Entrevista a Humberto Hernández, catedrático de filología española

Humberto Hernández: «El canario cada vez se siente más satisfecho con su modalidad dialectal»

"Los deseos identitarios siempre llevan a sentirse más cómodo con lo que se considera propio", afirma

El catedrático en Filología, Humberto Hernández, en su despacho de la Facultad de Periodismo de la ULL.  | | A. GUTIÉRREZ

El catedrático en Filología, Humberto Hernández, en su despacho de la Facultad de Periodismo de la ULL. | | A. GUTIÉRREZ / Verónica Pavés

Verónica Pavés

Verónica Pavés

El filólogo Humberto Hernández ha consagrado su vida al estudio de la modalidad dialectal canaria. Durante su carrera ha sido testigo del cambio de percepción del español de las Islas y asegura que hoy son muchos más los que abrazan sin miedo las características únicas del habla canaria. 

¿Considera que el conocimiento que el resto de España tiene sobre Canarias versa más sobre aspectos fonéticos y léxicos que gramaticales?

No. El español de Canarias es el dialecto más estudiado de todo el panorama hispanoparlante, sin lugar dudas. Además en todos los niveles: el fónico, el gramatical y el léxico. Los estudios sobre el español de Canarias aparecen en los años 50 con el filólogo Diego Catalán. Luego le siguió Manuel Alvar con la publicación del Atlas lingüístico y etnográfico de las Islas Canarias. A partir de entonces el estudio de la dialectología canaria ha sido modélica. No creo que tengamos que sentir que nuestra modalidad tiene un déficit en ninguno de los planos.

Las investigadoras responsables de extender el Corpus Oral y Sonoro del Español Rural (Coser) a Canarias aseguran que, antes de embarcarse en el estudio, habían encontrado poca información sobre aspectos gramaticales de las Islas, ¿cree necesario realizar más estudios al respecto?

En la Academia de la Lengua Canaria hemos publicado recientemente el libro con muchas de las aportaciones de uno de los grandes investigadores del español de Canarias, Antonio Lorenzo Ramos, que tiene trabajos magníficos sobre cuestiones gramaticales. A él se le debe, por ejemplo, la marca «leísmo de cortesía». Una distinción que él empezó a apreciar y, por ello, la estudió en profundidad. Lorenzo demostró empíricamente que en Canarias existe la tendencia a cambiar el pronombre complemento directo «lo» y «la» en los casos en los que refiera a un Don o una Doña, transformándolo en un «le».

¿Cree que los canarios conocen las especificidades de la gramática isleña?

Los colegas de la Universidad de Málaga, entre ellos Susana Guerrero Salazar, que ha trabajado mucho de dialectología y estudios comparativos entre el español de Andalucía y de Canarias, han demostrado que mientras en Andalucía todavía existe ciertos sectores que menosprecian su modalidad, en Canarias hay una progresión ascendente en el sentido de una valoración positiva de nuestra modalidad. El canario cada vez se siente más satisfecho con su modalidad y no tiende a corregir o a imitar un rasgo que no sea el suyo. Curiosamente coincide con la creación de la Academia Canaria de la Lengua, porque ha sido en estos últimos 22 años cuando se ha producido ese ascenso en las actitudes positivas de los canarios. Por otro lado, no creo que los canarios seamos acomplejados, sino que somos hablantes que hemos tenido una cierta inhibición a la hora de expresarnos públicamente. Creíamos que la modalidad culta era la castellana y ahí era cuando dudábamos de que palabra o expresión escoger. Pero no lo hacíamos por complejo, sino por una situación de indecisión a la hora de elegir un rasgo u otro.

"Hay nombres guanches que se escriben con Z por hipercorrección, pero se pronuncian con S"

El dialecto canario ha llegado a sufrir mucha represión.

Yo, en lugar de represión, prefiero hablar de interferencia del español-castellano en relación con Canarias. El dialecto canario ha estado interferido, a pesar de la distancia, permanentemente por la modalidad castellana. En primer lugar por la influencia de los medios de comunicación predominantes, que emiten en prosa extrainsular, como La Cadena SER, Radio Nacional o El País. Si a eso le sumas la influencia de las instituciones públicas, y que las personas de gran relevancia venían de la Península y utilizaban la modalidad castellana. Es un caldo de cultivo que va haciendo que la gente con una cultura no muy elevada siempre vea como el modelo a imitar esa modalidad castellana. La prueba está en que esto no ocurre ni en México, Argentina o Venezuela. Y no ocurre porque ellos no reciben la influencia de los medios de comunicación de la Península ni de los propios peninsulares.

