A ningún empresario del sector turístico español –ni cliente que frecuenta los hoteles, no sólo de Canarias sino de todo el mundo– le es ajena una realidad que se va haciendo más patente a medida que crece la industria de las vacaciones: es difícil encontrar personal cualificado. Existe mucho formado y preparado pero no la cantidad suficiente para dar respuesta a una demanda cada vez más exigente de viajeros que llegan a los destinos turísticos, procedentes de nuevos orígenes y con nuevas necesidades. Hablar inglés ya no es suficiente, se requieren conocimientos de otros idiomas. Saber preparar un gin tonic tampoco basta, el cliente también quiere un Moscow mule perfecto y agradece que se terminen ciertos platos en sala. Y además se busca que todo opere siguiendo los estándares y singularidades propios de cada destino y establecimiento.

De estas necesidades surge Escuela Hostelera. Nacida de la mente de Raúl Fernández, experto en recursos humanos de la industria turística desde hace 24 años en Caribe y Europa; y de Matthew Bastin, especializado en formación de idiomas mediante e-learning, su razón de ser se centra en mejorar el nivel de servicio que ofrecen las empresas turísticas a sus clientes; sin olvidarse de todo lo que también aportan a los trabajadores en forma de oportunidades para crecer, aprendiendo o perfeccionando sus conocimientos para poder ascender en su departamento o acceder a nuevas áreas dentro de la industria. Fernández reconoce que este problema no es endémico de Canarias: “Es común en todo el mundo, pero eso no puede servir de justificación especialmente en una región como la nuestra en la que es la industria más importante”, y explica la anécdota que le hizo dar el paso adelante para poner en marcha Escuela Hostelera: “Una noche, en una cena en uno de los hoteles a los que asesoro, vino el presidente de la compañía y pensamos que sería buena idea que le atendieran los jóvenes que estaban en entrenamiento; cuando uno de ellos fue a servir el vino, le indicamos con gestos que pusiera su mano izquierda en la espalda, y lo que hizo fue apoyarla en la espalda del propio presidente mientras le servía el vino. Casi me da un infarto. En ese momento me di cuenta que no hay que dejar nada a la improvisación, que hay que explicar hasta lo más básico y que para ello era imprescindible montar una escuela que lo enseñara.”

Un vocabulario para cada tipo de profesional

Cada puesto es diferente y tiene su vocabulario específico, por eso el aprendizaje se centra en función del departamento, ofreciendo cursos específicos para cada área que permiten emplear los conocimientos desde el primer día, lo que supone una excelente motivación por la rápida aplicación práctica de lo aprendido. Los cursos se imparten en 4 idiomas -inglés, alemán, francés e italiano-, aunque ya se está trabajando para añadir holandés y español para extranjeros; en 3 niveles en función del puesto y dirigidos a 4 departamentos distintos: Restaurantes y bares, Cocina, Pisos y Servicio técnico, cubriendo así a más del 75% de la plantilla de cualquier hotel. Matthew Bastin, responsable del desarrollo de los cursos y tutor personal de los alumnos, afirma que hasta ahora, “las barreras en el aprendizaje han residido en la falta de una metodología eficaz”, pero también nos recuerda que para aprender hay que trabajar, “no se aprende un idioma por ósmosis por muy bueno que sea el método, el aprendizaje requiere dedicación.” Reconoce que como en todo hay gente con más talento que otra pero “los cursos están diseñados para que hasta el que más dificultades tiene con los idiomas pueda aplicar los conocimientos desde el primer día.”

Mejora de competencias

Además de la escuela de idiomas, Escuela Hostelera ofrece formación a la carta para mejorar aptitudes dentro de un puesto o para iniciarse en uno nuevo, pero también para impregnar al personal de la cultura del hotel o introducir nuevos valores corporativos a través de cursos, foros y contenidos audiovisuales, elaborados ad hoc para cada empresa y departamento. Conscientes de que cada empresa tiene sus singularidades, Escuela Hostelera apuesta por crear contenido a la carta y además permite personalizar la plataforma de formación con el logo y estética de cada cliente que contrata sus servicios.

Gran potencial de crecimiento

Aunque se ha puesto en marcha hace apenas unos meses, Escuela Hostelera ya cuenta con medio millar de alumnos en Canarias y Cataluña, no sólo formándose en idiomas sino también en otras materias específicas que buscan los clientes como Igualdad, Acoso, Gestión de Residuos, Bienvenida e Inducción. Desde la dirección de la empresa afirman que hay gran interés en otras regiones como Costa Rica, México y República Dominicana, y muy concretamente en Baleares, donde puede ser una gran oportunidad para formar trabajadores fijos discontinuos durante el periodo de inactividad que se da en otoño e invierno, para que vuelvan más y mejor capacitados en su próximo llamamiento.

“Lo novedoso de Escuela Hostelera es que, por primera vez, la formación se orienta a la enseñanza específica para cada categoría profesional, tanto de las competencias lingüísticas como profesionales requeridas en su puesto de trabajo, a través de cursos online con foros y chats para acelerar el aprendizaje y con el apoyo de una amplia videoteca de buenas prácticas operativas”, afirma Bastin. Y para concluir, Fernández aclara: “Nuestro método convierte una carencia del sector en una triple área de oportunidad: aumentar la satisfacción del cliente, la venta in house y la motivación del personal.”