferente.
Errores de organización para corregir
Año tras año, vemos como la dirección de la gala sigue teniendo una iluminación muy lejana a las expectativas y nivel actual, donde los efectos no están a la altura de los diseños de las fantasías y su contenido artístico. Nos enfrentamos a cambios de luces que parecen poco estudiados y sin guion, dejando así de acompañar a la música y a los tonos de las fantasías, restando el impacto del momento clave del desfile. Y, lo más importante, la planificación del espacio escénico.
Hay que tener en cuenta la cantidad de aspirantes al título de Reina del Carnaval, para poder contar con un espacio suficiente, en lo que respecta a metros cuadrados de escenario libre, para lograr colocar las fantasías concursantes y que no dejen de lucirse en un momento tan importante y majestuoso como lo es la coronación de la Gala de Elección de la Reina infantil, adulta o de las mayores del Carnaval de Santa Cruz de Tenerife. Algo que parece que se nos olvida y no se lleva a cabo, dejando como solución el bajar trajes al backstage en ese momento.
Son muchas las empresas que están patrocinando económicamente el Carnaval. Pero ¿y por qué no puede aparecer alguna que no lo haga de forma monetaria, pero si en especie? Me explico: hablemos de la coronación de la gala infantil, solo existen las premiadas, pero y ¿el resto de las participantes?, ¿no se les podría también premiar con un muñeco, un peluche o algo que no sea simplemente una placa de participación? Son detalles que podrían hacernos marcar la diferencia y que al final van aportando y sobre todo, sumando a nuestra fiesta.
En la distribución del espacio en el backstage, sí que como diseñador se echa en falta, el poder contar con un espacio para las candidatas: siempre está la situación de que se tienen que cambiar y maquillar en público, sin intimidad alguna. Todo esto teniendo en cuenta que no deja de ser un lugar público, donde intervienen personas externas a los equipos, que pueden incluso generar riesgos y desorganización.
¡Señores, mañana todas las fantasías tienen que estar en las plataformas! Pues allá vamos, solo podemos dar las gracias a ese gran equipo de profesionales, los empleados y conductores de una empresa externa llamada: Grúas Cuchi, que nos ayudan incondicionalmente y cuidan de nuestros trabajos. Asimismo se ocupan de que queden bien instalados como si fueran también sus obras de arte. Afortunadamente, contamos con plataformas para casi todas las candidatas, pero ¿por qué no damos un golpe de efecto y las vestimos y decoramos todas iguales?, ¿y si eso lo trasladamos también a los vehículos que mueven esas plataformas? Si tratamos las cabalgatas como un acto más y le damos la importancia que se merecen, deberíamos hacer que prime la estética ¿no?, recordar que lo que vendemos es carnaval y, el carnaval es sobre todo imagen.
Podemos hacer tantas cosas, hay tantas ideas que quedan al alcance de nuestras manos y que a día de hoy, no se han puesto sobre la mesa o, directamente, no se contemplan
Terminan los concursos y las galas, ahora, por fin, salimos a la calle... Y la primera cuestión que siempre nos preguntamos y que no nos deja de rondar por la cabeza, es: ¿por qué mover las carrozas tan temprano?, ¿por qué no todas al mismo tiempo?, ¿por qué no comienza antes el acto? La espera se hace eterna para los que salen en los últimos lugares, ya la gente nos pregunta: ¿por qué hay tanto espacio entre unos y otros?, ¿tan tarde solo para esto?, ¿tan tarde para lo otro? Y mientras, nosotros, seguimos aguantando el chaparrón, eso sí, con el público casi encima de las plataformas y, teniendo que actuar de guardias de seguridad de nuestras propias fantasías, para evitar el peligro de que alguien pueda recibir un golpe de alguna de ellas. Y, a su vez, haciendo malabares, porque hay que mantener las distancias con respecto a las plataformas, ya que aún hay zonas donde no se instalan vallas.
No todo es tan malo, con suerte, un gran punto a favor, es que tenemos un transporte para los equipos que nos traslada de vuelta hasta el Recinto Ferial, lo cual es de agradecer después de haber hecho las cabalgatas y el coso a pie.
Todo lo que queda por hacer
Podemos hacer tantas cosas, hay tantas ideas que quedan al alcance de nuestras manos y que a día de hoy, no se han puesto sobre la mesa o, directamente, no se contemplan. ¿Cómo se vería si adaptamos una plataforma en los desfiles, para nuestros personajes del Carnaval? Podría ser un punto a favor que afiance su puesto en nuestra fiesta, y así, concentrar la atención del público sobre ellos, dándoles el lugar que se merecen y, teniéndolos reunidos.
Volviendo al tema de la estética. ¿Y si facilitamos a cada uno de los grupos un carro de apoyo para su material? Los supermercados nos lo llegarían a agradecer. Eso sí, todos iguales en forma, color y decoración, cada uno con el nombre del grupo, para que la gente que viene de fuera a disfrutar de nuestro carnaval y no conoce, pueda saber qué es lo que ve en cada momento. ¿Con esto no nos adelantaríamos a otros? ¿Por qué no recuperamos el festival de galardonados? Sabiendo el éxito que tienen los actos en la calle, podríamos darle una vuelta a esto, haciéndolo lucir como un gran desfile, con las tres reinas y los primeros premios de cada una de las categorías de los grupos, una retransmisión que lo venda como colofón final o el broche de oro de esta gran fiesta internacional. ¡Ideas hay, oídos no!
Y ya en la calle: ¿si no hay desfile?, ¿dónde se pueden ver nuestros trabajos?, ¿por qué no se busca algún tipo de soporte que ayude a conservar en la ciudad o en algunas zonas, decoraciones aprovechando la imagen de nuestras candidatas? Hay muchas más fórmulas y aún más ideas, porque es nuestro deber cuidar a unos patrocinadores que siguen apoyando la fiesta y aportan los medios para que todos disfrutemos de nuestras creaciones.
Muchos años de Carnaval, mucho por hacer, sobre todo mucho por hacernos caso, porque la EXPERIENCIA ES UN GRADO.
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