Se me ocurre, por ejemplo, la censura a los nombres guanches. Igual este tipo de circunstancias sirvieron para extender la idea de que la cultura no era la mejor.

Es posible. Sobre eso me gustaría hacer una puntualización. Hay nombres guanches que, por una cuestión de hipercorrección, se escriben con -z. Tazacorte, Yaiza, Nauzet, Ayoze. Pero esa -z no puede representar en Canarias una interdental fricativa. No, representa una -s. Por eso creo que los locutores –incluso los que no son canarios– deberían pronunciar Tazacorte con -s, porque aquí no hubo nadie en origen que diga estas palabras con -z.

¿Cree que la presión del dialecto castellano ha provocado que en Canarias existan formas gramaticales extrañas?

No lo creo. Básicamente porque cuando un elemento se incorpora en la lengua no es una forma extraña. Se acomoda o se rechaza. Si aceptamos una forma y tenemos otra, pueden ocurrir dos cosas: que las tengamos las dos y especifiquemos su significado o que rechacemos una y nos quedamos con la otra. Yo creo que los deseos identitarios siempre llevan a sentirse más cómodo con lo que se considera propio. Por ejemplo, no creo que haya tentación alguna por parte de ningún hablante de sustituir «gofio» por «harina de maíz»...

Pero en Canarias sí se suele utilizar más, por ejemplo, la palabra palomitas, en detrimento de la forma canaria, que es o cotufas o roscas.

No es el mismo caso. Aquí se da un fenómeno distinto y curioso, y además, explica la riqueza dialectal. Aquí palomitas es la voz general y siempre lo ha sido. Mientras que cotufas se utiliza en la realidad de las islas occidentales y«roscas en las orientales. Es una curiosidad semántica que depende de si te centras en tu realidad o hablas en general. Siempre hay tendencias esnobistas pero, insisto, lo normal es que uno siempre tienda a mantener lo que considera propio.

¿Puede llegar a desaparecer parte de nuestro léxico?

Siempre puede haber una pérdida de léxico, claro. Por ejemplo, desde que desaparece un arado también lo hacen los nombres asociados a las partes del arado. Cuando desaparecen las actividades agrícolas también lo hacen las palabras que explican dichas actividades. Es algo que ocurre en todos lados y no quiere decir que la modalidad canaria se empobrezca, porque siendo tan rica como siempre. No se debe olvidar que la modalidad canaria continúa recibiendo influencias aunque no lo observemos. Ahora, por ejemplo, del español americano por la gran afluencia de hispanoamericanos, andinos, caribeños...y así es como se va renovando la modalidad canaria.

¿Temen que Canarias pueda perder parte de su riqueza dialectal por la globalización?

Hoy se habla mucho de que estamos perdiendo el ustedes por el vosotros. Dicen que existen un resurgimiento en la gente joven por efecto de las redes sociales. Por una parte se debe recordar que el vosotros siempre se ha usado en las Islas. Se trata de un «vosotros» arcaico que traen los primeros colonos y conquistadores de la parte occidental de la Península. Ese «osotros, que se manifiesta en expresiones como ¿ya vos vais?, se quedó restringida a partes muy concretas de La Palma, La Gomera y el sur de Tenerife. Con respecto a este resurgimiento, estoy seguro de que la influencia de las redes sociales existe, pero tenga la certeza de que cuando esa gente hable con espontáneidad, usará el ustedes canario. En los dialectos hay dos fuerzas contrapuestas, una que tiende a la globalización, que es centrífuga, y otra centrípeta para mantener lo nuestro. Si la fuerza centrífuga tiene poder, más lo tiene la centrípeta. Si no, tu y yo y cualquier persona con cierto nivel cultural estaría utilizando el castellano. Hubo un filólogo español que, ante la preocupación que había observado en algunos congresos de la lengua por la variación fónica en España, la gran variedad de pronunciaciones y presencia de fonemas en un sitio frente a otro, afirmó que no había que preocuparse porque en un tiempo todos hablaríamos igual. El tiempo ha demostrado lo contrario. Las diferencias dialectales en el plano fónico se han ido acusando cada vez más.

Este grupo de investigación del COSER encontró varias formas gramaticales propias de las Islas, como el «más nunca» o la «e paragógica», ¿debemos conservarlas al igual que hacemos con el léxico?

