Museos contra el espacio y el tiempo

Las pinacotecas y centros de arte afrontan la era postcovid ante los retos de la digitalización, igualdad, sostenibilidad y transversalidad

Museo Etnográfico de La Gomera, en Hermigua.

Museo Etnográfico de La Gomera, en Hermigua.

El ídolo de Tara, máximo emblema aborigen de nuestras raíces prehispánicas, sobrevuela el tiempo y el espacio con rumbo al Museo Arqueológico Nacional de Madrid para trazar la historia de Gran Canaria en el centro de la geografía española. Un dedo índice sigue su trayectoria desde el barrio de Salamanca deslizando la pantalla de las rutas del arte en TikTok, que en su hashtag de #revelaciones le abrirá otra puerta hacia la restitución de momias de Tenerife que exhibe el Museo de Naturaleza y Arqueología (MUNA). 

La geolocalización de estos tres espacios se concentra en un mismo punto en la palma de la mano, donde todas las barreras se deconstruyen en un click y en cuya ventana casi 300.000 personas de todo el mundo han aprendido a cómo mirar El lavatorio de Tintoretto a través el reel más visto del Museo Nacional del Prado.

Pero incluso esta pantalla vuelve a quedarse atrás porque el horizonte de los museos ya no es solo mirar, sino dialogar, transformar, bailar y performar: Este puede ser el lugar, se titulaba la última exposición de TEA – Tenerife Espacio de las Artes, con el subtítulo Performar el museo, que invitaba a repensar el espacio museístico como una coreografía de diversas disciplinas artísticas. Ya el Centro Atlántico de Arte Moderno (CAAM) abrió el interrogante Dance? en una gran retrospectiva internacional en 2021 para investigar nuevas formas de hibridación de lenguajes y temáticas en el marco del museo. 

También el Museo y Parque Arqueológico Cueva Pintada convocó a Daniel Abreu y Dácil González, Premios Nacionales de Danza, para bailar en la cueva, como reza la canción de Jorge Drexler, para que el público redescubriese su patrimonio bajo los pasos de baile de nuevos códigos contemporáneos. 

Ahora el TEA exhibe La conquista del mundo por la imagen, una muestra de obras centrales e inéditas de Óscar Domínguez, maestro surrealista y referente universal natural de Tenerife, porque la interlocución entre la identidad local y su contexto global debe ser el lugar. Pero el reto es que todos bailemos en la cueva.

Sostenibilidad y bienestar

El Día Internacional de los Museos 2023 que se conmemora el próximo 18 de mayo, que el sábado 13 de mayo tiene su prólogo con la Noche Europea de los Museos, se celebra este año bajo el lema Museos, sostenibilidad y bienestar,pues el Consejo Internacional de Museos (ICOM) defiende en su resolución que «los museos contribuyen de manera fundamental al bienestar y al desarrollo sostenible de nuestras comunidades». «Como instituciones de confianza e importantes hilos en nuestro tejido social compartido, están en una posición única para crear un efecto cascada que fomente el cambio positivo», indica la organización internacional en su comunicado anual.

El Día Internacional de los Museos el 18 de mayo, que anoche tuvo su prólogo con la Noche Europea, se celebra este año bajo el lema ‘Museos, sostenibilidad y bienestar’

Pero este potencial transformador de los museos, erigidos a un tiempo en custodios del pasado, lectores del presente y creadores de utopías, se enfrenta a su propia metamorfosis en el alambre del tiempo: las preguntas hacen malabares en el aire y regresan a las manos siendo otras. ¿El mundo virtual es red y puente entre ciudadanía y museo, pero corre el riesgo de ser también pantalla que aísla ambos espacios? ¿Un museo es espejo y representación de la sociedad si no es plenamente igualitario, inclusivo, diverso? ¿Su vocación de universalidad pasa por volver siempre a su raíz local? ¿Cuántos museos alberga el museo del siglo XXI, esto es, cuántas lenguas artísticas contiene su vocabulario? Y con todo esto, ¿sentimos los museos como nuestros?

«El reto es saber si realmente los museos tienen hoy algún tipo de pertinencia para la sociedad, sobre todo, a medida que vamos hacia otros espacios como especie. La cuestión fundamental es si en algún momento podríamos llegar a ser un espacio real de pensamiento y de encuentro para la ciudadanía», reflexiona Gilberto González, director artístico del TEA – Tenerife Espacio de las Artes. 

«El reto es saber si realmente los museos tienen hoy algún tipo de pertinencia para la sociedad", apunta Gilberto González, director de Tenerife Espacio de las Artes

En este sentido, su línea al frente de uno de los centro de arte contemporáneo de referencia en Canarias es consolidar «un lugar de pensamiento que, a través del arte y la cultura, aborde cuestiones que nos atraviesan en este momento como sociedad desde distintos prismas, voces y disciplinas». «Para nosotros es fundamental volver a pensar: ¿a quién representa el museo y qué historias representan los museos? ¿Cómo podemos incorporar otros pensamientos, otras generaciones, y que sientan que el espacio del museo les pertenece?

