Arico cerrará en breve uno de sus episodios políticos más tétricos de su historia moderna. El mandato 2015-2019 ha estado marcado por polémicas, acciones judiciales, una oposición mayoritaria incapaz de ponerse de acuerdo para presentar una moción de censura, un tripartito inicial (CC-CCN-PP) que terminó siendo un binomio (CC-PP), una alcaldesa cuestionada permanentemente y un gobierno en minoría durante gran parte del periodo. Ya la elección de Elena Fumero (CC) como alcaldesa fue una sorpresa vaticinada. Se suponía que CC votaría a la candidata socialista, como estaba pactado entre ambos partidos, pero que CCN y PP la votaran como regidora obligaba a corresponder. Y así el mandato se desarrolló hasta casi sin aprobar un presupuesto.

Esta vez en la urna municipal (sí en la lista regional por Tenerife) no estará Elena Fumero. CC optó por rescatar a Juan José Armas, un histórico del nacionalismo local que fue mano derecha y hombre de plena confianza de Eladio Morales, alcalde desde 1987 a 2011. Hasta que se acabó el entendimiento y Armas buscó horizontes con el CCN y lo encontró en la Alcaldía (de 2012 a 2015), tras censurar a su socia, Olivia Delgado.

Fue la más votada en esa su primera incursión en la política municipal y también en 2015, pero solo gobernó de 2011 a 2012. Olivia Delgado compaginó este mandato con el Senado, donde vuelve a tener su sillón. El doblete es un asunto que se le cuestionó y cuestiona en Arico y en el PSOE, pero ella asegura que puede. Los socialistas tienen claro que "ahora o nunca" después de la gestión singular del CC y PP. La candidata no cedió a las presiones de aquellos con quienes se supone que negoció una moción de censura que nunca llegó. Ella era el obstáculo. El PSOE, que ella es el valor, y, por tanto, esperan que a la tercera llegue la mayoría absoluta.

Lo contrario que desea Sebastián Martín, hoy líder de Primero Arico y concejal, hasta hace meses, de Sí se Puede. La armó desde el principio del mandato con denuncias ante la Fiscalía reclamando la compensación por el vertedero insular y no cesó de perseguir la falta de presupuesto, el cobro de salarios por los gobernantes cuando se los habían reducido, el exceso en parques eólicos y plantas fotovoltaicas...

Mientras, el PP (tercera o segunda pata del gobierno local) se dedicaba a lo suyo: a gestionar y a ordenar las áreas. La economía estaba en sus manos, y aunque los indicadores reflejaban aspectos muy positivos, el resultado final ha estado marcado por la polémica en subvenciones, ayudas y falta de un presupuesto. Andrés Martínez lo intentó.

La incertidumbre prima cara al 26M. Los votos que consigan Manuel Marrero (Ciudadanos) y Cándido González (ANC-AC) pueden ser determinantes.