La noche electoral dejó en Santa Cruz dos alegrías, una en el local de Coalición Canaria (CC), que ganó las elecciones con más votos y un concejal más que en 2015 -diez-, y otra en la sede del PSOE, que, a pesar de ser segunda fuerza, logró apoyos suficientes para poder desbancar a CC del poder con el respaldo de otras fuerzas políticas.

Con el paso de los días, sin embargo, esa alegría se ha ido tornando en preocupación en una y otra formación, ante las distintas posibilidades abiertas de formar un nuevo grupo de gobierno.

Con un acuerdo CC-PSOE descartado, al menos hasta ahora, por la propia candidata socialista, Patricia Hernández, a Coalición Canaria le da la suma por el centroderecha con el Partido Popular y Ciudadanos, que obtuvieron tres y dos concejales, respectivamente, la noche del domingo. En total sumarían 15 ediles.

La fórmula citada parece la más coherente desde el punto de vista ideológico. Además, a ello se añade la buena relación que ha existido con Ciudadanos durante el mandato que está a punto de concluir. De hecho, un concejal de la formación naranja, el portavoz, Enrique Rosales, fue designado como presidente de la Comisión de Sugerencias y Reclamaciones (CESR), dentro de la cuota de poder que el grupo de gobierno concede a un partido de la oposición.

No obstante, los números también ofrecen la posibilidad de que Ciudadanos se sume a un pacto por la izquierda, haciendo alcaldesa a la socialista Patricia Hernández. Su candidata a la Alcaldía electa, Matilde Zambudio, ha recalcado desde la noche del domingo que su formación, llave en un futuro grupo gobernante, trabajará pensando en el bienestar de los ciudadanos y no en un reparto de sillones.

Según diversas fuentes consultadas ayer, Ciudadanos ha recibido ya los primeros ofrecimientos por parte de otros partidos para formar un nuevo gobierno en la capital tinerfeña, aunque las negociaciones se están llevando con bastante discreción.

Claro que la suma por la izquierda implicaría para la formación naranja abrir la posibilidad de que Unidas Podemos se incorpore al gobierno de Santa Cruz, una "línea roja" que el partido sí ha marcado en otros puntos del Estado.

La noche del domingo, Ramón Trujillo, candidato electo de Unidas Podemos, ya dejó entrever que, aunque tendrían que consultarlo con las bases, no descartaba que pudieran apoyar un gobierno de PSOE y Ciudadanos. "Creo que nuestros respectivos electorados lo podrían entender", aseguró.

El concejal electo pidió en ese momento "coherencia" a la formación naranja, aunque también "sospechó" que finalmente el partido de Albert Rivera acabaría eligiendo la fórmula más cercana a sus postulados ideológicos: CC y PP.

PSOE y PP

Al margen de los pactos más o menos lógicos, las tres jornadas transcurridas desde el pasado domingo han puesto en evidencia también la posibilidad de que se pudiera producir un acuerdo entre PSOE y PP.

Aunque parece más una estrategia para presionar al adversario que de una posibilidad real, lo cierto es que se ha dejado entrever que esta fórmula podría ser válida también para desplazar a CC del poder. A ella, claro está, se tendría que sumar otra formación.

Lo que es una evidencia es que salga lo que salga durante los próximos días de las negociaciones que se han puesto en marcha, el nuevo grupo de gobierno de Santa Cruz deberá estar formado por tres partidos -si se quiere llegar a la mayoría-, una fórmula que nunca se ha producido, al menos durante las últimas décadas, en el consistorio, donde se han alternado mayorías absolutas con gobiernos CC-PP y CC-PSOE.

El PP, el tercero, o no, en discordia

Los populares habían contenido su malestar por los resultados cosechados el pasado 26 de abril, pero ayer su candidato electo, Guillermo Díaz Guerra, reconoció que el acuerdo CC-PP que han mantenido durante los últimos cuatro años no había sido bueno para los populares. Fuentes populares habían subrayado la noche electoral, y el lunes, que su acción de gobierno se había confundido con la de CC. En definitiva, que no habían sabido marcar su territorio. Los populares son conscientes de que con cuatro ediles podían hacerse fuertes en cualquier negociación para conformar un nuevo gobierno municipal, pero la caída en votos y en concejales -se quedaron con tres y tenían seis- los ha colocado en una posición poco ventajosa, pues no suma solo con ninguna de las dos formaciones que obtuvieron mayor respaldo, CC y PSOE. Ahora tocará negociar, pero, a diferencia de otras ocasiones, el PP puede que no sea tan necesario.