Pantalla y encuentro 

El arqueólogo y profesor universitarioJoan Santacana Mestre, a su vez un destacado investigador en el campo de la museografía didáctica e interactiva, destaca en su artículo La digitalización de la cultura y sus repercusiones en el museo y en el patrimonio que la museografía tradicional se basa en «un discurso unidireccional, desde el museo al público». «Desde planteamientos propios de la nueva museografía, el discurso ya no es unidireccional sino bidireccional: al museo le interesa lo que el usuario piensa, dice y sabe. Por el contrario, el usuario, hoy, cuando va al museo tiene un grado más elevado de exigencia». En este sentido, la proyección de los museos en la esfera digital promueve un diálogo continuo e interactivo con los distintos públicos, actuales y potenciales, de tal manera que el reto de los museos no estriba solo en tomar la calle sino en alcanzar los cuartos. 

«Parece que ha habido muchos avances en cuanto a las posibilidades de la digitalización, pero tenemos que recuperar la dimensión física del museo», defiende Gilberto González

Precisamente, el Museo Nacional del Prado lidera la presencia de museos internacionales en casa a través de la pantalla y se erige en la pinacoteca más seguida de todo el mundo en TikTok, con más de 487.900 seguidores a fecha de hoy. Su estrategia se desplegó en el contexto del confinamiento contra el Covid y Javier Sainz de los Terreros, responsable de Comunicación Digital del Museo del Prado, recuerda el éxito de su primer vídeo: «Empezamos contando curiosidades de cuadros y funcionó muy bien: un vídeo llevó a otro, y hasta hoy». Este fenómeno global, a su juicio, «hace pensar que había un público que lo estaba pidiendo». 

Sin embargo, Santacana sugiere que «frente a la museografía de la digitalización, hay que reivindicar para los museos el valor de la autenticidad». «Esta es su fortaleza, esta es la base de las emociones que provoca. El museo puede incorporar, y debe hacerlo, la tecnología derivada de la realidad virtual y aumentada, pero no puede perder aquello que le confiere valor: la autenticidad». 

En esta línea, González suscribe que «parece que ha habido muchos avances en cuanto a las posibilidades de la digilitazación después de la pandemia pero, por otra parte, también somos conscientes de que tenemos que recuperar la dimensión física del museo». «El museo es un lugar físico, y toda esa estrategia digital debe tener como fin que la gente pueda entrar en el museo, y dado que estamos asistiendo a una merma del espacio público, nosotros pensamos el museo como un espacio de encuentro y confluencia de los cuerpos, donde los cuerpos tienen que estar cerca», sostiene. 

Por su parte, Alicia Bolaños, jefa del Servicio de Museos del Cabildo de Gran Canaria, coincide en que «efectivamente, la pandemia aceleró el trabajo ya iniciado y el paso de lo analógico a lo digital es necesario, pero en convivencia pacífica, sin tecnofobias y sin tecnofilias». En la red de museos adscritos a la consejería de Cultura de la citada corporación insular «se utilizan las tecnologías para la eficacia en el trabajo, el ocio desde otras opciones también enriquecedoras, hacer accesible el patrimonio a personas con diversidad funcional, mejorar la conservación preventiva, buscar la excelencia en la investigación y llegar a más públicos, captando su interés», apunta. 

Sin embargo, en consonancia con la defensa de los museos como lugares de pensamiento, Bolaños señala que «la inmediatez sí me resulta otra amenaza», como también apunta Santacana refiriéndose a la tesis mcluhaniana de que «con el medio cambió el mensaje y la estructura de la mente». 

«Si la inteligencia del ayer se basaba en un reposado proceso mental de interrelacionar parámetros mediante búsquedas laboriosas de datos e información, la nueva inteligencia digital apuesta por la inmediatez, las conexiones instantáneas y la renuncia a una erudición que se manifiesta estéril ante la velocidad con la que se realizan los procesos de aprendizaje», escribe Santacana. A esto, Bolaños añade: «No creo que vivir en la inmediatez favorezca el bienestar al que alude el ICOM en su lema para este año».

El horizonte de la igualdad

A la hora de repensar el espacio del museo, Gilberto González también pone el acento en la importancia de «generar espacios seguros». «Si pensamos el museo como un espacio democrático, este tiene que representar al mayor número posible de ciudadanos, así que habría que volver a pensar cuáles son los temas centrales para nosotros; hacernos preguntas que correspondan a ese momento y a ese lugar, y a ese lugar concreto que es Canarias», reflexiona. «A partir de ahí, trabajamos en estrategias específicas para generar espacios seguros, para que las personas que vengan al museo se puedan expresar de manera libre desde el punto de vista del género y la diversidad, porque es fundamental que los museos sean espacios inclusivos. De todos».

