Entrevista | Carlos Soler | Ex jefe de Planificación e Hidrología de la Dirección General de Aguas del Gobierno de Canarias

«El canario ha desarrollado sectores que son grandes devoradores de agua»

Carlos Soler, exjefe de planificación e hidrología de la Dirección General de Aguas del Gobierno de Canarias, en el Parque García Sanabria. | | CARSTEN W. LAURITSEN

Carlos Soler, exjefe de planificación e hidrología de la Dirección General de Aguas del Gobierno de Canarias, en el Parque García Sanabria. | | CARSTEN W. LAURITSEN / Verónica Pavés

Verónica Pavés

Carlos Soler (Madrid, 1952) lleva 40 años trabajando en la planificación hidrológica de las siete islas. El ingeniero defiende que Canarias siga extrayendo el agua de los acuíferos, donde asegura que hay suficientes reservas hídricas como para paliar la demanda del Archipiélago. Por ello critica, además, la deriva de la desalación, tecnología que advierte que encarece el recurso y contamina el medio.

¿Cuál diría que es el mayor problema de Canarias con respecto al agua?

El fallo de entrada en este Archipiélago es el origen del agua. Es decir, de dónde sacas el agua para el abastecimiento urbano, agrícola, turístico e industrial. Luego está la cantidad y también el precio. En Lanzarote pagan el agua más cara de España y en el resto de las islas tampoco es barato. En La Palma, que es una isla con muchísima agua de infiltración y agua subterránea por una pluviometría bastante alta, el precio de un metro cúbico de agua ya se encuentra a un euro. Todo esto es realmente absurdo.

¿Diría que esa problemática tiene que ver con la gestión?

La política hidráulica define de dónde vamos a sacar el agua. Hoy esa política hidráulica está definida por los Consejos Insulares de Agua y por la Dirección General de Aguas que ahora pertenece a la Consejería de Transición Ecológica. Los Consejos Insulares van cada uno a lo suyo, parecen reinos de taifas. Cada uno mira a lo suyo y no se percata de lo que ha hecho los demás, lo que provoca que cometan errores y los repitan. Un ejemplo es el Plan de Balsas de Tenerife, que se empezó a trabajar entre 1970 y 1980. El objetivo de ese plan era recoger agua de escorrentía de los barrancos. Por aquel entonces se creía que por los barrancos corrían unos 133 hectómetros cúbicos. No fue hasta que construyeron las balsas cuando se dieron cuenta de que no había ese agua. Las balsas quedaron vacías y decidieron llenarlas con agua de galerías. El agua subterránea tuvo que salir a socorrer al agua superficial que no existía. Hoy esos 133 hectómetros cúbicos, se han convertido en 15. Y aun sabiendo que había sido un fracaso, en el año 2000 aparece La Palma y copia este plan. La mayoría de balsas que se construyeron se quedaron vacías.

¿Y en casos como los que menciona, por qué no se hicieron estudios previos de campo?

En la hidrología se usan muchas fórmulas. Sin embargo, están elaboradas para continentes, y aquí ni somos continentes ni tenemos el mismo terreno. Nuestros suelos volcánicos son permeables y de ahí han surgido muchos fallos primordiales.

«Los Consejos Insulares van cada uno a lo suyo; parecen reinos de taifas»

¿Dónde ha buscado tradicionalmente Canarias el agua?

En Canarias ha habido una tecnología de agua que ha sido única a nivel mundial. No hay un sitio donde se haya perforado con tanto afán y tanto éxito buscando agua como en Canarias. En ningún sitio del mundo, en un territorio reducido, puedes encontrar 2.000 galerías con una longitud acumulada de 2.500 kilómetros. Para que te hagas una idea, si yo pusiera todas las galería canarias una detrás de otra desde aquí llegaríamos a la Puerta del Sol de Madrid. Hay muy pocos sitios en el mundo que hayan hecho eso para buscar agua.

¿Qué es lo que motivó la búsqueda de agua en las Islas?

