Jasmina García Velázquez: «Los niños pueden creer que los regalos son una forma de ser queridos»
Con una experiencia profesional de más de quince años de trabajo como educadora y psicóloga de menores y familias a nivel individual y grupal, también se ha especilizado en adiciones con y sin sustancias, relaciones de dependencia emocional y problemas asociados. Además, es autora de un poemario sobre violencia intragénero y es divulgadora sobre temas comunitarios y sanitarios. Entre otras labores, desarrolla formación y coordinación de equipos de trabajo en el ámbito socioeducativo.
En la época de Reyes, ¿cree que los niños pueden experimentar sobreestimulación al recibir muchos regalos?
Sí, porque nuestro cerebro no está preparado, y menos el de los niños, para procesar tanta información en un mismo periodo de tiempo.
¿Qué efectos puede tener el exceso de regalos en el comportamiento y desarrollo emocional de los niños? ¿Y el lado contrario?
Hay algunos especialistas que consideran que ya se está hablando del síndrome del niño hiperregalado. Estos niños comienzan a experimentar cierta frustración, apatía y, a veces, ni siquiera saben muy bien la utilidad de determinados regalos, lo que les impide valorarlos de manera adecuada.
¿La edad influye?
Cada edad tiene un tipo de regalo adecuado. Quizá no permitimos que el niño o la niña tenga su momento de experimentar a través de los propios sentidos lo que el entorno les ofrece, al estar rodeados de tantos regalos a la vez. Desde muy pequeños, se les expone al móvil o a la tablet, y su cerebro puede no estar preparado para procesar tanta información. Esto también depende de la maduración de cada niño.
¿Cuál es el impacto psicológico de recibir demasiados regalos en un solo día?
El impacto puede manifestarse en que no sepan manejar estas situaciones, lo que genera expectativas poco realistas. Pueden creer que recibir muchos regalos es lo normal o que consumir es lo adecuado. Además, esto podría perjudicar su capacidad imaginativa e incluso fomentar conductas más caprichosas. Aunque esto depende del niño, la niña y su estilo de vida.
En la línea de generar expectativas poco realistas, ¿qué tipo de expectativas puede generar?
Podría generar ansiedad o confusión. Los niños pueden pensar que una saturación material es lo normal y creer que los regalos son una forma de ser queridos. Esto puede restarles la oportunidad de vivir experiencias más significativas, como compartir actividades en familia, reflexionar sobre el impacto medioambiental de los juguetes o aprender a valorar el significado de compartir con otras personas.
¿Un exceso de juguetes o regalos puede interferir en el desarrollo de la creatividad y el juego libre en los niños?
Sí, porque la creatividad y el juego libre son fundamentales para desarrollar su propio entretenimiento. En épocas pasadas, los niños creaban sus propios juegos, incluso de forma cultural. Ahora, si están hiperregalados y sobreestimulados, no pueden procesar tanta información ni desarrollar su creatividad, lo que influye negativamente en su desarrollo.
Y en la parte contraria, ¿qué impacto puede tener en los niños una escasez de regalos?
La escasez de regalos refleja un problema mayor, relacionado con la pobreza infantil. Más allá de los juguetes, el foco debe estar en garantizar los derechos al descanso, el esparcimiento, el juego y las actividades recreativas para su edad. En estas fiestas, la falta de regalos puede ser una expresión más de la exclusión social.
¿Cómo pueden los padres equilibrar esa tradición de los Reyes Magos?
Lo primero es establecer un presupuesto limitado y realista. También es importante considerar la edad y la adecuación de los juguetes. Además, los padres pueden trabajar con sus hijos las expectativas antes de que lleguen las Navidades, fomentar el compartir con otros niños y niñas, pasar tiempo de calidad en familia y utilizar el humor para abordar diversas situaciones, enseñándoles que no siempre se puede tener todo.
¿Cómo pueden gestionar los padres las situaciones en las que el exceso de regalos viene de otros familiares, como los abuelos?
Es fundamental dialogar con los familiares previamente, explicando qué necesitan los niños y en qué queremos educarlos. Esto requiere comprensión, diálogo y priorizar el bienestar de los niños sobre las expectativas de los adultos.
Si no lo pueden evitar, ¿hay alguna estrategia que pueda ayudar a los niños a manejar sus emociones después de recibir muchos regalos?
Se pueden trabajar límites claros, enseñarles a esperar su turno y permitir que expresen sus emociones, ya que todas cumplen una función. Lo más importante es acompañarlos. También es clave enseñarles el valor del agradecimiento y explicarles que, aunque el regalo recibido no sea lo esperado, puede tener una utilidad.
¿Y cuál es el trabajo propio que pueden realizar los padres?
Los padres también fueron niños, y muchas veces, si no trabajan estas situaciones, intentan complacer a sus hijos por aquello que ellos mismos no tuvieron. Es esencial escuchar, acompañar y ofrecer seguridad y protección. También pueden aplicar la regla de los cuatro regalos: algo que necesite, algo que quiera, algo para ponerse y una lectura.
Y si, aun así, es imposible evitar que los niños reciban un exceso de regalos, ¿cómo se puede gestionar?
Una opción es realizar una asamblea en familia para dialogar sobre cada regalo: decidir si quedárselo, cambiarlo, devolverlo o compartirlo, siempre desde la tranquilidad y el acuerdo.
¿Cómo educarlos en una mayor conciencia de la gratitud?
Es importante valorar previamente cada regalo, preguntándonos si puede tener un uso significativo para otro niño al que le gustaría. Esto debe hacerse desde valores como compartir y la solidaridad, no como una acción para desechar.
¿Qué consejos daría para evitar que los niños se sientan desbordados o insatisfechos?
Aplicar la regla de los cuatro regalos es una excelente forma de evitar la saturación material. Además, regalar actividades compartidas, experiencias significativas en familia o con amigos, y reflexionar sobre el impacto medioambiental puede ser una alternativa enriquecedora.
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