El Partido Popular Europeo (PPE) ha vuelto a imponerse en las euroelecciones de ayer, pero con un resultado mucho más pobre que el de hace cinco años, ya que baja de 217 a 180 escaños (-37), un resultado que se ajusta mucho al que le otorgaba la media de las últimas encuestas nacionales. Sus socios socialdemócratas de legislatura (S&D) también sufren un castigo, aunque con 152 escaños (-34) mantienen el segundo lugar.

Populares y socialistas no podrán reeditar la mayoría absoluta de sus últimos cinco años, aunque les será de enorme ayuda el empuje de los grandes triunfadores de los comicios, los liberales de ALDE, que gracias a la fuerza de los franceses de "Rennaissance", la lista del presidente Macron, suben de 68 a 105 diputados. Sumados los tres grupos alcanzarían 437 escaños, muy por encima de la mayoría absoluta, establecida en 376 de los 751 escaños de la Eurocámara. Otra opción sería pactar con los Verdes, que logran 67 (+15), con los que sumarían 399 escaños.

Estos resultados permitirán a PPE y S&D consensuar, con sus eventuales apoyos, un nombre para suceder al luxemburgués Juncker al frente de la Comisión Europea. La elección debe hacerla el Consejo Europeo, pero debe ser refrendada por la Eurocámara.

Los ciudadanos han dado un empuje importante a los grupos del ultraderecha y derecha eurófoba, pero muy ajustado al que les auguraban las encuestas y bastante alejado de su intención de poder conformar un grupo de bloqueo. Son 172 escaños (un 23% del total de la cámara), resultado de sumar los 61 (-15) de ECR (Conservadores y Reformistas), donde se sientan los vapuleados conservadores británicos y el PiS polaco; los 57 (+20) de ENF, la Europa de las Naciones y la Libertad ahora encabezada por el italiano Salvini y la francesa Le Pen; y los 54 (+13) de la EFDD (Europa de la Libertad y la Democracia Directa), en la que forman los británicos del UKIP y los italianos del M5S. Estos 172 escaños, insuficientes para bloquear la cámara e influir en la elección del próximo presidente de la Comisión Europea, representan sin embargo una subida notable sobre los 108 de 2014.

La cosecha eurófoba ha sido dispar. En el lado de los triunfadores, el húngaro Orbán, en las filas del PPE, ha logrado mayoría absoluta (52,1%), sus aliados polacos del PiS se han alzado con un 42,4%, el RN de la francesa Marine Le Pen se ha impuesto como primera fuerza por delante de las huestes de Macron y la Liga de Salvini es la primera fuerza. Entre los grandes perdedores, el holandés PVV que no alcanzó el umbral para tener diputados.