Elecciones autonómicas

La calma que precede a la tormenta electoral

La jornada de reflexión permite a votantes y candidatos desconectar durante un día de los comicios

Ilustración sobre la jornada de reflexión.

Ilustración sobre la jornada de reflexión. / E. D.

Andrea Saavedra

Andrea Saavedra

La propaganda electoral y los actos de campaña, al igual que la Cenicienta, tienen que desaparecer cuando el reloj marca las 00.00 horas del día anterior a la votación. No lo dicta un hada madrina, sino la Ley Orgánica del Régimen Electoral General (Loreg). Tras quince días con bombardeos de los partidos en forma de propuestas llegan veinticuatro horas de silencio, la calma que precede a la tormenta que provoca la celebración de la ‘fiesta de la democracia’. La jornada de reflexión. Un día en el que se busca facilitar a los votantes la elección de la papeleta eliminando la presión y el ruido que provocan las formaciones durante la campaña. A estas alturas ya están todas las cartas sobre la mesa y los indecisos tendrán que escoger su voto sin más estímulos externos e interferencias políticas.

Aunque según el doctor en Ciencias Políticas por la Universidad de La Laguna, Alberto Báez, son muy pocos los isleños que deciden su voto a última hora. «En las elecciones autonómicas de 2019 solo el 3,8% de los canarios tomó la decisión el último día», afirma el también licenciado en Sociología apoyándose en las estadísticas de Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS). La misma fuente señala que la gran mayoría del electorado, más de un 65%, tiene decidido su voto incluso antes de que comience la campaña electoral.

A pesar de que son una minoría los que utilizan la jornada de reflexión para decidirse, Báez insiste en su «funcionalidad e importancia». «Es un día de tranquilidad, de descanso para los ciudadanos que llevan dos semanas escuchando propuestas de todo tipo y a todas horas», aclara. Algunos utilizan este tiempo de descuento para empaparse de las propuestas que se presentan y echar un ojo a los programas electorales de los partidos.

Las formaciones, según el experto, también agradecen la pausa en la actividad frenética que precede a los comicios y la que se produce tras el escrutinio de votos. «Los candidatos llevan días intentando llegar a todos los rincones de las Islas y ese descanso les permite coger fuerza para enfrentarse a la noche más dura del proceso electoral», reflexiona el doctor en Ciencias Políticas.

Con la irrupción de las redes sociales, la ley, de 1985, quedó atrasada y hubo que adaptarse a los nuevos tiempos para que los límites del día de reflexión también se respetaran en el mundo digital. Así, en 2007 la Junta Electoral Central publicó una instrucción para recordar que la prohibición de difundir propaganda electoral también afecta a las publicaciones en Internet y las redes sociales. Sin embargo, la norma no especifica qué debe entenderse por tal. Esto recae en manos de Junta Electoral Central de cada territorio, la cual debe decidir sobre cada caso particular.

Hoy los partidos tampoco pueden hacer uso de las plataformas digitales para hacer campaña, pero lo cierto es que se puede pedir el voto cuando legalmente está permitido y que esos mensajes permanezcan durante la jornada de reflexión sin que quede muy claro si van en contra de la ley o no, perturbando la reflexión. Además, muchos usuarios bordean con técnicas imaginativas la Ley Electoral al estar difusa la línea de lo permitido.

Esta situación no preocupa a Báez, quien asegura que lo mismo ocurre en el mundo real cuando un votante decide dar un paseo por la ciudad y se encuentra con «cientos de carteles en las farolas» recordándoles las opciones que tiene para votar. «Lo importante es que ese día se cumpla con lo establecido, no podemos evitar recibir mensajes del pasado, es incontrolable», reconoce el doctor en Ciencias Políticas.

El licenciado en Sociología defiende que el sistema electoral en España y Canarias funciona «especialmente bien» ya que las formaciones cumplen «rigurosamente» con los establecido en la norma. «Puede haber excepciones puntuales, pero lo cierto es que todos los pasos se desarrollan sin problemas incluido el recuento de las votaciones», defiende.

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Pero, ¿qué pasa si los partidos incumplen la ley? En el artículo 144 de la Loreg se detalla que realizar actos de propaganda una vez finalizado el plazo de la campaña electoral acarrea penas de tres meses a un año de prisión o multa de seis a veinticuatro meses. En 2019 la Junta Electoral Central sancionó, a instancias del Partido Popular, al director de ABC, Bieito Rubido, con una multa de 1.000 euros por vulnerar el artículo 53 de la Loreg al publicar durante la jornada de reflexión –el 20 de diciembre de 2017– una entrevista a Inés Arrimadas, candidata de Ciudadanos a las elecciones generales celebradas el día 21.

La jornada de reflexión no es igual es todos los países del mundo. En Europa existen Estados como Francia, Italia o Portugal que cuentan con prohibiciones similares a las que existen en nuestro país. Y hay otros como Alemania o Reino Unido en los que los partidos y medios de comunicación tienen permitido continuar con la campaña hasta el último segundo. Fuera del continente hay también casos de todo tipo. El de Argentina es uno de los más curiosos debido a la estricta veda electoral que, además de impedir las encuestas y los actos de propaganda, también prohíbe la venta de alcohol y la celebración de espectáculos populares al aire libre, fiestas teatrales y deportivas. En el lado contrario hay ejemplos como el de Estados Unidos que es de los países más permisivos y no imponen limitaciones, de tal forma que se puede hacer campaña o pedir el voto incluso hasta el momento de estar metiendo la papeleta en la urna. 

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