Su rostro desprende serenidad. Una parte de esa tranquilidad está vinculada con los buenos resultados electorales que Coalición Canaria se aseguró hace poco más de una semana. La otra, la que más tiene que ver con su persona, lo coloca al frente de la estrategia que los nacionalistas quieren consolidar en San Cristóbal de La Laguna. "CC es el único partido que tiene un proyecto real, el resto solo ofrece promesas y confrontación", apunta en distintas fases de la entrevista José Alberto Díaz (1964), quien asegura que la estabilidad que necesita Aguere para los próximos años solo es posible con una mayor representatividad en el pleno: "Yo no sé dar la espalda a un problema... Cuento con el equipo humano que acometerá la transformación a la modernidad que piden los laguneros", avanza un hombre de leyes que está dispuesto a repetir una aventura que durante este mandato tuvo la apariencia de un campo de minas. "No es sencillo gestionar cuando un sector solo piensa en destruir, pero no voy a perder ni un solo segundo en responder a ataques interesados", concluye antes de adentrarse en un diálogo en el que surgen reflexiones asociadas a la gestión, el futuro de Las Chumberas, el más que esperado mercado de Aguere, las relaciones con la ULL, las cosas que están por venir y, por supuesto, la resaca del 28A.

Tener dos diputados en Madrid es puro oxígeno, ¿no?

Coalición Canaria no solo son unas siglas, tampoco es un eslogan o un producto de la crispación... Los ciudadanos supieron valorar el 28 de abril la importancia de tener voz en el Congreso de los Diputados. CC es mucho más que un sentimiento... Tenemos un proyecto para Canarias que lo vamos a defender hasta las últimas consecuencias en Madrid, pero también tenemos uno para Tenerife, para La Laguna y para cada una de las instituciones a las que optamos con un candidato.

Sí... Todo eso está muy bien, pero ¿esos resultados han servido para afrontar con mayor serenidad la cita del 26M?

Son unos resultados que no se pueden extrapolar al ámbito local, pero que indican que la opción de Ana Oramas ha sido valorada por los electores y que en el caso de La Laguna demuestran que las cosas se están haciendo bien. CC creció un 55% en relación a las últimas elecciones generales y eso tiene otra lectura: los laguneros están cansados de insultos, del ruido, de bullo... La gente quiere identificarse con un proyecto que aporte serenidad y, sobre todo, seriedad.

¿Cómo valora su gestión?

Estoy satisfecho del trabajo realizado durante estos cuatro años. No nos hemos embarcado en proyectos grandilocuentes, pero aquí no hemos improvisado con invenciones o políticas aisladas. Todo está con base en un proyecto claro y definido en el que la vivienda, las políticas sociales, el empleo, los mayores, el deporte son nuestras prioridades. Todas esas acciones y otras muchas están conectadas entre sí con la visión del municipio moderno que queremos construir en los próximos cuatro años. Hay que elegir al partido que tiene un plan para La Laguna, que es capaz de generar un sentimiento de estabilidad, que ha trabajado de forma constante y sin hacer demasiado ruido los últimos cuatro años. CC es el único partido que tiene un proyecto real, el resto solo ofrecen promesas y confrontación.

¿Ese trabajo en silencio choca con el ruido que se traslada a la ciudadanía?

El ruido interesado de la oposición no tiene ninguna trascendencia a la hora de gestionar los recursos municipales. En mi proyecto de La Laguna caben todos; yo no voy a hacer distinciones con base en unas siglas políticas. La diversidad, la integración y el respeto forman parte de la esencia del lagunero. A partir de esa buena convivencia he procurado atender todos los derechos y las necesidades de los ciudadanos con independencia del lugar en el que vivan. No es sencillo gestionar cuando un sector solo piensa en destruir, pero no voy a perder ni un solo segundo en responder a ataques interesados.

¿Cree que La Laguna de 2019 está mejor cohesionada que hace cuatro años?

Sí, sí que lo está... Hemos trabajado intensamente y con transparencia para tener esa situación de igualdad, pero necesito otro periodo de confianza que reafirme y consolide ese hecho. El parque de Las Mantecas es el mejor ejemplo que le puedo ofrecer a la hora de trasladar ese espíritu de convivencia fuera del casco histórico. Esa es una realidad que vamos a trasladar al resto del municipio, pero también hemos sido pioneros a la hora de introducir la cultura en los barrios o planificar políticas inclusivas en materia social. La pregunta que se tienen que hacer los laguneros está clara: ¿quién es capaz de colocar los intereses de La Laguna por delante de sus ambiciones personales; quién tiene el proyecto y el equipo para proseguir en la línea de avance que necesita este municipio?

¿Qué razones ofrece para repetir al frente de esta alcaldía?

Creo que estoy en disposición de dar a La Laguna lo que se merece. ¿Qué pido? Una mayor capacidad de representación, estabilidad y que el ruido se diluya... Pido disculpas por los errores cometidos, pero esos fallos los cometí trabajando por el municipio... Cuando te toca hacer cosas te puedes equivocar, pero si no haces nada lo normal es que no falles nunca... Mi objetivo es convertir La Laguna en un municipio de referencia en políticas sociales. No soy alcalde de lunes a viernes, ni de ocho a dos: mi dedicación es absoluta.

¿Admite que quedan asuntos por resolver; que hay problemas que se quedan sobre la mesa?

