Turismo y deporte

El turismo deportivo en Canarias como palanca de desarrollo

Representanta más del 10% de la expansión global del turismo y supone además una importante capacidad tractora en las economías de regiones pequeñas

Miguel Villarroya, director general de Spring Hoteles.

Miguel Villarroya, director general de Spring Hoteles. / EL DÍA

Hace unos días se celebró el primer congreso de surf de la isla de Tenerife, una iniciativa de Spring Hoteles de la mano de Las Américas Surf Pro, quienes centraron sus esfuerzos en generar las Bitácora Surf Talks, una serie de charlas y actividades que atrajeron a algunos de los líderes de la industria no sólo del surf sino también del deporte en general. Aprovechamos la cita para hablar con Miguel Villarroya, director general de Spring, un grupo hotelero que es un claro ejemplo de empresa inquieta y ocupada en qué papel debe jugar la tecnología y en el conocimiento de las tendencias del mercado, además de cómo sobre esa perspectiva una empresa privada se puede convertir en motor de un destino que mejore día a día a pesar de su madurez.

“Se consigue con iniciativas, inversión e inteligencia en origen”, afirma Villarroya, quien insiste en que la base para construir un destino mejor es crear una alianza privada-pública, “donde ni siquiera hace falta crear una estrategia común, aunque sería interesante; puede bastar con que lo público se aproveche del ritmo que marcamos desde la empresa privada y apoye los proyectos desde su posición más allá de que debamos consensuarlo”. Habla del ejemplo de Málaga como referente reciente, explicando cómo la ciudad ha logrado posicionarse internacionalmente como destino de lujo y arte, atrayendo grandes inversores y un perfil de viajeros de alto nivel; pero también de Lanzarote y lo que ha logrado con la creación de Lanzarote European SportsDestination, un ente donde todos los actores -privados y públicos, grandes y pequeños- tienen voz y voto y han hecho de la isla un referente europeo en deportes como el surf o el triatlón. “Este tipo de ente tiene un importante valor a la hora de crear infraestructuras y mantener el ecosistema”, concluyó Villarroya.

Pudiendo haber desarrollado su negocio en regiones más rentables, como puede ser el Caribe, Spring es una empresa que apuesta por el territorio local, con la totalidad de sus hoteles -y algunos nuevos proyectos por venir- localizados en el sur de Tenerife, concretamente en Arona. “No es algo casual”, afirma Villarroya: “Nos gusta Tenerife, es una región donde nos sentimos cómodos y nos entusiasma la idea de aprovechar la oportunidad que nos brinda este enclave mágico para, con nuestras ideas de negocio y nuestra capacidad, poder impactar en el desarrollo del destino a nivel social y económico, buscando cada día mejorar lo que tenemos”. Y en esa búsqueda de la excelencia, la compañía ha dado con uno de los puntos clave para su desarrollo actual y futuro: El turismo deportivo. Un turismo que, tal como se afirmó en el foro del Hotel Bitácora de la semana pasada, gasta un 15% más que el resto de turistas, y el que practica deporte suele ser un perfil que además protege y respeta el territorio, tiene una mente más abierta y busca una filosofía de viaje más inmersiva. El turismo deportivo supone además una importante capacidad tractora en las economías de regiones pequeñas como nuestras islas, generando una industria en torno al deporte del que se benefician centros de entrenamiento, alojamientos, restaurantes… pero también otros profesionales técnicos.

En ese sentido, en los últimos años Spring ha realizado una importante inversión para atraer a este tipo de turista, creando espacios específicos para surfistas en el Hotel Bitácora y atractivos para los ciclistas en Arona Gran Hotel, por ejemplo, y creando campañas específicas de marketing y comunicación en toda Europa para llegar a estos perfiles. Preguntamos a Miguel Villarroya si tiene que ver con su afición personal -practica ciclismo, surf y atletismo- o responde a otros factores. “Es un segmento que me interesa, desde luego, pero nuestro enfoque responde más bien a una serie de datos, como por ejemplo que actualmente el turismo deportivo representa más del 10% de la expansión global del turismo, es el segmento de más rápido crecimiento, y este año se espera que mueva más de 800 mil millones de euros a nivel mundial. En España antes de la pandemia fueron en torno a 7 mil millones de euros. No podemos obviar esas cifras.”.

Como vemos, la empresa privada ya se ha puesto las pilas para atraer a este tipo de cliente creando productos que se adecuen a ellos, pero según afirma Villarroya “la palanca deportiva es importante madurarla, industrializarla, profesionalizarla, y para eso se necesita el apoyo del sector público”. Y cuando habla de turismo deportivo no se refiere sólo a aquellos turistas que viajan para hacer deporte o aprovechan su viaje para entrenar: “La mitad del turismo deportivo se mueve por eventos, así que infraestructuras como el circuito del motor pueden ser inversiones interesantes para atraer perfiles de turista de alta gama. Canarias está dentro de las comunidades más buscadas para vivir esas experiencias y ya sabemos que ese cliente es un viajero repetidor que viene por largas estancias y con alto poder adquisitivo, así que tenemos que aprovecharlo”.

Pero no se queda ahí: “Si sabemos que cada año tenemos a los mejores ciclistas del mundo entrenando en nuestras montañas, tal vez se podría impulsar la creación de un carril bici para subir al Teide, tener una etapa de la Vuelta Ciclista de España o crear un canal de nado en aguas abiertas, aprovechando que tenemos una temperatura del agua del mar única en el mundo para practicar la natación”.

¿Y qué pasaría si cambiara la tendencia? Preguntamos. “Pues nos adaptamos. Normalmente sabemos con antelación hacia dónde se mueve el mercado porque realizamos una escucha activa de nuestros mercados emisores prácticamente diaria. Si mañana el crecimiento se generara en el segmento compras o salud, por ejemplo, activaríamos las palancas necesarias para generar atributos para esos perfiles de cliente, para a continuación atraerlo con nuestro producto, pero siempre será necesario que esta activación venga acompañada de una inversión pública en infraestructuras que se adapten a las necesidades de esos nichos.” Y concluye: “Porque el destino somos todos y es nuestro deber construirlo”.