Consideraciones sobre el arte urbano

La idea más consensuada sobre pintura mural hace referencia a la realización de una pintura de grandes dimensiones sobre muro o aplicada al mismo. Sin embargo, esta práctica artística posee un significado más amplio que la mera resolución de un hecho artístico a gran escala, cuyo soporte natural sería el muro, pues integra todas las necesidades técnicas y estéticas de una instalación efímera o permanente; resultando imprescindible el estudio previo de su ubicación dentro del espacio y estructura arquitectónica, así como su identificación respecto a la función de dicho espacio, factores ambos por los que se verá condicionado.

Por tanto, ante cualquier intervención artística en el espacio urbano, debe hacerse un estudio previo del lugar, puesto que la utilización de imágenes, signos y color pueden transformar la identidad de este. No debe ser planteado como un mero ejercicio estético o estilístico, ya que estamos hablando desde la esfera del arte público frente al del arte privado. Todas estas circunstancias deben ser tenidas en cuenta por los artistas urbanos para ser seguidas o descartadas de forma consciente.

En la actualidad nos encontramos con que el entorno urbano posee una fuerte ideología ecléctica. Las ciudades alteran su configuración dentro de un proceso renovador y efímero; todo lo contrario a lo sucedido en el pasado, en el que tanto arquitectura como pintura mural estuvieron ligados a la idea de permanencia. Una cultura así concebida no puede originar un hábito plástico fundamentado en postulados tradicionales, más bien surge de la resignificación de la subcultura. Antecedentes como los murales espontáneos (pintadas y tags), la experiencia del Bronx, cuna del grafiti en calles, trenes y metro de Nueva York, o el Muro de Berlín –repintado en numerosas ocasiones y con una fuerte carga social– constituyen pilares fundamentales en lo que hoy denominamos el arte urbano.

Ante esta situación resulta paradójico que, en plena crisis del arte institucional, el arte urbano presente el mayor auge y popularidad de las últimas décadas. El interés por este no solo pertenece a los académicos y los medios de comunicación, sino también a gran parte de la ciudadanía. El arte urbano se nos presenta como un universo de señales variables dispuesto a ser eficaz, dinamizar y seducir. Prueba de ello es el carácter comunicador que posee el mural para el gran público y que se ve reflejado en el uso mayoritario de un estilo hiperrealista gélido, capaz de cautivar su mirada. Hay en ellos mensaje y emisión en el sentido activo y, sustancialmente, intencionalidad comunicativa.

La pintura mural

Desde la década de 1980 aparecen en los planes de estudios de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de La Laguna disciplinas que relacionan Arte y Espacio Público. La docencia e investigación se ha centrado tanto en los métodos como en los proyectos de intervención artística en el espacio público, así como en su conservación y restauración. Con este planteamiento, la docencia en pintura mural se bifurca principalmente en las siguientes vertientes:

La primera muestra la teoría y la historia, evolución y planteamiento del arte urbano. La relación entre pintura y espacio público debe conferir al contexto un significado estético, social, comunicativo y funcional. Estas claves son claras, pero la realidad actual demuestra que su categorización es un tema polémico y conflictivo. La docencia e investigación en esta disciplina no debe estar al margen de esta problemática; debe plantear el hecho de si se reconoce una nueva categoría o tipo específico de arte cuyo destino es de dominio público y cuya ubicación es el espacio público.

La segunda vertiente plantea la conservación y restauración de la pintura mural. El creciente interés por el estudio, observación y tratamiento de los bienes culturales ha demandado una mayor formación tanto técnica y científica, como histórica y estética del restaurador. De ahí se deriva la importancia de estas enseñanzas especializadas, cuya finalidad es salvaguardar el patrimonio artístico.

Concretamente, en la vertiente destinada a la creación de la pintura mural en la ULL, se desarrolla a través de dos bloques temáticos: Pintura Mural. Materiales, técnicas y procedimientos, y Arte Urbano / Espacio Público. El trabajo requerido se basa en la consecución de una serie de objetivos muy concretos dentro de cada uno de los bloques temáticos. La realización de los proyectos y su posterior puesta en común van encaminados a que el alumnado adquiera los conocimientos necesarios para enfrentarse a actuaciones profesionales que relacionen pintura y espacio público.

Sin duda alguna, varias generaciones de pintores formados en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de La Laguna han contribuido a revitalizar el muro como soporte en Canarias. La fuerza de su trabajo reside en la ausencia de complejos a la hora de denunciar la realidad de nuestra situación actual, proyectando su arte más allá de nuestras fronteras. También es muy importante resaltar cómo se han enfrentado a los aspectos diferenciadores de la pintura mural en la realidad artística de hoy.

El arte urbano, tal como se plantea, tiene variadas soluciones plásticas difícilmente catalogables debido a la connivencia de distintas corrientes estéticas. Sin embargo, la percepción del arte y la actitud que tienen los artistas urbanos seguirá basada en valores culturales diversos, tratando de conseguir un contacto directo con la sociedad y creando así una nueva cultura urbana.

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