Siempre queda algo por hacer... Pero durante cuatro años he estado en primera línea tratando de resolver problemas sin que se me cayeran los anillos. No sé si esto es deformación profesional, pero nunca he rehusado en meterme en un charco. No he dejado de afrontar un conflicto por no querer acercarme al ciudadano que estaba en dificultades. Hay que estar con la gente en las cosas buenas y en las malas. CC ha sido el partido que ha transformado La Laguna y estamos preparados para dar otro salto significativo en los próximos cuatro años. Si con siete concejales hemos sido capaz de gestionar con solvencia, con más apoyos podremos dar una estabilidad que hace visible con la eliminación de la deuda municipal con cuatro años de antelación. Hemos conseguido que Europa nos tenga en cuenta a la hora de diseñar un proyecto que va a transformar los núcleos de Taco y La Cuesta. Algo habremos hecho bien a lo largo de este tiempo, ¿no? Tenemos en previstas nuevas actuaciones en la costa que afectarán al Arenal, La Barranquera y una actuación conjunta con el Cabildo en la autovía.

¿Cuáles son sus logros más destacados en materia social?

Tenemos aprobada una ley de servicios sociales por unanimidad, el programa Mujeres a la Playa ha sido una referente y las medidas que se están aplicando para el control del absentismo escolar son de las más efectivas del Archipiélago. En estos cuatro años no nos hemos quedado quietos y, aunque algunos se puedan sentir molestos por cómo no hemos dejado de hacer cosas, los laguneros se deben sentir orgullosos por residir en un municipio que está a la cabeza en medidas pensadas para atender a las personas sin recursos y a las que viven en soledad. Somos el único ayuntamiento de Canarias con una política de arreglo de viviendas y el que más guarderías municipales tiene abiertas en estos momentos, pero eso no significa que nos conformemos con lo que tenemos: hay que crear otro centro especializado en la zona de Tejina-La Punta.

¿Y en el apartado de seguridad?

Aunque las ratios de seguridad están por debajo de la media, hay que introducir cambios. No creo que los ciudadanos de La Laguna se sientan inseguros, pero tenemos una plantilla con funcionarios que ya están en una edad próxima a la jubilación y, por lo tanto, hay que afrontar un proceso de renovación que también afectará a los medios y a los dispositivos que se organizan en las zonas de parques y en las cercanías de los colegios. Esa transformación está conectada con una modernización administrativa que ya está generando unos resultados positivos en Urbanismo. Para que esa situación se convierta en una realidad hay que colocar a personas cualificadas al frente de áreas que son decisivas para el buen funcionamiento municipal.

¿Los vecinos siguen esperando una solución para Las Chumberas?

El gobierno socialista saliente se comprometió a sacar adelante un decreto que ha incumplido. Espero que si consiguen formar gobierno no nos vuelvan a fallar. Ese acuerdo hace falta, pero no solo para la primera fase, sino en la fase dos, tres y cuatro. Las Chumberas no va a caer en el olvido porque me voy a volcar, con la misma decisión con la que actuó en los asuntos que creo que son justos para los laguneros, para evitar más incumplimientos. Si España nos deja tirados el convenio saldrá, sí o sí, a nivel local. Ese es un compromiso que ya he tratado con Fernando Clavijo y Carlos Alonso para que esa problemática se refleje a través de un decreto de ley de la Comunidad Autónoma.

¿Cabe esperar alguna novedad en torno al proyecto del nuevo mercado?

Hemos tenido que realizar una modificación presupuestaria y es cierto que el inicio de una obra de este calado es muy dificultosa por los tiempos de licitación, pero ya hay aprobadas unas partidas para acometer la primera fase del proyecto. Espero que ese proceso se inicie a lo largo de este año y que crezca de forma gradual con la canalización del barranco, la creación de 400 plazas de aparcamientos subterráneas y la edificación de la plaza y el mercado.

¿Eliminar la deuda municipal no le libró de las críticas de la oposición?

Hemos sido racionales en el capítulo de gastos hasta hacerla desaparecer, pero aun así nos critican. Los impuestos no se han tocado, sino que buscamos otras fórmulas alternativas para sanear las cuentas sin renunciar a inversiones en apartados como los asuntos sociales, la educación o el empleo. En un ciclo que estuvo marcado por la incertidumbre económica no era el mejor momento para endeudarnos... Ahora, en cambio, tenemos la posibilidad de hacer inversiones algo más costosas, con el respaldo que nos dan otras administraciones, sin poner en riesgo las cuentas locales. El Mercado, por ejemplo, es una deuda histórica que tenemos con los laguneros que vamos a saldar.

Este mes hay que renovar tanto el consejo rector de la Universidad de La Laguna como el gobierno municipal. ¿Cuál es su valoración sobre la relación entre estas dos instituciones?

Hemos recibido su medalla de oro, creamos juntos el Campus América y colaboramos con el Campus África. El nivel de entendimiento que hay entre este ayuntamiento y la universidad es exquisito... Creo, sinceramente, que estamos viviendo un periodo de estrecha colaboración. La Laguna es el mejor alumno de la universidad, pero, a su vez, esa institución académica debe ser nuestro mejor ciudadano. Nos necesitamos y sabemos qué papel tenemos que jugar en la sociedad que estamos conformando. La Laguna y la ULL no pueden caer en una situación de enemistad. Esta pregunta la debería responder el rector, el señor Antonio Martinón, pero no existen motivos que lleven a pensar que hay una mala sintonía.

¿Qué le ha aportado estos cuatro años de alcalde?

Soy mucho más moderado y tolerante que hace cuatro años. Ya entonces era un hombre que apostaba por el consenso, pero además he aprendido a escuchar: a oír las críticas más duras que me hacían llegar los ciudadanos para intentar arreglar el problema. Sigo aprendiendo a ser alcalde, pero eso no significa que me calle cuando las cosas salen bien.