Enfoques

Delitos sexuales, una pandemia al alza en Canarias

Las Islas registran cuatro denuncias por violación a la semana. El acceso a la pornografía y la concienciación social son los dos factores clave que influyen en el aumento de casos. Frente a este problema, los expertos demandan medidas dirigidas a la prevención y la educación de menores

Ilustración del lobo acechando a Caperucita, símbolo de abusos sobre los menores.

Ilustración del lobo acechando a Caperucita, símbolo de abusos sobre los menores. / Adae Santana

Carlota Barcala / Benyara Machinea

Las Palmas de Gran Canaria / Santa Cruz de Tenerife

Viernes, 28 de febrero. La Policía Local de Las Palmas de Gran Canaria traslada a una menor de 17 años al Hospital Materno Infantil tras haber sufrido una presunta agresión sexual con posible sumisión química en la calle Eduardo Benot.

Tarde del 4 de marzo, Martes de Carnaval. Un adolescente de 14 años acaba detenido como presunto autor de una agresión sexual a una menor en el interior de un urinario en la capital grancanaria. Al mismo tiempo, una mujer de 39 años acude a comisaría tras haber sufrido una agresión sexual en Arrecife.

Ese primer fin de semana de marzo se denuncian, al menos, otras dos agresiones sexuales en Las Palmas de Gran Canaria: una, en el entorno de Guanarteme, con un detenido; la otra en Molino de Viento. En esta última, el presunto autor fue el novio de la prima de la víctima. 

Cinco denuncias por delitos sexuales en solo cinco días cometidos en las Islas. Es el reflejo de una «pandemia» -como ya se atreven a calificarla algunos expertos- al alza que azota no solo al Archipiélago, sino que pone de manifiesto una «dura realidad» latente en toda España y que hasta no hace mucho era tabú.

El caso que lo cambió todo

Fue en 2016 cuando todo cambió. La madrugada del 7 de julio, cinco hombres violaron en grupo a una joven de 18 años en un portal de un edificio de Pamplona, en Navarra. La Manada, así se llamaban en un chat de WhatsApp. Y así los calificó la sociedad: una jauría que aprovechó su superioridad para atacar a una mujer indefensa. Una Manada que hizo que un país alzase la voz contra las violaciones y que conllevó un aumento de la concienciación social por el apoyo masivo que hubo desde ese momento a las víctimas, que dejaron de sentirse (tan) cuestionadas como antes. A raíz de eso se atrevieron a denunciar.

Los datos recogidos en los balances de criminalidad del Ministerio del Interior lo sostienen. Desde entonces solo en 2020 los datos han disminuido, una caída generalizada de los delitos provocada por el confinamiento en la pandemia del Covid-19. El repunte dibujó una curva exponencial en todas las estadísticas. Pero, pese al aumento de denuncias y de la sensibilización social y visibilización de las agresiones, analizar los motivos que causan esta epidemia de delitos sexuales no es tarea sencilla y tan solo -dicen los expertos consultados- pueden combatirse con dos aliados: prevención y educación sexual. Son los dos gigantes que podrían frenar el aumento de la violencia sexual.

Libertad sexual

Porque esta casuística no es subjetiva. Solo entre 2023 y 2024 -últimas cifras disponibles en los informes de criminalidad publicados por el Ministerio del Interior- los delitos contra la libertad sexual aumentaron un 5,7% en toda España y crecieron un punto más si se tienen en cuenta las agresiones sexuales con penetración. Esto en un contexto en el que el resto de criminalidad disminuye. 

«Los delitos contra la libertad sexual crecen, pero en un porcentaje claramente inferior al incremento interanual observado en años anteriores (15,1% en 2023 sobre 2022)», aclara el ministerio, liderado por Fernando Grande-Marlaska: «Moderación que también se observa en los delitos contra la libertad sexual con penetración (crecen en 2024 un 6,7%, frente al incremento del 14,2% experimentado en 2023)».

