Ciudadanos denuncia la compra del voto de sus dos concejales en el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife. Una operación de la que responsabiliza a su secretario de organización en Canarias, Juan Amigó, un empresario con intereses inmobiliarios en la capital, que habría ofrecido el respaldo de sus dos concejales a Patricia Hernández, la nueva alcaldesa del PSOE, a cambio de plenas competencias en Urbanismo.

Amigó dimitió ayer como número dos del partido justo tras concluir el pleno en el que los dos ediles de Cs, Matilde Zambudio y Juan Ramón Lazcano, votaran a Patricia Hernández en contra de las órdenes recibidas desde la dirección nacional y regional de Ciudadanos.

"Es la primera vez en la historia de la democracia en Canarias que ocurre algo así", se quejó ayer Vidina Espino, responsable de Comunicación de Ciudadanos en Canarias y una de las dos diputadas del partido en el Parlamento regional. "Estamos muy sorprendidos con lo que ha pasado. Lo que ha ocurrido es un tamayazo. El secretario de organización se ha dado de baja tras consumar esta operación y es el que ha estado detrás para que hubiese una Alcaldía para el PSOE a cambio de unas concejalías para unos ediles que el puso en la lista".

El término tamayazo surgió a raíz de lo ocurrido en Madrid tras las elecciones autonómicas del 25 de mayo de 2003, por el transfuguismo de dos parlamentarios del PSOE, Eduardo Tamayo y María Teresa Sáez, que con su cambio de voto permitieron la entrada de Esperanza Aguirre y el Partido Popular, ganador sin mayoría absoluta de las elecciones, en la Asamblea de Madrid.

Ayer, durante la constitución del Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife, la socialista Patricia Hernández fue proclamada alcaldesa de la capital. Lo logró, a pesar de que el nacionalista José Manuel Bermúdez hubiese ganado las pasadas elecciones, gracias a los votos de los tres ediles de Podemos-Izquierda Unida Canaria-Equo y de los dos concejales de Ciudadanos, quienes, según indicó la portavoz regional de este partido, habían recibido la orden desde el comité de pactos autonómicos de Ciudadanos y de la dirección nacional de Cs de votarse a sí mismos. Sin embargo, al final, Zambudio y Lazcano decidieron apoyar a Patricia Hernández.

"Los vecinos de Santa Cruz se merecen una explicación de lo que ha sucedido en su ciudad". "Nosotros -añadió Vidina Espino- somos los primeros sorprendidos y debemos denunciarlo". "Los concejales Matilde Zambudio y Juan Ramón Lazcano de La Concha nos han engañado en nuestra propia cara. Han desobedecido, a cambio de conseguir cargos públicos y unas determinadas concejalías, como Urbanismo".

Los concejales, según la dirección del partido, se habían comprometido a acatar la directriz del partido de no apoyar junto a Podemos a la nueva alcaldesa Patricia Hernández.

El secretario de organización de Cs, Juan Amigó, quien ha estado detrás de todo este movimiento, porque quería que Patricia Hernández fuese sí o sí alcaldesa, se ha dado de baja del partido después de consumar esta operación, tras conseguir lo que perseguía. Amigó eligió a estas dos personas para la lista y va a tener que responder ante lo ocurrido ", lamenta.

La portavoz regional de Ciudadanos aseguró que a los dos ediles de Santa Cruz se les advirtió desde el partido en numerosas ocasiones, "y también horas antes de que se produjera la constitución del Ayuntamiento de Santa Cruz", que en ningún caso debían llegar a un acuerdo con Podemos-IUC-Equo para dar la alcaldía a la candidata socialista. "Se les indicó que si no se conseguía un acuerdo con el Partido Popular, que era en lo que se estaba trabajando, entonces tenían que votarse a sí mismos y, además, enseñar el voto. Ni el comité de pactos ni la dirección nacional dio el visto bueno a ningún tipo de pacto, por lo que no podían apoyar la candidatura de Hernández. Zambudio y Lazcano se comprometieron a cumplir con lo establecido, es decir, a votarse a sí mismo, y señalaron que su intención era quedarse en la oposición, pues no han cumplido ni una cosa ni la otra. Está claro que todo esto ha ocurrido porque el objetivo era conseguir un sillón y áreas importantes, siguiendo la campaña orquestada por una persona que tiene intereses en el municipio. Nuestra responsabilidad era contarlo todo".