Un chico del barrio de La Vera, de familia humilde, hijo de Luci y de El Chileno; nieto de Berta, de Jesús y de Carmen la del muelle. Marco, Marco Sinese, Marco González Mesa, el mismo que nunca soñó en que el día de ayer pudiera hacerse realidad y que se viera sentado en el salón de plenos hablando a sus vecinos como alcalde del Puerto de la Cruz. Con esta emotiva reflexión cerró ayer Marco González su primer discurso como alcalde, el regreso de un socialista a la Alcaldía portuense casi diez años después de la moción de censura a Lola Padrón, presente y feliz ayer, como el exalcalde Salvador García, la diputada Tamara Raya o Aarón Afonso.

González también se comprometió ayer a "gobernar para todos" y "a sentar junto a los vecinos las bases del progreso de esta ciudad; a lograr una sociedad más justa e igualitaria; a promover un desarrollo económico que permita hacer crecer las políticas sociales, con una política fiscal mucho más justa; a generar la confianza para hacer del Puerto una ciudad atractiva para la inversión; a trabajar con respeto y honestidad por la igualdad, la creatividad, el emprendimiento, la participación, la mejora de los servicios, la atención a la diversidad y por hacer del Puerto una ciudad más sostenible, acogedora, inclusiva y llena de vida".

El salón de plenos portuense fue el de las grandes ocasiones: el abarrotado de vecinos, el ruidoso, el de los cánticos, los vítores y los abucheos. Se escuchó el "¡sí se puede!" de la nueva izquierda y el ya clásico local "¡ista, ista, el Puerto es socialista!".

Los ediles de PSOE y ACP fueron fieles a su "pacto de cogobierno con la ciudadanía" y eligieron alcalde a Marco González, con la inesperada abstención de los dos concejales de CC. Quizás un guiño de futuro. Lope Afonso (PP) y su grupo mantuvieron una actitud caballerosa, felicitaron al nuevo gobierno y no eludieron las imágenes del relevo. Un ejemplo de fair play en una ciudad que vive la política casi como el fútbol.