Para ellos, «el aumento sostenido» en estos delitos está relacionado con las «activas políticas de concienciación y de reducción de la tolerancia social y personal frente a estos delitos».

¿Qué ocurre en Canarias?

Esto es lo que afecta -a grandes rasgos- a la media nacional. ¿Pero qué ocurre en Canarias? En el Archipiélago, en solo un año, las denuncias por delitos contra la libertad sexual (en los que se incluyen, además de agresiones sexuales, exhibicionismo, acoso, corrupción de menores, explotación sexual y pornografía) aumentan un 16% y pasan de 1.097 a 1.272. Las agresiones sexuales con penetración suben un 10%, de 220 a 242. El lobo feroz de la violencia sexual se hace en las Islas, si cabe, más fuerte. En comparación, eso sí, con otras comunidades, el porcentaje de crecimiento no es el mayor. En cuanto a delitos sexuales se sitúa la quinta con mayor aumento porcentual, por detrás del País Vasco (27,4%), Extremadura (25,7), Murcia (18) y Navarra (16,7). Si atendemos a las agresiones sexuales, también es la quinta en la que más se incrementan: País Vasco (30,7), Cantabria (26,5), Extremadura (27,3) y Murcia (21,8).

«Los delitos sexuales -que no solo las violaciones- se están convirtiendo en una epidemia en toda España que se debe atajar para que no siga creciendo», dice una agente de la Guardia Civil que prefiere no revelar su nombre. «Las violaciones pueden ser las más graves, o de las que más se habla, pero hay que valorar también los casos de pornografía, de exhibicionismo y trata de personas con este fin. Ha habido, sobre todo en las zonas sur de las Islas, operaciones para desmantelarlas», explica: «Y hay que vigilar los datos entre menores, sobre todo, con educación sexual».

 En lo que hay disparidad es en el análisis por provincias Canarias: en Las Palmas, aunque la criminalidad total disminuye, los delitos sexuales suben un 19,6%, y una décima menos si atendemos solo a las agresiones con penetración; en Santa Cruz de Tenerife, donde la criminalidad crece casi 7 puntos, los delitos sexuales se elevan un 11,3% y bajan un 2,1 las violaciones. 

«Esto hay que matizarlo y entenderlo para no alertar. Son cifras muy altas en porcentaje, pero no en cuanto al número de denuncias. Si en un municipio pasamos de cero a dos eso para la estadística supone un incremento del 100%», especifica el agente. «Si es cierto que hay en zonas en las que el aumento alarma, la realidad al final no se puede negar, pero hay que llamar a la calma para que la gente no se quede solo con los porcentajes tan elevados», añade. Si se atiende a ese porcentaje, la vista de los agentes está puesta en las islas de Fuerteventura y Lanzarote y los municipios de Mogán y Santa Lucía de Tirajana, en Gran Canaria.

Manifestación 8M en Las Palmas de Gran Canaria

Manifestación 8M en Las Palmas de Gran Canaria / Andrés Cruz / LPR

En Fuerteventura las denuncias por agresión con penetración pasan de cuatro a doce y provocan un aumento del 200%, y en Lanzarote de 21 a 38, es decir un 81%. En Mogán y Santa Lucía es donde se registra el mayor aumento porcentual -que no el mayor número de denuncias-. El municipio del sur pasa de una a seis (500%) y el del sureste de una a diez (900%).

«Lo que vemos es un incremento preocupante de las denuncias. Esto no siempre quiere decir que hayan aumentado los delitos, un extremo que también se puede estar dando, sino que las víctimas denuncian delitos sexuales que antes se callaban u ocultaban. Eso es, sin duda, por la mayor concienciación social y la visibilidad que hay contra las agresiones sexuales», explica en este caso un agente de Policía destinado en Canarias y especializado en tratar con este tipo de criminalidad.

La abogada penalista Mónica Sánchez Barragán, que colabora con diversas entidades en la formación contra la violencia sexual, coincide: «El aumento en la estadística o en los datos de por qué los delitos contra la libertad sexual están aumentando, quizás tiene que ver con ese atreverse de las víctimas a interponer denuncia, a acudir a la policía tras haber sufrido este tipo de delito. También tienen que ver la prevención y la educación». Prevención, la palabra tan repetida como única posible solución. 