Al canario siempre le ha dado por desarrollar sectores que se consideran grandes devoradores de agua, como la caña de azúcar, el plátano y los turistas. Y no deja de ser curioso porque la pluviometría de Canarias es poco más de la mitad que la de la Península, y esta no es ningún dechado de virtudes en cuanto a la lluvia.

¿Cree que para nutrir esos sectores, grandes demandantes de agua, hemos extraído más agua de los acuíferos de la que se podía recargar?

No. En las cuatro islas occidentales nunca se ha sacado más agua de la que se ha infiltrado. En Tenerife, según los planes hidrológicos, que son los oficiales, se infiltra el doble del agua que se demanda en la isla. En La Gomera, cuatro veces. En La Palma, otras cuatro veces. En la isla de El Hierro cinco veces. Y, sin embargo, desalan.

Si hay tanta agua reservada en los acuíferos, ¿por qué cree que hay ese empeño en desalar? ¿Es más fácil?

Sí, esa es una razón. La Consejería de Transición Ecológica no ha sacado ni un solo litro de agua subterránea y lo que ha hecho es colocar doce desaladoras. Yo te diría que, primero, por codicia y segundo por ignorancia. La codicia está por el dinero que proporcionan las multinacionales a aquel que coloque una desaladora y la ignorancia a la que me refiero es la de los técnicos. Hoy en día en ninguna de las dos universidades canarias se enseña cómo se perfora una galería, cómo se hace un pozo, ni a realizar un reconocimiento geológico para sacar agua. Y si bien es cierto que se hacen estudios de hidrología o de permeabilidad, todos los trabajos se realizan con una base teórica. Lo práctico, lo que enseñan las 2.000 galerías y 4.000 pozos de Canarias, se está perdiendo. Estás cambiando una tecnología pionera y experta a nivel mundial, por una tecnología que no depende de ti, como la desalación.

«En las cuatro islas occidentales nunca se ha sacado más agua de la que se ha infiltrado»

¿Considera la desalación deficiente?

La desalación tiene muchos inconvenientes. El primero y más gordo es que, para desalar, necesitas emplear electricidad. La electricidad depende, por desgracia, un 80% de la quema de petróleo. Al desalar quemando petróleo, estás asociando algo necesario para el desarrollo de la vida, la renta per cápita y el beneficio del pueblo a algo que no tienes y que depende de un transporte por mar, que es muy frágil. Además, nos preocupa mucho el contenido en boro del agua desalada. El agua del mar tiene boro, con la ósmosis se quita la mitad, pero aún así estamos hablando de 2,5 miligramos de boro. Una cantidad que supera con creces lo que recomienda la Organización Mundial de la Salud (OMS): 0,5 miligramos.

¿Es un problema similar al del flúor?

El flúor es un problema del agua volcánica. Estas islas están vivas y debajo de ellas hay emanaciones de gas. El que más se emite es el dióxido de carbono, luego cloro y azufres pero también el flúor. Esa emanación atraviesa el acuífero, calienta el agua y disuelve esos gases. Eso produce que el agua se cargue de sales, sílices y flúor. Por ejemplo, en la zona de La Guancha (Tenerife) puedes tener aguas con concentraciones de 15 miligramos por litro de flúor, cuando la OMS pide que no se pase del miligramo por litro. Quitar el flúor es caro y complicado, entonces lo que hay que hacer es dejar esas aguas e ir a buscar de más calidad. Porque si hay de más, ¿para que vas a sacar esas?

Usted ha revisado varios planes hidrológicos de las Islas y en sus conclusiones ha sido muy crítico con las razones que se esgrimen para desalar.

