La participación en el porcentaje de residentes en las Islas que acudieron a votar el pasado 28 de abril se recuperó en las dos provincias canarias en tres puntos respecto a junio de 2016, siempre con Las Palmas de Gran Canaria cumpliendo su tradición de ir más a las urnas que Santa Cruz de Tenerife. Se puso fin así, al igual que en el conjunto del Estado, a una regresión creciente, agudizada desde 2011, cuando en la provincia occidental se bajó del 60% y, en la oriental, se alcanzó el 60,49%. Mañana, y si se cumplen los augurios de que la repetición electoral ha multiplicado el malestar, la frustración y la indiferencia, puede volverse a esa senda creciente en el número de abstencionistas y darse sorpresas en el recuento tanto en las islas como en el resto del país.

De 1977 a junio de 2016, la región canaria había participado en 7 puntos menos de media que el resto del Estado en las trece elecciones generales que se habían celebrado. Frente al 72,62% que sale de la suma en todas las comunidades desde la recuperación de la democracia, la media en las Islas se reducía a un 65,46%, sin que nunca se hayan dado explicaciones muy convincentes sobre ese desfase desde la política o sociología, ya que se alude al buen tiempo y la playa, pero ha habido comicios en diciembre y varios en marzo.

La tendencia estatal también fue descendiendo en las últimas consultas, en especial desde que comienza este cuatrienio de inestabilidad y repetición electoral. Sin embargo, el 28A, quizás por la llamada a la movilización de la izquierda ante el miedo a Vox (lo que se ha reiterado en los últimos días), se vivió un repunte desde el 66,48 al 71,76 estatal. En el Archipiélago, esa recuperación hizo que se subiera del 59,11 al 62,46.

No obstante, los partidos afrontan este 10N de mañana con muchas dudas y temores sobre la participación, aunque los de derecha confían en que haya más frustración en los votantes de izquierda y esto les beneficie por una mayor abstención en esa franja que les haga poder sumar, tal y como pasó en Andalucía en diciembre de 2018.

Hasta ahora, la mayor participación en Canarias se produjo en 1982, pese a que aquel 28 de octubre de la victoria más contundente, que le dio al PSOE de Felipe González 202 diputados, tuvo lugar en un jueves laborable. La media regional de esa jornada histórica fue del 76%, con un 75,15 en la provincia occidental y un 76,81 en la de Las Palmas.

Solo en los primeros comicios, los constituyentes de 1977, tras las cuatro oscuras décadas de la dictadura, los residentes en las Islas superaron el 70% de participación. En aquel 15 de junio se alcanzó un 73,08%, con un aplastante 79,24 en la provincia oriental y un bajo 67,43% de la tinerfeña. Se marcaba así, desde el principio, el diferencial que siempre ha dividido a las dos provincias en favor de la de Las Palmas, donde parece que se da una más profunda concienciación democrática, al menos a la hora de ejercer el derecho a voto.

En marzo de 1979, el diferencial con el resto del país subió d forma considerable, ya que hubo una participación global del 68,04% frente al 61,14% en el Archipiélago. Eso sí, fue mucho más grave respecto a Santa Cruz de Tenerife, donde apenas se alcanzó un 52,85%, con una UCD triunfante.

Desde 1986, los residentes canarios bajaron del 70% y no han vuelto a alcanzar ese porcentaje. Aunque hubo participaciones similares en 1986, 1993 y 1996, en torno al 68 y 69%, la tendencia fue a la baja y se confirma desde 2011, cuando ya se bordea el 60%, con Santa cruz de Tenerife por debajo.

En junio de 1986, la media estatal llega al 70,49%, bajando al 68,28 en Canarias y a un 65,57 en la provincia tinerfeña. Tres años después, y tras la huelga general de diciembre de 1988, el PSOE reedita victoria (le faltó un escaño para otra mayoría absoluta) con un 69,74 en el conjunto del Estado y un 62,15 en Canarias, la cifra más baja de los 80. En este caso, en Santa Cruz de Tenerife votó el 60,66%.

Esos bajos porcentajes subieron en 1993 por la incertidumbre del resultado y la movilización de la izquierda ante el posible triunfo del PP. En el país votó el 76,44%, en el Archipiélago se alcanzó un 68,93, en Las palmas acudió a las urnas el 70,93 y en la provincia tinerfeña, el 66,83.

Parecida e incluso superior fue la reacción en marzo de 1996, con un 77,38% en el Estado, un 69,14 en Canarias, un 71,23 en Las Palmas y un 66,98 en esta provincia.

En contraste, en el año 2000, con la primera mayoría absoluta del PP, el porcentaje bajó al 68,71 en el país, con un 60,67 en las Islas y un 59,7 en Santa Cruz de Tenerife. En pleno impacto por el 11M y su gestión, se retoma un pico bastante alto en todo el Estado, con un 75,66, que baja al 66,7 en la región canaria y al 65,67 en la provincia occidental. En 2008, y pese a los esfuerzos de Zapatero por incrementar más la participación, se baja al 73,85% nacional, al 65,87% en Canarias y al 64,93 en las 4 islas occidentales.

En 2011, vuelve el 68,94% en el país, porcentaje que se teme que retome este 10 (perdiéndose 3 puntos estatales). Por su parte, hubo un elocuente 59,6% isleño y un 58,71 en Santa Cruz de Tenerife. Se mejora en 2015, con un 69,67% estatal, un 60,33% en la Comunidad y un 58,2 en esta provincia, pero se baja en 2016 al 66,48, con un 59,11% en las Islas, un 59,6 en Las Palmas y un 57,83 en Santa Cruz.

Mañana, y si se cumplen los malos presagios, Canarias puede volver a la senda regresiva.

Menos participación al elegir a los senadores

Salvando los extraños datos de 1977, cuando el Ministerio del Interior indica un 10,28% estatal de participación global a la Cámara Alta y un ridículo 1,26 en las Islas, los españoles y canarios votan menos al Senado. La media en España se situaba hasta el 28 de abril en el 63,91, mientras que, en el Archipiélago, bajaba al 57,64%, un 6,27% menos. En la última consulta, la estatal subió al 71,32, mientras que la de Canarias fue del 62,33. En 1979, los porcentajes fueron del 67,43 y 60,81. En 1982, también hay datos muy bajos por los registros de Interior, pero la estadística se normaliza desde 1986, cuando se da una media del país del 70,32%, si bien en Canarias fue del 69,05%. En 1989, se llegó a un 69,87 y un 62,05; en 1993 se subió al 76,77% y al 70,15 y, en 1996, al 77,33% y 69,32. Cuatro años después, se dio un 68,83% y un 60,89, mientras que, en 2004, subió al 75,75 y 67,52. En 2008, se da un 74,49 y un 67,96, porcentajes que, en 2011, bajan al 68,43 y 60. En 2015, la media del país llega al 68,26 y la canaria, al 59,99, mientras que, en 2016, fue del 65,71 y 58,94.