«No tiene por qué el aumento de denuncias conllevar un aumento de ese tipo de delincuencia, sino que también puede explicarse por una concienciación de las víctimas», añade Barragán. La letrada especifica que «antes este tipo de delitos permanecían en el ámbito privado y no se denunciaban porque se ocultaban incluso por vergüenza en la familia y ahora esto está cambiando y se trata de poner en conocimiento de las autoridades que esta situación se ha dado, denunciar y perseguir a la persona que comete el delito». 

Esclarecimiento de casos

El reflejo, de nuevo, para que nadie pueda cuestionarlo está en los datos oficiales, con un aumento estratosférico si nos retrotraemos solo un lustro. En 2019, en Canarias se comunicaron solo 74 agresiones sexuales, lo que comparadas con las de este año (242) supone una crecida de un 227%. Pero es que hay un dato más que pone de manifiesto la preocupación: en Canarias se denuncian a la semana más de cuatro violaciones. Una cifra que vuelve a poner de manifiesto la realidad de esta problemática. 

«Lo que también es cierto y tenemos que reflejar es que tanto Policía como Guardia Civil consiguen esclarecer casi el 100% de estos delitos», especifica el agente, que alerta también de un aumento de delitos entre menores de edad, algo que ya puso de manifiesto la Fiscalía en su última memoria anual. El fiscal general del Estado advirtió de una «alarmante espiral que no para de crecer» de delitos sexuales cometidos por menores y la sección provincial enfatizó que cada vez son más frecuentes los casos en los que los menores se han conocido a través de las redes. 

La pornografía es violencia sexual

«La pornografía es una forma de violencia sexual sobre la mujer», alerta el experto policía. «A esa pornografía se dirigen menores y adolescentes para aprender educación sexual y crean una realidad paralela que nada tiene que ver con una relación sexual sana». Este agente clama contra la pornografía hardcore, con prácticas de sumisión hacia la mujer. El Ministerio de Igualdad refleja que el 54,1% de adolescentes recurre a estos vídeos para obtener ideas para las experiencias sexuales; al 54,9 le gustaría poner en práctica lo que ve en las grabaciones y el 47,4 ya ha llevado a la práctica alguna de estas escenas. Para él, que trata a diario con casos de violencia sexual, esto es la «bomba de relojería de la que parte todo».

Y en ese todo también está el acoso. «En los entornos escolares hablábamos de ciberbullying, pero ahora ya vemos el sexbullying, menores sobre todo a ellas que ven cómo a través de grupos de WhatsApp les llega contenido o enlaces a imágenes pornográficas e incluso vejaciones si no accede a lo que se habla por el grupo», añade.

El experto alerta que «juegos como el Roblox, Minecraft o Among Us exponen a los menores a ser víctimas de grooming (engaño pederasta) si los padres no hacen un uso correcto del control parental. En esos juegos, a través del chat, se detecta la presencia de depredadores sexuales, pedófilos y pederastas».

Y precisamente la pornografía es para José Manuel Niederleytner García-Lliberós, decano del Ilustre Colegio de Abogados de Santa Cruz de Tenerife, el factor determinante en el incremento de este tipo de delitos durante los últimos diez años. Para el decano estos delitos suponen un atentado grave contra la libertad sexual y afecta a las personas de forma persistente en el tiempo, «pues no se borra con facilidad». Aunque no siempre tiene por qué ocurrir en ese contexto, refiere que resulta frecuente que la agresión sexual se produzca en el entorno familiar.

Y este, la cercanía es otro factor clave. Las psicólogas Teresa Sánchez e Imelda Bencomo, así como la trabajadora social Marta Ibáñez, son las profesionales forenses que integran la Unidad de Valoración Integral Forense (UVIF), del Instituto de Medicina Legal (IML) de Santa Cruz de Tenerife. Ellas advierten que los presuntos autores suelen ser del círculo familiar o de amistades de las afectadas. «Solo en un muy pequeño porcentaje de los casos los implicados son desconocidos», dicen.