Por su parte, Bolaños, que capitanea la creación del primer informe sobre la aplicación de la Ley de Igualdad en el ámbito cultural de las instituciones públicas de la isla de Gran Canaria, defiende que «todos los retos que planteamos no pueden conseguirse sin una perspectiva feminista integrada, tanto en las actividades culturales y en la gestión de las colecciones como en los contratos y presupuestos que dan lugar a que se den las primeras». «Simplemente, porque no se puede hablar de sostenibilidad ni de cultura cuando la mitad de la población no tiene las mismas oportunidades», manifiesta. 

"No se puede hablar de sostenibilidad ni de cultura cuando la mitad de la población no tiene las mismas oportunidades", apunta Alicia Boñalos, jefa del servicio de museos del Cabildo de Gran Canaria

Junto con una política de incremento de la colección que incorpora cada vez más obras de arte realizadas por mujeres, la presentación del citado informe, que es pionero en Canarias, tendrá lugar el próximo 8 de junio en la Casa de Colón y se basa en los espinosos datos del informe estatal de 2019 que analizaba la implantación de la Ley de Igualdad en los centros culturales dependientes del Ministerio de Cultura. «Concluía con que las mujeres no tenemos el poder cultural», resume Bolaños. Además, respecto a los retos relacionados con la sostenibilidad y la innovación tecnológica y en relación con la perspectiva feminista, Bolaños arroja luz sobre el «ecofeminismo», cuyo valores se incluyen en la agenda 2030, y el «ciberfeminismo», «también necesario para reducir la brecha digital y porque los cambios sociales se notan cuando las mujeres ocupan también las redes».

Transversales y sostenibles

En la estela del cambio social, el escenario de los ataques a las obras de Warhol, Goya o Vermeer perpetrados por los activistas climáticos en los grandes museos el pasado 2022 no fue casual, pues el impacto sobre el patrimonio artístico conmueve e interpela a toda la humanidad.

Este mensaje ya calaba entre los gestores y programadores de los museos, que integran la sostenibilidad como un compromiso que aplican de forma transversal en sus políticas, desde el compromiso medioambiental a la igualdad, la calidad o la prevención de riesgos laborales. 

«Trabajando desde la ética de los cuidados (al patrimonio, a las personas, al planeta, nuestras tres «p») podemos contribuir a mejorar la calidad de vida», apunta Alicia Bolaños

Así lo refiere Bolaños en el caso de la red de museos de Gran Canaria, donde subraya que «es necesario transmitir que la sostenibilidad se asienta en tres patas que deben estar equilibradas para una efectiva sostenibilidad: la social, la medioambiental y la económica. Ello implica, desde la gestión, organización y funcionamiento de los museos, que cada propuesta, proyecto, actividad o decisión que tomemos impacte positivamente en las tres». «Además, me resulta muy acertado que se asocie el bienestar con todo ello porque trabajar desde la ética de los cuidados (al patrimonio, a las personas, al planeta, nuestras tres «p») podemos contribuir a mejorar la calidad de vida», concluye.

Por otra parte, la transversalidad también deviene en interdisciplinariedad a la hora de diseñar las programaciones de los museos del siglo XXI, donde la museografía tradicional, que planteaba una separación estricta de campos, evoluciona hacia la hibridación y polinización de géneros y lenguajes. En este sentido, el CAAM y el TEA se erigen en emblemas de la fusión de disciplinas que, a la pintura o escultura, incorporan danza, ensayo, cine, música o teatro. 

«En el caso de TEA, antes había departamentos planteados de una manera muy unidireccional y, en los últimos cinco años, hemos logrado que el centro sea plenamente transversal», señala González. «Por ejemplo, si tenemos una exposición sobre paisajes, tratamos de que tanto el departamento de cine como de educación y las actividades paralelas se aproximen a esta temática desde sus respectivas disciplinas para que se hable de ello desde enfoques distintos, que en ocasiones incluso pueden ser opuestos, porque nos interesa generar ese diálogo plural». 

Además, desde su laboratorio de documentación han impulsado un sistema de participación para «generar la propia documentación del museo desde el público y generar un poso de todo lo que se hace». Así, la participación colectiva es otro de los mimbres que concentran el tiempo y el espacio de los museos en las palmas de las manos que se entrelazan. 

Y es que la posibilidad de reescribir el pasado, ampliarlo, incorporar otras voces e «imaginar otros futuros», como expuso la fotógrafa lanzaroteña Carmela García en la inauguración de su Gabinete de sueños en el MIAC de Lanzarote, es la partitura que marca los acordes y acuerdos de los museos hoy. Como reza una de las investigaciones artísticas recientes del Centro de Arte la Regenta: «Nos queda el horizonte». 

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