La apuesta de Aena para que su red de aeropuertos se encamine hacia un modelo de gestión aún más sostenible tiene en Canarias uno de sus focos más relevantes. En general, la premisa de que el transporte aéreo debe de ser compatible y respetuoso con el entorno en el que convive viene siendo una de las señas de identidad de la política que desarrolla Aena en Canarias, ya que únicamente impulsando un crecimiento sostenido y basado en soluciones innovadoras se podrán alcanzar mayores niveles de calidad y servicio a pasajeros y compañías aéreas, al tiempo que aumenta también el respeto al medioambiente.

Compatibilizar el incremento de pasajeros en los aeropuertos del Archipiélago en los últimos años con el cuidado del medio natural en el que se asientan es una tarea estratégica. En este sentido, Aena ha adquirido un compromiso por minimizar los impactos en el medio ambiente y atender las necesidades sociales del transporte, y para ello lleva a cabo numerosas iniciativas, como valor añadido al cumplimiento de la legislación.

Así, en todos los aeropuertos de las Islas se están llevando a cabo diversas medidas, tales como la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, la minimización del impacto acústico, actuaciones que permitan aumentar la eficiencia energética, el uso de energías renovables, reducir la producción de residuos y la conservación del patrimonio natural y cultural del entorno de sus aeropuertos.

Impacto acústico

Así, uno de los grandes retos a los que se enfrentan los aeropuertos, sobre todo aquellos ubicados cerca de áreas urbanas, es minimizar la contaminación acústica que genera el tráfico aéreo en el entorno. Una de las líneas de actuación prioritarias para Aena se centra en promover actuaciones encaminadas a disminuir el impacto que generan los niveles acústicos producidos por las aeronaves que operan en sus instalaciones, de manera que se pueda compatibilizar la operación de los aeropuertos y el bienestar de los vecinos del entorno. Para ello, pone en marcha medidas que tienen como objetivo preservar la calidad de vida de las poblaciones cercanas a los aeropuertos en un marco de transparencia con las administraciones, instituciones y comunidades. Entre las actuaciones más destacables está el sistema de monitorizado de ruido, que permite en diversos aeropuertos de la red detectar, medir y asociar el ruido producido por las aeronaves, gracias a micrófonos instalados en zonas estratégicas. Gracias al mismo se han creado los Mapas Interactivos de ruido o WebTrak (disponible para varios aeropuertos de la red como Gran Canaria, Tenerife Norte y Tenerife Sur, y visible a todo el público a través de la web de Aena que facilita información fiable y transparente de las operaciones aeronáuticas y sus niveles acústicos, al tiempo que permite conocer la trayectoria de los aviones que despegan o aterrizan en los aeropuertos), la elaboración de las Servidumbres Acústicas, los Mapas Estratégicos de Ruido (herramienta diseñada para evaluar la exposición al ruido de una zona determinada, que se renueva cada 5 años) y los Planes de Aislamiento Acústico como los de Tenerife Norte, Gran Canaria y La Palma.

Cambio climático

Adicionalmente es destacable el reto adquirido por Aena de lucha contra el cambio climático, para lo que se ha elaborado una estrategia propia con el objetivo principal de alcanzar una progresiva disminución de las emisiones de CO2 derivadas de la actividad de los aeropuertos. Este reto se está implantando a través de las varias líneas de trabajo, como la eficiencia energética, el uso de energías renovables, la reducción de emisiones por combustible y el descenso de emisiones de terceros.

Es destacable el Plan Fotovoltaico de Aena, iniciativa lanzada recientemente, que permitirá a sus aeropuertos alcanzar el 70% del autoabastecimiento energético a partir de energía solar, lo que supondría evitar la emisión de 167.000 toneladas de CO2 a la atmosfera. Este Plan, que situará a Aena como compañía líder entre los aeropuertos europeos por producción de energía renovable en autoconsumo (650 GWh), complementado con la compra de energía de origen renovable, permitirá alcanzar el objetivo estratégico de reducir el 40 % de las emisiones de CO2/ATU en 2025. En Canarias, el Aeropuerto de La Palma es un claro ejemplo de esta apuesta, ya que cuenta con una central eléctrica que se nutre fundamentalmente de energía eólica para abastecer las instalaciones aeroportuarias, paneles fotovoltaicos en su cubierta y un plan de aislamiento térmico. Es de reseñar que el aeropuerto palmero se convirtió en el primer complejo aeroportuario del país en abastecerse de energía eólica a través de sus dos aerogeneradores.