La desalación se suele justificar en que ya no llueve. Pero no es verdad, y así queda constatado en los propios planes hidrológicos. En estos documentos se suele aludir a una serie registrada de pluviometría que abarca desde 1940 a 2020. Esa serie de 80 años la han comparado con la lluvia de los últimos 40, es decir, la mitad final. Si fuera verdad que llueve menos, la mitad final debería tener menos pluviometría, pero resulta que no ocurre así y así lo concluyen también estos planes. Además, se ven más cosas, como que en Canarias han existido ciclos de sequía y ciclos de abundancia toda la vida. Yo llevo aquí desde el año 78 y he vivido tres o cuatro sequías tremendas. Y siempre se dice que las sequías que estamos pasando son las peores, pero no es así.

«En Lanzarote pagan el agua más cara de España y en el resto de las islas tampoco es barata»

El sistema de gestión está atomizado. En otras regiones no hay tantas instituciones encargadas del agua, ¿cree que eso va en contra de la buena gestión del agua en Canarias?

La cantidad, sin duda, no hace la calidad. Ni muchísimo menos. Cuando llegué a Canarias se llevaba la gestión entre las dos provincias a través de los Servicios Hidráulicos. Yo estuve tanto en el de Tenerife como en el de Gran Canaria. Habían 30 personas trabajando en cada uno y llevábamos las cuatro islas en la provincia occidental y las tres en la oriental. Ahora mismo, solo en el Consejo Insular de Tenerife hay más de 100 personas, pero los planes hidrológicos que se hacen son cada vez peores, tanto técnicamente como desde el punto de vista de literatura. No hay quien se lo lea.

¿Qué debería hacer Canarias?c

Pues debería hacer lo que hicieron todos los que nos precedieron: sacar el agua de donde la tienes. Un agua de recursos, que depende de la lluvia y haciendo uso del conocimiento que hemos adquirido gracias a las galerías. Canarias debería ser una universidad que exportara la tecnología de cómo captar agua, sobre todo subterránea, pero también de las nubes, como en El Hierro, o de la lluvia, como en Lanzarote y Fuerteventura con los aljibes. No olvidemos que en Tenerife se llegaron a sacar más de 200 hectómetros cúbicos al año de galerías y pozos, y solo se necesitaban 160.

¿Y por qué cree que el agua de galerías y pozos está en desuso?

Lo que ocurre es que mis colegas ingenieros han despreciado las galerías y pozos porque no son estructuras construidas por ellos sino por la gente del pueblo. La ingeniería viene de la palabra ingenio, una cualidad que, sin embargo, no es una exclusiva de estos. No hay un sitio en el mundo donde se haya desarrollado tanto el ingenio para buscar el agua como en Canarias. Pero, además, ponte en el lugar del ingeniero. Si nadie le ha explicado las características del agua subterránea y cuando le digan que tiene que solucionar el abastecimiento de un municipio solo tiene dos opciones. Por un lado, puede arriesgarse a hacer un estudio dentro de una galería para ver cómo puede recoger ese agua subterránea. Pero también puede poner una desaladora y solucionar el problema, aunque eso signifique que multiplica por diez el presupuesto, hace que el agua dependa del petróleo y la electricidad y, encima, contamina.

«Los planes hidrológicos que se elaboran en Canarias son cada vez peores»

¿Cree que estamos dando la espalda a nuestro territorio?

Totalmente. Están subvencionando el agua desalada y no se subvencionan los trabajos en las galerías. Un pozo y una galería necesitan un mantenimiento pequeño, pero basta que no le des nada para que la gente los abandone.

Según los datos del Istac, las redes de distribución canarias pierden el 33% del agua ante de llegar al usuario. ¿A qué cree que se debe?

Depende del sistema. En las tuberías que van desde las galerías, como cada familia supervisa la suya, las pérdidas son menores del 10%. Sin embargo, cuando las tuberías las instala el Estado, las pérdidas son muy elevadas. En Lanzarote, Fuerteventura y El Hierro las pérdidas llegan a ser del 56%. Lanzarote y Fuerteventura son islas donde el agua depende únicamente de la desalación, tienen el agua más cara, es donde más pérdidas hay y, además, es el único agua subvencionada. Hace 30 años que esas pérdidas existen y no se le pone remedio.

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