Hay rasgos que aún siendo propios tienen una consideración inferior a otros. Por ejemplo, hay gente que aún dice «ansina», un rasgo normal del español aquí y en otros sitios, sin embargo, se considera un rasgo vulgar. Ante eso, ¿qué actitud hay que adoptar? ¿Es español? Sí, pero no es de hoy. Son rasgos arcaicos que se han perdido y que, por evolución lingüística, se han reconvertido en otra forma que ahora consideramos correcta. Si nos retrotraemos años atrás y vamos a hablar sobre el mamífero que vuela, lo llamaríamos «murciégalo». Todavía hay gente que lo llama así, pero la forma que evolucionó correcta es murciélago. La norma va cambiando. ¿Es correcto entonces decir murciégalo? Pues hay que entender que es una forma del español, pero anterior a la que se usa hoy por hoy. Este rasgo que hoy se observa, por ejemplo, en localidades del noroeste de Tenerife (donde suele ser común escuchar formas como amore, corazone), es un rasgo arcaizante, probablemente por influencia del occidente peninsular. Lo mismo que las secuencias más nada, más nunca, más nadie, que algunos atribuyen a influencia del portugués, son características que en ningún caso pueden considerarse como errores, aunque sí es verdad que se alejan algo de la norma general del español. Canarismos (o meridionalismos) en cualquier caso, no errores ni vulgarismos. Al final, lo más importante es saber utilizar la forma adecuada a cada situación comunicativa. En este caso, por ejemplo, teniendo en cuenta que lo general es nadie más o nunca más.

"Lo más importante es saber utilizar la forma adecuada de la lengua en cada situación comunicativa"

¿Deberían tener todas las comunidades autónomas una Academia de la Lengua propia?

Si se aclaran bien los objetivos u la finalidad de esa academia, sí. Por supuesto, siempre y cuando sean las comunidades que tengan una modalidad. Tampoco vamos a poner una por provincia. Si los objetivos están bien fijados, no veo mal una academia o instituto que se ocupe de la promoción, estudio y la protección de la lengua. Así también se garantizaría el cumplimiento de una de las obligaciones de los poderes públicos, dado que deben promover, proteger y estudiar su modalidad lingüística. Pero es importante que la academia se encargue de eso y no de establecer batallas contra otras modalidades, enfrentarse al castellano o aprovechar la modalidad con fines espurios o ideológicos. Es difícil pero nosotros lo hemos conseguido.

¿Qué es para usted hablar canario?

Hablar canario es hablar español adecuado a cada situación comunicativa. Hay rasgos dialectales normales que no son propios del estándar y otros que pertenecen a socialectos más bien bajos. Hay que tener claro la frontera entre lo dialectal y lo vulgar. Pero esto ocurre en todos los sitios. Para eso sirven la asignatura de Lengua Española.

Pero quizás esta asignatura también debería estar adaptada al dialecto canario.

Claro, lo hemos propuesto mil veces. Es curioso, porque vas a un libro de texto en Argentina y encuentras fácilmente los pronombres que ellos utilizan, incluyendo el «vos», así como su léxico. En Canarias no sucede así. Aquí a veces los libros de texto enseñan las características propias del español de Canarias pero luego formulan los enunciados o los ejercicios en Español castellano. Esto crea en los hablantes una terrible esquizofrenia lingüística.

¿Diría que el dialecto canario es el más rico?

Para nada. Todos los dialectos tienen igual cantidad de riqueza. Sin embargo, hablando con el corazón te diría que el español de canarias es una modalidad muy rica por diferentes razones. Nosotros hablamos español porque aquí vinieron, nos conquistaron y se establecieron señores que hablaban español. Pero claro, antes de ellos había unos ciudadanos que hablaban sus lenguas y sus aportaciones no desaparecieron. Los guanches dejaron su huella: una decena de palabras y muchos topónimos. Pero es que después de los castellanos, también vinieron los portugueses porque tenían interés en ocupar las islas. Esa influencia portuguesa fue enorme. De ahí provienen formas gramaticales como «más nada», «más nunca» o «más nadie», expresiones como «la mesa cumplida» o palabras como «el totizo», «el jeito» y «el canento». Con esa base, la pequeña modalidad del canario se expande a América y es una lengua que utilizan 500 millones de personas.

¿Y qué ocurre tras la conquista de América?

Pues resulta entonces que Canarias se convierte en un puente entre América y Europa. Esta característica facilita que en las Islas haya mucha influencia americana. Más tarde, a finales del siglo XIX, se establecen, además, relaciones intensas con las Islas Británicas. Ahí tenemos influencia del inglés por las relaciones tan estrechas que se creaban. Así el bizcochón empezó a llamarse «queque» y el cuchillo en Las Palmas «naife». Canarias tiene incluso influencia de las lenguas del Norte de África. En Lanzarote y Fuerteventura, por ejemplo, el nombre del camello joven es un «majalulo».

Suscríbete para seguir leyendo