El debate sobre el modelo energético y el proyecto de la central hidroeléctrica Chira-Soria han centrado el encuentro, el segundo de las tres jornadas "Canagua y Energía", celebrado este martes y retransmitido online en el que participaron varios de los actores principales involucrados en la iniciativa, con la conducción de la periodista Eva Marrero y organizado por el Cabildo de Gran Canaria.

Eduardo Prieto, director de operaciones en Canarias de Red Eléctrica (REE), recordó que ya van 20 años hablando del proyecto y que la última es ya su tercer paso por un periodo de información pública. Frente a los que dicen que ya llega tarde, afirmó que "lo que tiene que hacer es llegar". Al respecto de las críticas surgidas al sistema de bombeo, dijo que "no hay una tecnología más eficiente y no se la espera antes del año 2030, según lo dicen estudios independientes y de entidades con prestigio, con sus proyecciones".

Sobre las baterías como alternativa, dijo que pueden durar "15 o 20 años", mientras que el bombeo como mínimo se espera una amortización durante 70 años, además de que su huella de carbono es menor, por lo que no ve alternativas. "Este proyecto es compatible con el desarrollo sostenible y va alineado con los objetivos con los que se consiguió la declaración de la Reserva de la Biosfera" para la isla de Gran Canaria, recordó el director técnico de Chira-Soria, del Consejo Insular de Aguas de Gran Canaria, Yonay Concepción.

"Todas las actuaciones de los seres humanos tienen un impacto, lo que debemos hacer es encaminarlo de la mejor manera", apuntó Rafael Martell, presidente de la Asociación Eólica de Canarias (Aeolican), que puntualizó que ese impacto "lo tiene hasta un parque eólico, con sus componentes al agotarse su vida útil". Impacto ambiental "también tienen otros sistemas de almacenamiento", explicó la profesora titular de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (Ulpgc), Julieta Schallenberg.

"Las centrales de hidrobombeo lo tienen, derivado de su construcción y se trata de reducirlo al mínimo", pero las alternativas, que no alcanzan a suplirlas desde lo tecnológico, "tienen un impacto grande en sus lugares de extracción de litio y vanadio, lo que pasa es que están en sitios del planeta que nos quedan lejos". Así, deseó que se llegue pronto a sistemas mejores que los de las baterías actuales, pero siempre viendo lo medioambiental "de modo global y no solo desde la perspectiva local".

"Todas las actuaciones necesarias para la transición deben estar fundamentadas en unos costes sostenibles", subrayó Martell. "De nada nos sirve pensar solo en el medio ambiente si entramos en un déficit de tarifa insostenible, como sucedió en el pasado. Por eso todas las acciones deben ser razonables desde lo económico y no nos vale una transición energética que la tengan que pagar las siguientes generaciones", afirmó.