Ilustración de Caperucita en el bosque.

Ilustración de Caperucita en el bosque. / Adae Santana

Programas de formación

Sonja Arup, responsable del programa de protección a la Infancia y a la Adolescencia frente a la Violencia en Canarias ‘Clave A’, coincide. «En un alto porcentaje de talleres que impartimos, hay menores que levantan la mano cuando explicamos qué es la violencia sexual o las agresiones sexuales». Ellos han impartido talleres de prevención de agresiones sexuales a más de 10.000 menores en las Islas. «La mayoría de agresiones, alrededor del 84%, son en el ámbito familiar y cercano», detalla.

«Un niño empieza a tener curiosidad sexual entre los 7 y los 9 años. Ellos son ya la generación pornonativa y solo puede cambiar con prevención, prevención y prevención», subraya. Uno de cada cinco menores en el mundo, según la OMS, es víctima de abuso sexual y en España se estima que solo el 15% de los casos llegan a denunciarse, según Save The Children. Arup pide que los padres tengan más control. «La prevención empieza con la comunicación y el hogar», sentencia.

Sobre los agresores y las personas que cometen las violaciones, no hay un perfil definido, aunque sí estadísticas sobre los detenidos. Solo un 7% de los detenidos son mujeres (966) frente al 93% de hombres (12.801), revela el último Informe sobre Delitos contra la Libertad Sexual del Ministerio del Interior, que analiza el año 2023. «En la franja de edad 41-64 años es donde se concentra el mayor número de responsables masculinos; mientras que en la franja de edad de 18 a 30 años es mayor el número de responsables femeninas», dice este análisis. 

Nacionalidades

¿Y qué pasa con las nacionalidades? Un rasgo tan señalado siempre de los delincuentes. El 62,7% de los detenidos por delitos sexuales son españoles (8.631), frente al 37,3 de los extranjeros (5.136). En este apartado, marroquí es la nacionalidad extranjera que más se repite entre los investigados (1.001), seguida por la colombiana. Esto coincide con los dos principales países de origen de los extranjeros residentes en España: casi 1.100.000 son naturales de Marruecos que viven en el país; y más de 856.000 colombianos.

El juez Tomás Martín será nombrado Hijo Predilecto de Las Palmas de Gran Canaria.

El juez Tomás Martín. / JOSÉ CARLOS GUERRA

Y entre ellos también están las víctimas. «Hay que contextualizar la situación en Canarias en materia de extranjería, con víctimas vulnerables que son captadas», explica Tomás Martín, magistrado titular del Juzgado de Violencia contra la Infancia y la Adolescencia de Las Palmas de Gran Canaria. Esas víctimas son, en muchas ocasiones, explotadas sexualmente por mafias o inducidas a la prostitución por medios telemáticos.

Martín incide en la «cifra oculta», los delitos que antes no se denunciaban y ahora sí por la sensibilidad social y el empoderamiento de la víctima. «Los delitos contra la libertad sexual aumentan, pero no en las cifras que parecen reflejarse como hechos nuevos, sino que en muchas ocasiones son denuncias de hechos ocurridos con anterioridad y ahora la víctima se ve más acompañada», puntualiza Martín, que da un dato que llama a la cautela. «La media de la tasa europea por delitos sexuales es del 16,7% por cada 100.000 habitantes». España está lejos de ese dato.

La abogada Pino de La Nuez, vicepresidenta de la Asociación de Mujeres Juristas Themis, señala que esta tendencia al alza viene acompañada de una mayor conciencia de que la agresión sexual es «una forma de violencia de género, una forma de violencia sexual ejercida contra mujeres o menores». En este sentido, la letrada penalista apunta que la sociedad es «menos tolerante ante ciertos comportamientos porque ya empieza a ser una cuestión social y no solo una cuestión individual». 

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