Junto a estas medidas y en el ámbito de la gestión de las emisiones de CO2, destaca el Programa Airport Carbon Accreditation, de ACI (Airports Council International), en el que participan varios aeropuertos de la red de Aena, entre los que está el Aeropuerto César Manrique-Lanzarote, calculando y reportando su huella de carbono. Este programa constituye actualmente la única certificación específica de aeropuertos en esta materia y está basado en la metodología del Greenhouse Gas Protocol (GHG Protocol). El caso del Aeropuerto César Manrique-Lanzarote es significativo porque ha llevado a cabo la implantación de un Sistema de Gestión Medioambiental que se ha traducido en mejoras medioambientales para la isla y sus habitantes. De esta manera, el aeropuerto, entre otras medidas, ha logrado minimizar los impactos ambientales derivados de la actividad aeroportuaria, disminuir el consumo eléctrico de sus instalaciones, implantar un sistema de tratamiento y reutilización de aguas residuales, autogestionar sus residuos e implantar un programa educativo de concienciación a través de su Aula Ambiental.

Aguas y residuos

Más allá de estos proyectos que Aena está impulsando en toda la red y de los que se benefician los aeropuertos canarios, existen multitud de acciones encaminadas a que en el día a día la gestión de los aeropuertos sea cada vez más sostenible. El Aeropuerto de Gran Canaria cuenta con un moderno sistema de canalización en el campo de prácticas que permite la recogida de aguas residuales generadas en las prácticas que realiza el Servicio de Salvamento y de Extinción de Incendios. Igualmente, se ha reducido el consumo de recursos hídricos mediante la reutilización de las aguas depuradas en el riego de jardines y se emplean luminarias de bajo consumo en el sistema de iluminación de la plataforma de estacionamiento de aviones. Por otro lado, se han plantado 2000 palmeras, que completan un palmeral de 3500 ejemplares en el recinto aeroportuario. También se ha aumentado el número de plantas que configuran la barrera natural de pinos marinos (casuarinas), que contribuye a frenar el avance de las dunas -tanto en la zona norte como en la zona sur- a la vez que actúa de franja antirruido para las poblaciones limítrofes.

El agua, en una isla con precipitaciones escasas como Fuerteventura, es un elemento muy preciado. Por ello el Aeropuerto cuenta con una planta potabilizadora de agua de mar, con desalinización por ósmosis inversa y con una capacidad de producción de doscientos metros cúbicos al día, lo que permite cubrir las necesidades del recinto aeroportuario. Además, dispone de una depuradora a la que llega el cien por ciento de las aguas residuales generadas. Toda el agua depurada se almacena y aprovecha para su posterior utilización en el riego de las zonas ajardinadas de la urbanización. Gracias a este almacenamiento se han podido ajardinar más de cien mil metros cuadrados, creando una extensa zona verde en la que se han cultivado muchas especies autóctonas de la flora canaria y majorera.

En el resto de los aeropuertos de las Islas también se implantan medidas acordes a sus dimensiones y tráfico de pasajeros, ya que todos poseen sistemas de gestión medioambiental. En el Aeropuerto de La Gomera destaca la creación de un punto limpio para la clasificación y almacenamiento de residuos peligrosos y la construcción de una plataforma para las prácticas del Servicio de Salvamento y Extinción de Incendios con un sistema de separación de hidrocarburos y espumas, con un depósito de homogeneización y bombeo del agua recolectada para su reutilización. Además, ejerce un control del empleo de recursos naturales con la reducción del consumo de agua potable, de combustible de vehículos y grupos electrógenos, así como de emisiones atmosféricas.

Pero más allá de las medidas, acciones y proyectos que Aena pone en marcha en cada uno de sus aeropuertos, la gestión de los mismos en las Islas plantea un continuo diálogo con su entorno con el objetivo de integrarse en él, no solo desde el punto de vista ambiental o estructural, sino también social, contribuyendo al logro de objetivos comunes. Es el caso del cuidado medioambiental combinado con una gestión eficaz para atender a millones de pasajeros que permiten el avance del Archipiélago por medio del turismo, las interacciones comerciales o las relaciones sociales. En definitiva, tratar de ser sostenibles en un marco de progreso y modernización del sector aeroportuario.