Dos acontecimientos íntimamente ligados. Don Domingo ha sido el creador e impulsor de este colegio, que, a su vez, ha hecho que él haya desarrollado su vocación de "maestro", dedicándole esfuerzo, compromiso, normas de conducta y trabajo continuo para lograr la mejora educativa.

De familia de agricultores, nada presagiaba que él no siguiera ese camino, pero el deseo de sus padres, Hildebrando y María, de un mejor porvenir para sus hijos; el que sus profesores insistían en que tenía cualidades para el estudio; y que su padre consiguió trabajo en Tenerife, le determinaron otro futuro.

En Hermigua estudió en la Academia Mario Lhermet, siguió en Tenerife en el Tinerfeño Balear y la Carrera de Magisterio en La Laguna. Consiguió su título a los 19 años e inmediatamente comenzó a impartir clases. Como él suele decir, fundó su escuela con un alumno en una habitación de la casa de sus padres en el Barrio Chamberí.

Opositó al Magisterio Nacional y obtuvo plaza que ejerció pocos años pues su decisión fue dedicarse a la escuela que había fundado.

Construye un anexo en El Cardonal y en 1972 adquiere la que es la ubicación actual en la calle San Juan de la Cruz del Barrio Chamberí. Todo esto realizando trabajos de carpintero, albañil, fontanero, chófer del transporte escolar, y contando con el apoyo incondicional de su familia.

Y lo que se inició en una habitación se ha convertido en un colegio que acoge alumnos de 0 a 16 años, línea 2, Colegio "grande" no solo por el número sino por la comunidad escolar que lo conforma y por el legado cultural y valores que ha sabido transmitir enriqueciendo el nombre del

Barrio Chamberí.

Don Domingo, le manifestamos nuestro sincero agradecimiento por su labor docente durante tantos años y, aunque ya no ejerce, por las lecciones de vida que aún nos sigue impartiendo.

¡FELICIDADES, MAESTRO!